Tras bambalinas
El Karma existe. Es curioso ver hoy a los morenistas, petistas, verdes y demás corifeos del régimen, rasgarse las vestiduras y gesticular por los abusos del bárbaro del norte. Pero, visto desde este lado de la frontera, ¡tienen taaantas similitudes!
¡Abusivo, prepotente, autoritario, déspota, represor, fascista, clasista, racista! Los epítetos menudean. Son los mismos que aplican a un régimen que se ha hartado de ofender a los adversarios, desacatar órdenes judiciales, burlarse de las minorías y aplastar, hasta demoler, el equilibrio de Poderes, mismo que ya no existe.
Hoy, cuando se convierten en realidad las amenazas de Trump, se dan por sorprendidos, luego de que, durante todo el sexenio, López Obrador mantuvo una hipócrita política de omisión respecto de las caravanas de migrantes que cruzaron, sin límite, todo el territorio nacional.
Esto propició un jugoso negocio de lavado de dinero, no sólo para el crimen organizado, sino también para políticos, que han cimentado sus carreras a base de la extorsión, tráfico de personas, venta de documentos, transporte, permisos extra legales, narcomenudeo, prostitución, trata de blancas y menores.
La estrategia de la 4T y varios gobiernos latinoamericanos, era generar una gran crisis humanitaria, acumular oleadas de indocumentados en la frontera norte y luego proponer “soluciones”, como sembrar 4 millones de hectáreas de árboles y crear 1.2 millones de empleos, pidiendo un financiamiento de mil 400 millones de dólares.
Cínico hasta el tuétano, AMLO planteó dicha propuesta y dijo que el financiamiento saliera de las arcas de EUA, sin ningún mecanismo de transparencia, como el que ahora impera en México. Pero eso sí, prometía “ayudar” en la “organización productiva y social” con campesinos de Guatemala, Honduras y El Salvador.
A la luz de los fracasos que ya se vislumbran aquí, con los proyectos de Dos Bocas, Tren Maya, AIFA, Megafarmacia, Mexicana de Aviación, Universidades BBJ, es obvio que el nivel de confianza en el gobierno mexicano es nulo. Andrés Manuel se quiso pasar de listo y hoy los mexicanos pagan las consecuencias.
Al menos 1.5 millones de mexicanos radicados en Estados Unidos, viven momentos de terror ante la migra, por la posibilidad de ser deportados sin manera de recuperar todo lo que han forjado en el territorio norteamericano. Hoy, el cuerpo consular en el vecino país se vuelve estratégico.
Por eso, resulta destacable lo dicho recientemente por el canciller Juan Ramón de la Fuente, al señalar que México es el único país que tiene 53 consulados en los Estados Unidos. Este aparato institucional, se convierte en la principal herramienta con que contamos para ayudar a nuestros compatriotas.
La red consular tiene un equipo jurídico de dos mil 610 personas, más otros apoyos “probono”, que totalizan, cuatro mil 383 personas para atender a los connacionales, y permitir la recuperación de bienes generados con su trabajo durante su estadía en aquel país.
Para ello, han puesto en funcionamiento el Centro de Información y Asistencia a Personas Mexicanas (CIAM) las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Los teléfonos para recurrir a este plan son el 520 623 7874 desde Estados Unidos y Canadá, así como el 001 520 623 7874 desde México.
Lejos de la demagogia, México debe encontrar respuestas y vías de solución rápidas ante esta emergencia porque, es cierto lo que dicen los industriales del Estado de México: hay que ofrecerles trabajo antes de que el crimen organizado los reclute.
Las obras del Tren Transístmico deben ser la principal vía para establecer albergues y ofrecer trabajo, en condiciones especiales, incluso para los migrantes de otros países, que permita al gobierno saber cuántos son, dónde están, qué necesitan y cuánto dinero se les puede ofrecer.
