Tras bambalinas
PRESIDENTA SECUESTRADA
El ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, ha repetido, sin cansarse, que el 2 de junio los mexicanos votaron “por un cambio radical en el Poder Judicial”. Falso. Miente.
En estricto sentido jurídico y legal -para hablar en los términos de ellos-, los mexicanos votaron únicamente por el cambio en los poderes Ejecutivo y Legislativo. Las boletas no traían más nombres.
Presidente de la República, Diputados y Senadores. En algunos estados hubo elección de gobernadores. Pero en ninguna boleta traía el nombre de candidatos a juez, ministro o magistrado.
¿De dónde saca este señor Zaldívar que votamos también por el Poder Judicial? Pero ese no es el único daño que Morena le hará al país a partir de septiembre próximo.
El 1 de septiembre, la nueva legislatura del Congreso de la Unión rendirá protesta, un mes antes de que la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tome posesión ante ese renovado Poder Legislativo.
Para entonces, la avasalladora mayoría de Morena y sus esbirros del PT y PVEM ya habrán “planchado” al menos 3 de las iniciativas de reforma constitucional que más le importan a López Obrador.
Entre ellas, la reforma judicial, el pase definitivo de la Guardia Nacional al fuero del Ejército y la desaparición de los órganos autónomos.
Así, después de los jueces, el régimen se irá contra el INAI. Este órgano desaparecerá cuando AMLO tenga sus últimos días como mandatario.
Todo lo que sea transparencia, rendición de cuentas, será sepultado. Nadie podrá saber por qué el 88% de los contratos de este gobierno se otorgaron por adjudicación directa.
Todas, serán decisiones de López Obrador. El colofón de su ópera prima, convalidada por sus leales. Sus diputados y senadores. Todos son de él, responden a lo que él diga.
Esto, parece más un secuestro, una falta de respeto a la futura Presidenta, por mucho que ella diga estar de acuerdo con el legado “obradorista”. Hay, incluso, hasta un sesgo de falta de confianza a la sucesora.
Según se ve, AMLO no le permitirá cambiar una sola coma a sus iniciativas. No confía en el criterio y capacidad de su sucesora. Tampoco en su lealtad. Por eso, la nueva legislatura tendrá todo un mes para apuntalar las órdenes de AMLO.
Para cuando ella rinda protesta, habrá concluido el último golpe del régimen obradorista. Todo se habrá hecho según la voluntad del “cabecita de algodón”. Los diputados y senadores habrán comprobado su lealtad. Consummatum est.
Sin embargo, contra todo pronóstico, los factores de equilibrio en México están a punto de romperse. A nivel internacional la situación empieza a complicarse. La administración Biden rompió comunicación con el gobierno de López Obrador.
Así se ve a la luz del caso Zambada y el viraje de Estados Unidos en torno a la reforma del Poder Judicial en México. AMLO pide respuestas, Biden lo abofetea con el silencio. No hay nada de qué hablar con él.
Los gobiernos de Estados Unidos y Canadá se sumaron el jueves, a las preocupaciones... y al reproche. El embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, consideró que la elección por voto directo de jueces, representa varios riesgos.
"La elección directa de jueces representa un riesgo mayor para el funcionamiento de la democracia de México. Cualquier reforma judicial debe tener las salvaguardas que garanticen que el Poder Judicial sea fortalecido y no esté sujeto a la corrupción de la política.
“También creo que el debate sobre la elección directa de jueces en estos tiempos (...) amenazan la histórica relación comercial que hemos construido, la cual depende de la confianza de los inversionistas en el marco legal de México".
En tanto, el embajador de Canadá en México, Graeme C. Clark, transmitió la preocupación de inversionistas de su país por la inminente aprobación de la reforma judicial en México. Consideró que podría debilitar el marco jurídico
Esos “factores de equilibrio” son los que tensan los relevos de septiembre y octubre próximo. Los legisladores están ebrios de soberbia y poder. Sin embargo, sin pensarlo, encumbrarán debilitada a la nueva jefa del Ejecutivo.
