Santiago y el Rufo/Santiago Heyser Beltrán
Santiago y El Rufo
“Pecadores: días de reflexión”
Uruapan, Michoacán, 16 de abril del 2019
Hijo de familia católica, egresado Lasallista, monaguillo de chiquillo (en Latín) y cuidador de coches en iglesias, mi vida ha estado acompañada de la religión.
R- Guarraguauuu, mi Santias, conociéndote como libre pensador, no me imaginaba que en tu vida hubiera tanta influencia religiosa.
S- Precisamente de ahí viene mi formación intelectual, perro. Mi abuelo, fuerte influencia en mi formación y en mi educación fue Guadalupano y Masón, rara combinación que obliga a reflexionar, en adición, tuve buenos maestros en el colegio lasallista Febres Cordero en Guadalajara, que me enseñaron a pensar y a fundamentar mis decisiones de vida en el análisis y el razonamiento.
R- Guau, esa es noticia para mí, Santias, mi perruna impresión es que las religiones se sostienen por los dogmas y no por la razón.
S- Esa, en mi opinión, es una interpretación que le dan algunos ministros a las religiones, apoyados en libros que ve tú a saber quiénes escribieron como herramientas de control y de manipulación, bajo el slogan “Palabra de Dios”, con lo que pretenden anular cualquier posibilidad de análisis o de cuestionamiento.
R- Guau, pues sí, si te dicen que es palabra de Dios, ya nada puedes alegar, se acabaron los argumentos, solo te queda acatar, someterte, doblegarte, obedecer… y como consecuencia, ya te controlaron, dejaste de ser un hombre libre, en donde razonar o cuestionar adquiere tintes de herejía y en mi opinión, el negocio de las religiones se con$olida.
S- Obvio que las religiones son negocio, mi Rufo y se basan en el control de la gente a través de controlar su ignorancia y sus instintos, que por definición son incontrolables porque son parte de la propia naturaleza humana, como consecuencia el hombre es pecador, no por actuar como hombre de acuerdo a su naturaleza, sino por no actuar en contra de su naturaleza y seguir sus instintos y la ley natural; el caso más paradigmático es el control de la sexualidad prohibiendo su ejercicio fuera de las reglas antinaturales que las mismas religiones imponen. Tuve un maestro que expresaba: “Dos inventos controlan a la humanidad: uno es la televisión y el otro es el pecado”; con el primero te lavan el coco, con el segundo manipulan tu naturaleza lo que te convierte en pecador en automático, más cuando el abanico lo abren, no solo a tus acciones, sino también a tus pensamientos, los que por definición son incontrolables. ¿Quién no imaginó o deseo una escena erótica con una mujer atractiva o que mujer no sintió el deseo de ser amada por un galán del colegio o un artista de cine de su gusto? La expresión física de ese pecado, practicada por millones de personas de ambos sexos ¡Es la masturbación!, también tipificada como pecado, aunque no se especifica en los 10 mandamientos. Entendamos, el pensamiento erótico es natural e inherente al ser humano, por lo tanto es irrefrenable y en consecuencia, por ser como somos, obra del Creador, todos nos volvemos pecadores, incluidos los “representantes de Dios”.
Un ministro que me cae bien es el Papa Francisco, pero ni siquiera el evade la tentación de promover el marketing eclesiástico por twitter, cito tuit del Papa Francisco: “@Pontifex_es Cristo, por amor, se entregó hasta el final para salvarte. Sus brazos abiertos en la Cruz son el signo más precioso de un amigo capaz de llegar hasta el extremo. #SemanaSanta”… Nunca entendí por qué Jesús, hijo de Dios y por definición eterno, tenía que morir (lo que siendo eterno le es imposible) por un pecado que no cometí. Por eso le contesté: “Padre: ¿salvarme, de qué?, ¿de un pecado original que no cometí o de actuar como humano, que es como el Todopoderoso me hizo? ¿Salvará el Creador al León por comerse a la Cebra o al Lobo por aparearse?”... El Pecado Original es tan manipulador e injusto, que ya los jesuitas lo eliminaron al declarar que la historia de Adán y Eva fue una leyenda; si aprovechando estos días de reflexión pensamos en ello, veremos que al no haber existido Adán y Eva (Darwin), no hubo pecado original, si no hay pecado original el bautizo es un sinsentido, si no hay bautizo,… pues no hay nada porque no hay católicos,… a menos que nos inventen otra historia para justificar las falsedades predicadas por siglos. Con esto en mente, he llegado a una personal conclusión: Creo en un Creador de todo el universo al que venero con cada atardecer, como creo que las iglesias y religiones son estructuras engañabobos diseñadas para, aprovechándose de la ignorancia, suplir la capacidad de razonar para manipular a millones, que al vivir de acuerdo con su humana naturaleza, pasan a engrosar las filas de pecadores, que para aliviar sus conciencias, aportan cuando curas, sacerdotes y ministros pasan la charola… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador