Sociedad igualitaria y justa/Gerardo A. Herrera Pérez
Reflexionaré sobre algunos textos que me parecen que cierran la pinza cuando estamos hablando de construir una sociedad igualitaria y con justicia. El primero de Mercedes DAlessandro, que recientemente salió a la luz “Como construir una sociedad igualitaria (sin perder el glamour)”; además de “Fortunas del feminismo”, de Nancy Fraser, incluido el feminismo de La cuarto Ola de Nuria Varela, pero además del texto de Isabel Santa Cruz “Sobre el concepto de igualdad: algunas observaciones”; pero adicionalmente otro que escribe Silvia Federici “El pratriarcado del salario, criticas feministas al marxismo”, todos vinculados con la Economía feminista.
En este sentido las reflexiones sobre estas temáticas han sido compartidas con integrantes de la Red Estatal de Mujeres Contra la Violencia de Michoacán, a través del Ciclo de Conferencias denominado “Economía y mecanismos de opresión” que organizo la diputada Araceli Saucedo, en la cual participaron los municipios de Apatzingán, Huiramba, Parácuaro, Pátzcuaro, Ziracuaretiro, Uruapan, Taretan, Chilchota y Morelia; fue interesante el diálogo y las propuestas de llevar a cabo próximamente conversatorios.
Al iniciar la disertación, precisamos que el punto central es anudar y complejizar la economía feminista, la igualdad formal y real, pero además la justicia para la comprensión de las dificultades en que una mujer se ve involucrada para lograr libertad, justicia, igualdad, cuando se habla de la paridad. Y es que hablar de la paridad no es solo un dato cuantitativo, 50 mujeres, y 50 hombres, para hacer la totalidad.
La realidad es que equidad significa más que el discurso, significa otros elementos que están sentados en la explicación de la interseccionalidad es decir en esta realidad de diversidad social, cultural y sexual en que vivimos que son invisibilizadas por el género, la clase, la raza, la sexualidad, el edadismo, el color de piel, la discapacidad, el dogma y muchas otras cosas que hacen que las personas no tengan realmente igualdad, libertad y justicia, porque formalmente si están los principios en el derecho positivo mexicano.
En este contexto, las mujeres en la economía, han sido excluidas del pago por el trabajo que realiza en sus tareas domésticas y de cuidados, de ahí la importancia de trabajar bajo el enfoque de la economía feminista, que permita visibilizar el trabajo doméstico y de cuidado como un trabajo que requiere de ser pagado. La economía clásica, nunca incluyó a las mujeres que realizan trabajo doméstico, cuando es este el trabajo que sustenta el mecanismo de acumulación del capitalismo.
Desde el Marxismo, su teoría se centró en el trabajo industrial del asalariado y obvió actividades para la reproducción, el trabajo doméstico, la sexualidad, la procreación y no analizó la explotación de las mujeres en la sociedad capitalista. Los hombres salimos a trabajar a la producción, pero las mujeres se quedan en casa o salen también a trabajar pero hacen su producción en el trabajo y reproducción de la fuerza de trabajo en su hogar.
Pero esa paridad de que se habla requiere que se desarrolle en el ámbito de la casa, todos por igual hombre y mujer en los trabajos domésticos y de cuidado, desafortunadamente aún no se logra y tardará aún muchos años para llegar a ser enteramente posible, pero debo decirlo, en muchos hogares ya existe un trabajo de acercamiento en la pareja para cumplir estas tareas.
Pero en el hoy, las mujeres tienen derechos y libertades, pero siempre estarán supeditadas a los posicionamientos del Estado, el mercado y el patriarcado, de tal suerte que cuando hablamos de igualdad, tal como lo expresa Isabel Santa Cruz: para lograr la igualdad se requiere de no solo estar de manera formal en las leyes, en las normas, en el espacio del diseño de la política pública, o bien en las estructuras operativas, se requiere de que a las mujeres se les dote de equivalencia, equipotencia y equifonía, es decir, dé valor a sus cuerpos, voz para manifestarse y para acceder al poder. En ocasiones eso es meramente un discurso, porque hoy por hoy, muchas mujeres están sometidas por el yugo del patriarcado: en su saber, poder, autoridad, jactancia y en su compromiso de cumplir con su mandato de masculinidad, tal como lo expresa Rita Segato. De esta manera se podría hablar de igualdad para comprender la participación en la humanidad.
Por otro lado, desde la Economía Feminista y el poder y la justicia, Nancy Fraser, hace una reflexión muy válida para la comprensión de la justicia en su texto “Fortunas del feminismo”, en el plantea que para que se dé la justicia es importante (yo diría establecer una igualdad real y formal), impulsar tres dimensiones: una dimensión política que requiere de la representación, una dimensión económica que requiere de la redistribución y una dimensión cultural, y que requiere del reconocimiento de la persona.
Estas tres “R”: redistribución, representación y reconocimiento, requieren de estar soportadas en principios de igualdad no solo ante la ley sino ante las oportunidades donde todos y todas en esa interseccionalidad tengan voz, poder y valor. Por ello, la importancia de pensar que se requiere de una verdadera redistribución de la riqueza nacional a favor de todos y todas, así como que es importante que en la globalización y el mercado las mujeres defiendan su posición de acceder a los recursos económicos que se les niegan derivado de la invisibilidad por el desarrollo trabajo doméstico y de cuidados.
Pero socialmente, se requiere de desmontar las jerarquías social, ancladas a la cultura institucional que niegan a las personas su participación más libre e igualitaria, con lo que no se permite una adecuada participación ciudadana, por ende no hay una redistribución y representación efectiva de diversos sectores sociales. Y finalmente, cuando se habla de una paridad política, debemos de dejar pensar en una cuestión numérica, para dar paso a un trabajo de carácter cualitativo.
Así, me parece que hay mucho trabajo por hacer, tanto que debemos seguir realizando acciones colaborativas, abriendo diálogos en alteridad, en horizontalidad, en ecología de saberes, pero sobre todo, requerimos definir las estrategias contra la globalización, el mercado y el patriarcado.