En medio de estas contradicciones, adicto a las chicanadas, el ministro de la voz aguda asegura que los mexicanos avalaron esta reforma que quita y pone jueces, magistrados, ministros, al antojo de Morena.
Esta reforma implicará una erogación adicional de entre 3 y 9 mil millones de pesos lo cual, para como están las cosas, implica un gasto desproporcionado e inútil.
El 99% de los mexicanos no sabrán ni por quién votan. Dice don Arturo que no hay violación de derechos humanos, cuando hay cientos de jóvenes que iniciaron su carrera egresados de facultades de derecho.
Se especializaron para entrar en áreas de su materia y ahora resulta que serán electos hasta por tómbola. Todo ese tiempo dedicado a la preparación profesional se habrá ido a la basura.
Lo peor: las boletas de elección del Poder Judicial son una oda a la estupidez. Si usted no tiene hoy idea de quién es el diputado local de su distrito, no sabe quién es su diputado federal ni quien es su senador, imagínese esta elección.
En la boleta propuesta por el presidente López Obrador, donde aparecen listados de 27 nombres para que usted decida quién será su juez o magistrado, sin tener una remota idea de quienes son esos sujetos es, insistimos, una oda a la estupidez.
Esa es la reforma que quiere AMLO, y lo único que demuestra, es su intención de quitar todas las barreras para seguir gobernando desde el partido Morena, con todas sus huestes.
Así lo revelan la imposición de dos de las figuras más grises de la política mexicana: Luisa María Alcalde, futura líder de ese partido y Rosa Icela Rodríguez, próxima secretaria de Gobernación.
Andrés Manuel necesita de toda la docilidad posible, para continuar la construcción, del tren transístmico, sin posibilidad de amparos contra las obras, ni investigación alguna sobre los contratos o adjudicaciones directas.
De hecho, los amparos colectivos ya no serán posibles. Si usted está en contra de alguna obra, tendrá que tramitar su amparo de manera personal. Eso es lo que deja López Obrador.
Opacidad, discrecionalidad y adjudicaciones directas. Es el principal legado. Los mexicanos quizá verán pasar una o dos generaciones para poder revertir esto. Serio problema para la presidenta electa. A nivel internacional ya todo mundo tiene claro qué es lo que busca Andrés Manuel.
A ojos de muchos, incluidos gente de Morena, ella no es la líder, no inspira confianza ni de su jefe. Le dejan todo planchado para la próxima legislatura porque, hasta ahora, todos son fieles a él.
Los mexicanos no se han dado cuenta del tamaño de la monstruosidad que permitieron con su voto. El viernes 23 de agosto del 2024, pasará a la historia como el viernes negro para la democracia.
Es el día en que el INE avaló otorgar a Morena, PT y PVEM, la mayoría calificada en la Cámara de Diputados para la próxima legislatura. Tendrán el 73% de curules en la Cámara de Diputados, como en los tiempos del PRI.
Con esta mayoría, eliminarán los órganos autónomos constitucionales, entre ellos el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Pondrán una espada de Damocles sobre los medios de información concesionados. Desaparecerán el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La oposición ya no podrá impugnar reformas, pues requieren al menos un tercio del Congreso, que ya no alcanzan. El actual INE permitió que un partido con 8% de la votación [el PVEM] se convierta en la segunda fuerza en San Lázaro con 75 curules.
Aun así, el régimen de AMLO llegó al extremo de catalogar como “Traición a la Patria”, el secuestro de un criminal como “El Mayo” Zambada y ahora busca detener a Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”.
Parece un juego de traidores. Sin embargo, a nivel de país, la historia será inclemente. Del discurso democrático, de respeto absoluto a los Poderes, Andrés Manuel pasó al totalitarismo.
De no articular una respuesta creíble en los meses venideros, su apellido quedará manchado, al lado de Porfirio Díaz, de Santa Ana, Díaz Ordaz. Entonces un día sabremos quiénes fueron los verdaderos traidores a la patria.