Tras bambalinas
En estos días, hablar de la ruptura, significa para muchos referirse al fin de Pacto de Impunidad que mantuvo Andrés Manuel López Obrador con Enrique Peña Nieto.
Los escarceos por la disputa electoral en el Estado de México, se ha convertido en una especie de referéndum de lo que ocurrirá en el 2024, donde todo apunta a que Morena mantendrá la presidencia, pero…
Los analistas y politólogos han centrado sus análisis en la serie de acciones judiciales que la 4T ha iniciado en contra de la nomenclatura priísta, desde el actual líder nacional del PRI, Alejandro Moreno, hasta el expresidente.
Sin embargo, hay otra fractura, no menos delicada, que se está gestando al interior del actual partido gobernante y que puede propinar a López Obrador un amargo despertar al fin de su mandato.
El tema de la violencia se ha convertido en una enorme piedra en el zapato del actual régimen, pues su empecinamiento a mantener la política de “abrazos” confirman la existencia de otro Pacto, pero con el crimen organizado.
En todos los sectores se ha generalizado la demanda de revisar la estrategia de seguridad. Propios y extraños coinciden en que la inacción constituye también un delito grave porque ahora está en juego la Seguridad Nacional.
Los foros iniciados en el Senado de la República constituyen, además de un espacio de reflexión, un abierto reproche desde uno de los tres Poderes contra una política errónea que tiene que cambiar cuanto antes.
Lo más grave, es que la ola de expresiones en contra, ahora se ven enmarcadas con una visita exprés que el presidente López Obrador realizará a su homólogo estadounidense, Joe Biden.
Hay preocupación en el vecino del norte, particularmente en la Casa Blanca, no solo por los niveles de violencia que se han alcanzado en México, sino por las sospechosas caravanas de migrantes que vienen desde la frontera de Chiapas.
Biden está presionado por sus conciudadanos y por su partido. La visita parece el momento propicio para una exigencia y una reclamación.
Tiene meses que el presidente mexicano lanzó su propuesta Sembrando Vida, con la que pretende mejorar las condiciones de vida de Centroamérica y el Caribe, y atacar “las causas” del problema, lo cual es una auténtica quimera.
Por lo mismo, Washington no se ha tomado la molestia ni de referirse lejanamente al tema. Para los asesores del gobierno norteamericano, esto es una estupidez, y siguen sus investigaciones sobre diversos asuntos que ocurren en México.
Preocupa en Estados Unidos, el extraño y acelerado crecimiento de las remesas que salen de su territorio rumbo a México y el por qué el gobierno de AMLO insiste en crear una estructura financiera como el Banco del Bienestar.
Por lo pronto, el Servicio de Rentas Internas de Estados Unidos (ISR), que viene a ser algo así como el SAT gringo, ha iniciado una serie de auditorías, a cuentas que le han parecido sospechosas.
¿Reclamo, regaño, exigencia?
Y pues nada. El ISR ya descubrió, así de entrada, que 22 corporaciones con sede en el sur de California fueron creadas para lavar más de $42 millones de dólares. ¿A quién pertenecen? ¡Pues a dos mexicanos!
De 2015 a 2019, los Hermanos Jesús y Mónica Vázquez Padilla usaron unas 85 cuentas de bancos de Estados Unidos, registradas a su nombre y ligadas a por lo menos 22 corporaciones fantasmas.
Las investigaciones del ISR señalan que ahí se depositaron recursos del narcotráfico que luego se transfirieron a México. Ahí, parte del inexplicable incremento de remesas que día con día festina López Obrador.
Está tan avanzada la pesquisa, que hoy saben que los hermanos recibieron el 95% de los $42.2 millones blanqueados. Dos cuentas están registradas a nombre de “Promotora de Servicios” y “Comercializadora OSVA”.
Este será uno de los puntos de conversación entre ambos mandatarios que, obviamente, no serán dados a conocer, pero que orbitan en el ánimo de toda la administración Biden y del Capitolio, que también realiza otras investigaciones.
También ha sobrecalentado la relación la creciente ola de migrantes, ahora incluso cubanos y venezolanos, y el ingente negocio que este tráfico de personas representa para el crimen organizado.
Son escandalosas, las tragedias de muerte de migrantes asfixiados y deshidratados en contenedores de trailers; o accidentados en carreteras, sin que los gobiernos de uno u otro país rinda explicaciones del origen de esas caravanas.
Uno y otro país han sido rebasados por un fenómeno creciente, que a la sociedad estadounidense ya hartó. De ahí el éxito de personajes siniestros como Donald Trump, que prometen medidas de contención definitiva.
Medidas como la adoptada por Greg Abbott, en Texas, se harán más frecuentes. Cientos de miles de indocumentados serán “devueltos” a suelo mexicano y el negocio de la explotación humana seguirá boyante.
Ellos hablan ya de una crisis de migrantes, que será enfrentada con expulsiones que terminarán en México. Pero el gobierno de López Obrador quiere verlo todo como si fuera un conflicto de “campaña electoral”
Quizá en México, las famosas “mañaneras” funcionan todavía como amansabobos, pero en USA ya tienen expedientes abiertos en el departamento del Tesoro contra políticos mexicanos relacionados con Sergio Carmona Angulo.
Como mencionamos hace 15 días, el gobierno y Congreso de aquel país investigan las revelaciones de Julio Carmona Angulo, hermano del famoso huachicolero asesinado a fines del año pasado en Nuevo León.
Revisan en particular, transferencias en efectivo del crimen organizado, para campañas en Tamaulipas, Sinaloa, Nayarit, Michoacán, Baja California y Baja California Sur
Carmona Angulo sería el encargado de negociar la pacificación entre cárteles del narco, pero su asesinato descompuso las cosas y abrió toda una caja de pandora.
Así pues, todo indica que la reunión entre Biden y AMLO es algo más que un simple encuentro de “los amigos”. Es el inicio de una advertencia más allá de una ruptura, pues la relación entre ambos nunca fue óptima.
Lo mismo ocurre con los foros iniciados en el Senado, donde los sectores social, privado, religioso y académico han lanzado duras críticas al gobierno de López Obrador por disfrazar con palabras una cruda realidad:
El país vive una barbarie de violencia, coinciden en señalar las principales iglesias desde católicas hasta protestantes y mormonas. Marginado del juego de corcholatas, Ricardo Monreal también mueve sus fichas y tiene en jaque al Rey.