Sin gafete/Isabel Arvide
¿ES CONTRA LÓPEZ OBRADOR? O MINISTROS DEFIENDEN LA SEPARACIÓN DE PODERES…
Lo positivo es que tenemos la película sin cortes. Que, por primera vez, en muchos sexenios, vemos a los protagonistas decir lo que piensan y actuar en consecuencia con sus dichos.
Esto tiene que ser sano. No hay un primer mandatario inserto en temas protocolarios y dispuesto a concesiones políticas. En el otro lado, los ministros de la Suprema Corte están en la defensa de su realidad.
Porque los sueldos, el presupuesto, su inmensa autonomía, incluso su falta de resultados que correspondan a las expectativas de la sociedad, han existido desde hace muchos años. No es algo que deba sorprendernos, y ni siquiera fue tema de campaña. No hubo consigna contra ellos.
Para este gobierno, y para un Congreso que es mayoritariamente a favor, todo parece resumirse en el tema del dinero. En una reducción obligada a sus salarios.
Y esta austeridad tiene sus asegunes. Bastaría preguntar quiénes, entre los diputados de MORENA, son propietarios de los automóviles de lujo que estacionaron en el Zócalo de la Ciudad el miércoles 12 de diciembre. Porque quien tiene dinero para pagarse un BMW o un Mercedes Benz, bien puede hablar de ganar o no centavos.
No se diga la secretaria Olga Sánchez Cordero que, en conferencia de prensa, declaró que va a donar su sueldo como titular de Gobernación. O sea que va a trabajar de gratis. Esto, obvio, porque tiene una pensión de poco más de 248 mil pesos como ministra de la Suprema Corte, y porque, además, de acuerdo con lo ella publicó en redes sociales, es Notaria. Así, es muy fácil no pelear pesos o centavos en su sueldo.
¿Debe un ministro de la Suprema Corte ganar casi 500 mil pesos? Creo que la discusión es cuánto debe ganar el presidente de la República en un país de más de ciento diez millones de habitantes. Y cuánto tendrían que ganar los senadores y diputados que nos representan. Sus sueldos, la reducción de sus sueldos, no cambian la realidad de millones.
Tal vez haya una confusión en el planteamiento inicial, porque millones de mexicanos no estaban indignados por los sueldos de ministros o de legisladores, ni del primer mandatario, sino por los negocios, por los excesos, por la ineficiencia del gobierno. Si Peña Nieto hubiese ganado 500 mil pesos al mes, tampoco le hubiese alcanzado para comprarse la “casa blanca”.
No queremos funcionarios que utilicen el helicóptero oficial para ir a su casa. No queremos negocios que aumenten el costo de la obra pública. No queremos el cinismo de Rosario Robles con sus “estafas” sin firma.
¿Qué sigue? El tema de la confrontación de diputados, senadores y presidente de la República con la Suprema Corte debe encontrar una solución inteligente, que no va por pagar centavos a unos jueces y millones a otros, según la fecha en que fueron nombrados, que no puede ir por la desaparición de uno de los tres poderes de la Unión.
Y viene el tema de la reducción de salario a los militares…