Sobre el tablero/Christian Tapia
Sobre el tablero/Christian Tapia
Morelia y Michoacán, zona de guerra electoral.
En todos los partidos, se ha desatado una guerra frontal y sin cuartel entre grupos, corrientes y cuadros de gran calado ¿El motivo? En septiembre inicia el calendario electoral rumbo a 2021 y nadie se quiere quedar fuera.
Se han incrementado las mediciones demoscópicas, algunas de casas con amplio reconocimiento y otras de franca hechura inventada (pagada) o de origen desconocido. Es muy sabido que en política la percepción es indispensable, ya que muchos partidos y otros que van rumbo a su nacimiento, deben medir a los actores que posiblemente les darían el triunfo o su mantenimiento en los porcentajes para no perder los registros.
Particularmente, la elección de 2021 es atípica, ya que por primera vez, se van a elegir más de 21 mil cargos en todo el país, desde regidores y síndicos hasta gobernadores, pasando por diputados locales, diputados federales y presidentes municipales. Estamos hablando de más de 150 mil candidatos, ya que oficialmente se cuenta con 7 partidos debidamente registrados en el INE, más los independientes y los que logren los registros.
Para tener un contexto del tamaño de la contienda, existen registrados 95 millones de mexicanos en edad de votar, por lo cuál se instalarán más de 160 mil casillas y participarán cerca del millón de mexicanos como funcionarios de casilla. Estarán en juego la renovación en 30 estados de sus congresos locales y presidencias municipales, además de 15 gubernaturas, es ahí el reto de cada partido, de escoger sus mejores líderes para colocarlos como candidatas y candidatos, dejando de lado los amiguismos y preferencias sin sentido, se necesitan a los mejores, así de simple.
Ahora, a todas estas cifras hay que sumarle que ya la equidad de género es indispensable, osea que se verá como nunca y en lo personal lo celebro, una gran cantidad de mujeres en las contiendas. La pregunta es ¿Están preparados los partidos para este gran reto y formaron sus cuadros con tiempo y dedicación para salir a una campaña y desempeñarse con la inteligencia y fuerza necesaria?.
Bueno, ya que vimos el tamaño de la contienda, pienso que no existe una maquinaria electoral preparada para tal reto, por lo cual literalmente las elecciones serán de índole local y los liderazgos regionales, la militancia de todos los partidos y los seguidores de los candidatos independientes tendrán como dicen en mi rancho, qué rascarse con sus propias uñas, no hay de otra. Pero entonces ahora más que nunca, la integración en el caso de los presidentes municipales de sus planillas será determinante, el suplente de los diputados locales y federales sumará o restará y sobre todo en los candidatos a gobernadores el perfil de la candidata o candidato no bastará, tendrá qué decir quienes lo están acompañando como posible equipo de trabajo, porque ahora más que nunca la ciudadanía está muy pendiente de a quién brindarle su voto.
El efecto López Obrador no jugará, ni habrá voto lineal por uno u otro partido, es por ello que se han recrudecido las batallas al interior de los principales partidos, ya que cada equipo o aspirante, ve posibilidades reales de un triunfo, pero los equipos que no ven tantas posibilidades están condicionando su apoyo, a cambio de integrarse con posiciones en las planillas o en futuros puestos de gabinete. Como en todo, la negociación es básica ahora más que nunca, porque a nadie le interesa que se generen fisuras o grietas al interior, para salir lo mayormente fortalecidos rumbo a la contienda electoral más grande de la historia democrática del país.
Morelia y Michoacán siempre han sido un laboratorio electoral, pero en esta ocasión habremos sorprendidos por la ferocidad de la contienda, intensidad de la fase previa ysobre todo, en las alianzas con otros partidos formales y las informales entre actores políticos y grupos o tribus. Por tal, ya cada quién afila espada y comienza a conformar el equipo de batalla, porque la guerra va a ser muy fuerte y despiadada.