Tigres de arena
“El poder y la violencia son opuestos; donde uno gobierna absolutamente, el otro está ausente. La violencia aparece allí donde el poder está en peligro, pero si se deja a su suerte termina con su desaparición.”
Hannah Arendt
Las imágenes captadas desde el Zócalo capitalino el pasado 18 de febrero dejaron testimonio de algo grande que se está configurando de cara a la elección más importante del siglo XXI en México.
La protesta pacífica en contra del mayor régimen político de los últimos 30 años ha marcado una vez más la historia reciente.
El inquilino de Palacio no es dueño del relato histórico de nuestro país aunque hasta el último segundo de su gobierno intente que los anales más recónditos guarden su memoria.
Los protagonistas de lo acontecido el pasado domingo son cada uno de los habitantes de México. Todos somos ciudadanos y todos tenemos una parte de responsabilidad en lo que se avecina. La ciudadanía es una condición que se adquiere con la mayoría de edad y debe ejercerse todos los días. Ciudadanía sólo hay una: la mexicana.
El comentario de esta semana no se alargará más.
México está muy por encima de divisionismos. Aunque el inquilino quiere regresar al tiempo de las tribus, México sabe que su futuro es más brillante y prometedor que cualquier vuelta al pasado.
Felicidades por México. Felicidades a la ciudadanía. No hay más por decir.
Que las imágenes hablen por sí mismas durante el resto de la semana.
La noche pronto quedará atrás.
Bismarck Izquierdo Rodríguez
Secretario de Cultura del CEN del PRI
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