Tolerancia y no discriminación/Gerardo A. Herrera Pérez
En el marco del Congreso Nacional sobre la Tolerancia y el Derechos a la no Discriminación, organizado por la Clínica de litigio estratégico de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, así como por el Consejo estatal para la prevención de la violencia y la discriminación, así como la Coordinación de Investigación Científica, tuve la oportunidad de abrir con la Conferencia Magistral de dicho Congreso Nacional, misma que intitule “Igualdad formal versus igualdad real”, dicha conferencia la dedique a José Oscar Maldonado Quiroz, servidor público que en su desempeño cotidiano abraza las posibilidades de contribuir a una mejor sociedad, asumiendo un trabajo que evidencia su respeto, su tolerancia y los valores de la honorabilidad y la solidaridad con el otro, con su sociedad.
En mi disertación comente sobre las epistemologias de la tolerancia y la no discriminación, abreve igualmente de los documentos universales y de la Convención sobre la Tolerancia de la UNESCO, así mismo, me réferi a nuestros documentos sustantivos tanto el constitucional como el legal, haciendo hincapié en las estructuras operativas que aplican el diseño de la política pública y que pese a ello seguimos observando discursos de odio, crímenes, incluso los mecanismos de opresión.
Precise, que en la búsqueda de la igualdad real nos lleva a plantearnos diversos escenarios en los cuales hay que trabajar de manera frontal contra el patriarcado y las ideologías machistas, misóginas, xenófobas, homófobas, clasistas, hoy aun arraigadas a nuestros cuerpos y formas culturales de pensar.
Precise que, es fundamental para avanzar en una igualdad real el trabajar en equipotencia, equivalencia y equifonia (poder, valor y voz), es decir, que las personas cuenten en ese proyecto de igualdad real con autonomía y que ello les permita contar con poder, ese poder que el Sistema de Genero nos ha dado a los hombres, pero que también requieren las mujeres; se requiere para todos aquellos grupos en condiciones de vulnerabilidad contar con voz, es decir, les haga escuchar, porque su discurso está cargado de verdad, de significado y desde luego de credibilidad. La otra necesidad es dotarle del mismo valor a la mujer que el valor que tiene el hombre, es decir, el respeto que ello implica, y ello es fundamental porque es ahí donde debemos de trabajar porque es el hombre el misógino, el machista, el que desprecia a la mujer y le falta al respeto, es el hombre el que asesina.
Por otro lado, la tolerancia es un concepto histórico, se ha construido por años, y hoy, me parece importante tenerlo presente y en cuenta para evitar violencia. El ejercicio de la tolerancia nos permite aceptar la diversidad cultural; reconocer en la diferencias a la otredad, pero igualmente aceptando que uno y otro tienen los mismos derechos, y que solo con este ejercicio podemos respetar a la otredad.
La tolerancia, sin equivocarme, es fundamento del conocimiento, de la actitud de apertura, así como de la comunicación y desde luego, porque es importante, de contar con libertad de pensamiento, de conciencia y de aceptar que cada quien puede tener su religión y su manera de entender el cosmos.
En este sentido, es importante precisar que la tolerancia, es considerada también no solo como un valor, sino también como la virtud que hace posible la paz; la paz social que tanto anhelamos.
Aclaro con contundencia que, tolerancia no es lo mismo que concesión, o indulgencia, incluso dádiva, no, no lo es; considero que la tolerancia es una actitud activa para reconocer los derechos humanos universales y las libertades fundamentales. De ahí, la importancia que la tolerancia la practiquemos en lo individual, en las colonias, en los grupos sociales, en los barrios, en los callejones, en las plazas, en los mercados, en las oficinas, en la familia, pero también en los espacios donde se construye y se instrumenta las prácticas gubernamentales.
Siempre es importante considerar a la tolerancia como un mecanismo que nos acerca a la pluralidad cultural, social y sexual (recordemos que no hay posiciones únicas, ni dicotómicas), y nos previene de no caer en situaciones de dogmas o posiciones absolutistas, o bien fundamentalistas que permite excluir y violentar los derechos humanos.