La política de dádivas indiscriminadas, como la tarjetita con 2 mil pesos, no tiene sentido ni destino. Implica un gasto administrativo descomunal sin dividendos ni beneficio para el país. Por su parte, el Transístmico permitiría crear más planteles de la Universidad Rosario Castellanos, que no es lo mismo que las Benito Juárez.
Se debe fortalecer la ruta del Tren Transístmico, para promover el desarrollo y el comercio con Europa, Asia, África y Australia, ahora que el gobierno de Trump amenaza con pisotear la soberanía de Panamá y apropiarse de mar territorial en el Golfo de México. Es la unidad continental, sin propuestas demagógicas.
Este proyecto nos permitiría, además, resolver otro de los problemas que se encontró en el Plan México por la falta de una partida presupuestal. Al tratarse de una propuesta integral, permite fusionar o tomar recursos de los presupuestos de Educación, Ecología, Cultura, Comercio, Infraestructura, comunicaciones.
Se debe apoyar el ensanchamiento de la Universidad Rosario Castellanos, con nuevas especialidades técnicas y de ingeniería que permitan enriquecer el ambiente, crear esquemas de ecoturismo, propiciar un servicio aduanal más seguro, que vaya desde el embarque y desembarque de mercancías en contenedores.
De otra manera, pretender convencer a Trump sobre planes de apoyo como Sembrando Vida, es un suicidio. Ni dentro de México se cree ya en la palabra de Morena y la 4T. La prueba más clara es SEGALMEX que, esquilmó 16 mil millones de pesos al país y desapareció 190 millones de pesos a campesinos de Durango.
Tampoco es buena idea insistir en los llamados a la UNIDAD NACIONAL, acompañados de reproches infantiles al PRIAN, cuando vemos la cauda de impunidad con Rubén Rocha, Francisco Garduño, Ignacio Ovalle, Evelyn Salgado y los sobrinos del ex presidente en el IMSS, CFE, Semarnat y SEP.
O los más recientes, Leticia Delgado Carrillo, ahora titular de la Dirección General de Administración y Finanzas de la Secretaría de Salud de la CDMX, hermana del secretario de Educación y ex líder de Morena, Mario Delgado, sobre quien pesa una carpeta de investigación por lavado de dinero en EUA, por el caso Sergio Carmona.
También está Gregorio Chávez Treviño, hermano de la diputada, Andrea Chávez Treviño, nombrado delegado de Liconsa en Chihuahua, pese a las quejas e inconformidad de los productores de leche del estado. Ella es una de las más cercanas al líder de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández.
Cómo pedir unidad a los mexicanos, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum sólo dedica 20 segundos de comentarios sesgados y desinformados, sobre los últimos acontecimientos en Culiacán, que concitaron una desgarradora marcha de más de 5 mil personas que piden la remoción del gobernador.
La presidenta de la República sólo dijo, al final de su mañanera del viernes: “Por cierto, mi solidaridad con lo que pasó a la familia en Sinaloa”. No tuvo el tacto de mencionar por su nombre y apellido a la víctima y ofrecerle apoyo especial a una mujer a la que le destrozaron la vida, también en 20 segundos.
Así, lejos de toda empatía, el secretario de gobierno de Sinaloa, Feliciano Castro, dijo que “la vida sigue”, cuando a una mujer la mutilaron en vida. Asesinaron a su marido y dos hijos, en un presunto intento de robo del automóvil. Y dicen que “fue por culpa de los cristales polarizados del coche”.
Para colmo, el silencio de Morena. Su lideresa, Luisa María Alcalde, ofrece su apoyo al gobernador, no al pueblo de Sinaloa, más preocupada por la campaña de “afiliación” de su partido. Prometen acabar con el nepotismo, el compadrazgo, pero familias enteras de dirigentes se entronizan en el poder.
¿Esa es la autoridad moral de los que se sienten superiores? ¡Ya dejen la soberbia y la farsa! La sangre y el dolor de millones de mexicanos exigen terminar con la demagogia.