Sobre el tablero/Christian Tapia
Comienza el show
Por fin legalmente tenemos candidatos oficiales hacia la Presidencia de la República por las coaliciones que se formaron entre partidos. Faltan los aspirantes independientes que logren terminar de reunir las firmas o los que ya lo hicieron pasen los dictámenes del INE para también entrar en la carrera hacia Los Pinos.
No es desconocido que Andrés Manuel lleva 18 años, Ricardo más de dos años y José Antonio algunos meses promocionandose abiertamente aunque las restricciones legales los limiten, pero como dicen en mi pueblo, siempre hay forma de saltarse la barda para atiborrar con publicidad e incluso invadir los espacios personales de la ciudadanía con tal de posicionarse. Esa invasión con ataques y contrataques y el mínimo de propuestas reales ponen el ingrediente perfecto para un hastío generalizado.
Es notorio por demás, aunque todos los partidos lo nieguen, el rechazo de la población hacia la partidocracia y políticos en la actualidad, debido a que ya no representan los intereses de las mayorias, mucho menos tienen una definición ideológica, sean de derecha, izquierda, centro o todo lo anterior (ya no saben ni qué son).
Va a ser muy interesante y por demás cardiaca la elección, porque al final será entre dos, la izquierda o la derecha, no habrá espacio para un tercer lugar. No le va a importar al ciudadano qué ideología, proyecto, propuestas o compromisos asuma cada candidato, lo que importará será en base a un sentimiento, quien le caiga mejor. Muy grave que dominen los sentimientos por encima de la razón en una elección que definirá los próximos 6 años a nuestro hermoso país. La definición de México como nación está en juego.
La brújula ideológica se ha perdido y se vive una especie de descomposición o fragmentación partidista de gran calado, entre viejos y nuevos políticos, tecnócratas y neo líderes millenial, militancia y dinastías familiares. Es por ello que ya no importa la ideología, los intereses comunes de la sociead, sino únicamente los particulares y de grupúsculos. Debido a eso vemos chapulines de un lado a otro, buscando un acomodo dejando de lado el sentir social.
En fin, comienza la intercampaña donde no habrá propuesta, pero si está puesta la mesa para que veamos cosas inimaginables de guerra sucia. Ojalá me equivoque y los equipos de los candidatos se enfoquen en organizar sus fuerzas, proyectos y nos sorprendan con una propuesta definida de cada quien para la Nación. Veremos.
@chrisantapia