Teléfono rojo
- El presidente interviene en Coahuila y favorece al PRI
- El fracasada convocatoria de Delgado a Mejía y Lenin
- La difícil tarea de medir acciones volcánicas del Popo
El enojo debe ser inmenso.
No hacerse del industrial Coahuila, como marcan las encuestas, debe ser asunto mayor para el presidente de la república porque quiere al país entero.
¡Cero oposición!
Lo ha dicho en sus conferencias de prensa y por eso convoca a arrasar en 2024 para consumar el aniquilamiento de los contrapesos del Poder Ejecutivo, en especial el Judicial y la Corte presidida por Norma Piña.
Le falta ese pilar de la república, cuya independencia es básica para la democracia, los derechos humanos, el estado de derecho y demás, y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).
Pero antes la arrasadora morenista debe incluir las entidades con elecciones, ahora los de Coahuila y el estado de México para borrar los vestigios del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Pero éste se resiste donde tiene estructura y, por las mediciones de aceptación, Miguel Riquelme garantiza el triunfo del candidato Manuel Manolo Jiménez.
De ahí nace el enojo.
LA PETICIÓN INÚTIL
El presidente ha decidido intervenir en las elecciones.
La semana pasada lo hizo con el estado de México y ayer le tocó a Coahuila, cuando desconoció al disidente Ricardo Mejía Berdeja (PT) y lo llamó deshonesto luego de ser subsecretario estrella de sus matutinas.
“…yo no tengo relación con Ricardo Mejía. No tengo relación. Aquí estaba con nosotros y se fue sin decir adiós…”.
Mientras, el administrativo morenista Mario Delgado insiste en pedir la declinación de los candidatos petista (Ricardo Mejía) y verde (Lenin Pérez) para favorecer al gubernamental Armando Guadiana.
Es inútil desde todos los enfoques.
El equipo del priísta Manuel Manolo Jiménez hizo un estudio jurídico y su resultado fue práctico: de nada sirve su renuncia porque las boletas electorales ya están impresas.
Otro dato: si se retiraran, 30 por ciento de sus simpatizantes se irían a Morena, pero 30 por ciento más al PRI y en esas circunstancias no moverían la pizarra electoral.
El resto, 60 por ciento, se abstendrían de votar.
LA VIGILANCIA DIFÍCIL
1.- Hay problemas para supervisar la evolución volcánica del Popocatépetl.
Hasta ahora se han usado helicópteros para tomas aéreas, pero ya no es posible hacerlo sin correr graves riesgos para pilotos y técnicos.
Y no se pueden mandar drones porque los destruirían las altas temperaturas o las exhalaciones, causa por la cual se esperan momentos de poca actividad para operarlos.
-Por eso no tenemos información cierta. Por ahora creemos que ha bajado su efervescencia y debemos esperar mejores momentos -dice el secretario de Gobernación de Puebla, Julio Huerta, bajo cuyo mando están Protección Civil y Seguridad Pública.
Y 2.- peores noticias para Morena, Mario Delgado, Armando Guadiana y el dirigente estatal Diego del Bosque, a quienes acusan de traidores.
Inconformes con las imposiciones, unos morenistas se van con Ricardo Mejía, muchos otros con el priísta Manolo Jiménez y esto se reflejará en la encuesta definitiva, la del domingo 4 de junio.
Para esos activistas guindas no importan las condenas presidenciales ni las promociones a favor del senador minero y proveedor favorito de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Armando Guadiana, porque no van con él.