Teléfono rojo
· Nadie pone orden con las corcholatas resentidas
· Marcelo en guerra y Adán y Ricardo marginados
· Trabajan en estados para evitar nuevos dedazos
Todas juraron lealtad.
Hasta les hicieron firmas compromisos para aceptar la decisión cupular disfrazada de encuesta para perfilar a la candidata presidencial.
Pero cuando las cosas no marcharon con la limpieza prometida, aparecieron las dudas y las sospechas y ellos poco a poco se decantaron.
Primero fue Marcelo Ebrard el carnal inconforme, luego Ricardo Monreal también expresó dudas y simpatía con las denuncias del ex canciller.
Posteriormente, con extrema precaución, Adán Augusto López mantuvo sus reservas aunque aceptó sumarse a la campaña de Claudia Sheinbaum.
No por ellos, pero sí desde el poder se deslizó hacia columnistas afines el acuerdo según el cual Adán Augusto López y Ricardo Monreal se repartirían el país en mitades, 16 entidades tú, 16 entidades yo, para asegurar el triunfo de la cocholata favorita.
Aunque fuera cierta esa versión, a ninguno de ellos se le ve en abierta operación para activar las porras y garantizar la prevalencia del dictado del gran jefe de todos ellos.
De eso se encarga la estructura de gobierno, como denunció Ebrard.
DESCORTESÍA A ADÁN
Formas y fondos exhiben esa división.
Ayer Claudia Sheinbaum estuvo en Tabasco, tierra del presidente y de Adan Augusto López, y en el amplísimo presídium no hubo espacio ni para el ex secretario de Gobernación ni para sus operadores.
Ni siquiera para las cuatro corcholatitas en pos de la candidatura para gobernador: César Raúl Ojeda Zubieta, Mónica Fernández, Yolanda Osuna y Oscar Cantón.
A ellos se les envió al sillerío, mezclados entre cientos y cientos de acarreados, militantes y con un resultado evidente: resentimiento.
Adán Augusto López y las corcholatitas tienen sus núcleos y sumados pueden representar afluentes de votantes a favor o en contra, de anuencia o de rechazo.
GOLPE DE ENCUESTAS
1.- Lo sucedido con la candidatura presidencial ha permeado hacia las contiendas estatales.
Por eso muchos aspirantes del oficialismo quieren hacer valer su popularidad antes de ser sorprendidos por encuestas sospechosas del aparato partidista de Mario Delgado y Alfonso Durazo.
En la lucha ha dado la sorpresa el yucateco Joaquín Díaz Mena, quien asegura tener la fuerza electoral para vencer al panista Renán Barrera y por supuesto a sus contendientes morenistas.
Según la firma Power Ranking, cuyas mediciones se caracterizan por careos directos y no tanto por sondeos abiertos, Díaz Mena va adelante inclusive de la senadora Verónica Camino.
La duda es si él, como muchos en otros estados, sabrá imponerse al dedazo del supremo, bien sea para darle gusto, bien para cubrir las cuotas de género ordenados por el INE de Guadalupe Taddei.
De cualquier forma, presidente y Taddei están en la misma formación.
Y 2.- caso similar sucede en Puebla.
La dirección nacional de Morena se vio obligada a incluir al senador Alejandro Armenta, pero simultáneamente avaló a Julio Huerta.
Ex secretario de Gobierno y coordinador de la campaña de Claudia Sheinbaum en el estado, Huerta se enteró de esa incorporación mientras se dialogaba con cinco mil poblanos en Huejotzingo.
Y va muy bien según las encuestas bajo análisis del morenismo: segundo lugar.