Tigres de arena
Xóchitl alcanza… y ganará
La ingeniera Xóchitl Gálvez Ruíz, candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, ha logrado llegar al tramo más importante de la campaña con diferencia demoscópica que oscila entre los 4 y 3 puntos (Massive) respecto de la candidata oficialista y aún con poco más del 18 por ciento de la población encuestada indecisa por quién votar.
Hace un año los expertos analistas y los agoreros del desastre colocaban a la oposición “sobre la lona” y con la imposibilidad de construir una candidatura competitiva y al día que se publica esta columna, a 36 días de conocer el futuro político de este país, todo indica un pronóstico más que reservado para dar una ganadora en la carrera por la Presidencia de la República.
La hazaña está por concretarse y no ha sido sencillo posicionar a la candidata y a quienes representan en los tres órdenes a la coalición Fuerza y Corazón. Cercos mediáticos, amenazas oficialistas, bloqueos, entre muchas otras artimañas ha fraguado el movimiento de la farsesca transformación, con el objetivo de minar el camino de la oposición en todas las latitudes. Hace décadas que no se vivía una elección tan desigual y al margen de la ley.
A partir de mayo se desarrollará el episodio más importante de esta elección y ya se habrán desahogado dos de los tres debates oficiales. De confirmarse el primer domingo de junio la proeza de Xóchitl Gálvez, se dejará un registro de la campaña más esforzada de la historia reciente. Indudablemente la sinergia entre los partidos que construyeron la coalición y su candidata presidencial ha sido clave para llegar a este momento específico.
¿Qué sigue? Hacer la promoción y el llamado al voto respectivo por los candidatos de la coalición Fuerza y Corazón y de los tres partidos coaligados, con miras a recomponer el equilibrio de fuerzas política en todo el país. La sombra del autoritarismo y el tribalismo no se ha disipado y la única manera de lograrlo es mediante el ejercicio democrático de votar.
Se han trascendido los discursos, las consignas, los señalamientos. La disputa política en esta recta final de la campaña pasa por la realidad aciaga y crítica que se vive en la extensión territorial de México.
Por encima de los programas sociales y las dádivas del oficialismo están las cientos de millones de vidas de los mexicanos que no ven la luz al final del túnel por causa de la inseguridad rampante y las innumerables crisis que se vendrán a quien gobierne el país hasta el 2030. La dialéctica de las ideologías en este país quedó de lado por causa del enemigo en común: el crimen organizado.
De cara al 2 de junio sólo hay dos versiones de país a la vista de todos: una, la vigente, la de la desolación y la sumisión a los grupos fácticos; y la segunda, la de la recuperación y el rescate del país.
Xóchitl Gálvez Ruíz representa el rescate de México y esta elección presidencial se ha convertido el último reducto para cambiar el destino de nuestras comunidades.
Xóchitl alcanzó y ganará, no hay duda de ello. Falta poco pero no hay que desfallecer en este esfuerzo.
Bismarck Izquierdo Rodríguez
Secretario de Cultura del CEN del PRI
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