Santiago y el Rufo
“El voto de los jóvenes”
Jorge Peralta es mi sobrino, tiene 22 años y está estudiando Ciencias Políticas y Administración Pública, el es parte un pequeño, muy pequeño grupo de jóvenes interesados en la política y en reconstruir a México.
R- Guarraguauuu, mi Santias, muy importante que los jóvenes se interesen en la política y en los procesos electorales, finalmente, ellos heredarán el desastre o los aciertos que tengan políticos y gobernantes. Abstenerse de participar es dejar en manos ajenas su futuro.
S- Así es, mi Rufo; además, aunque ellos no estén conscientes del todo, su voto puede definir el triunfo de candidatos, ya que los jóvenes son uno de los grupos ciudadanos más grandes en términos electorales. De ahí mi interés en platicar con Jorge y así tener una idea de que les pasa y como piensan.
R- Guauuu, vale, compárteme lo que te dijo.
S- Empecé el diálogo preguntándole: Estimado Jorge, ¿cómo ven tú y los compañeros de tu escuela el proceso electoral?
J- Lo vemos diferente a como mi padre me enseñó, tío; él hablaba de las responsabilidad y la dignidad de la política y del compromiso del servicio público, que hoy no vemos.
Por eso los de mi edad percibimos que la apatía, la confusión, la incertidumbre y el hartazgo por los temas relacionados a las campañas, candidatos, votaciones y por la política en general se hacen cada vez más presentes en los ciudadanos del país; y cómo no sería así si los principales actores políticos se han encargado de bombardearnos y atosigarnos de propaganda, canciones vacuas, spots de radio, comerciales en redes sociales o televisión y activaciones por parte de los brigadistas o simpatizantes en eventos y en lugares concurridos, conduciéndonos al hartazgo… Convirtiendo a este proceso democrático en una carrera por el poder motivado por ambición desmedida, sustentada en la descalificación, la estridencia y la mentira, en donde parece que todo se vale.
S- Comparto tu sentir, yo también estoy hasta la madre de la saturación publicitaria de políticos, mediocres los más, corruptos muchos de ellos y delincuentes algunos.
J- Así es y el origen, considero, es que los partidos políticos se han esforzado por “destacarse” de sus contrincantes y han hecho hasta lo imposible por que tengamos en la cabeza sus logotipos, colores y el nombre de su candidato, dejando al margen su compromiso republicano, sin entender que para los chorrocientos puestos en disputa, esa forma de comunicar es una mentada para los ciudadanos.
A ello habría que añadir el océano sin fin de noticias, spots, mesas de análisis y notas de seguimiento por parte de los medios de comunicación y de los “opinadores” a temas relacionados con el proceso electoral; los cuales, al estar en constante actualización terminan siendo indigeribles para el ciudadano común.
S- De acuerdo, pero, ¿qué opinas de los contenidos?
J- Basura, tío, descalificaciones, mentiras; además, diariamente salen “notas” negativas con casos de corrupción: propiedades no declaradas y/o adquiridas a precios ridículos por parte de los candidatos, líderes, representantes y militantes de TODOS los partidos políticos. A lo que voy es que esto ya no es cuestión de orientación política ni de los “valores y/o principios” hoy olvidados; en todos hay corrupción y lo peor, la ven como algo natural e intrínseco al trabajo político; como si la corrupción fuera un premio o una forma de pago por su trabajo… De ahí la runfla de pseudo políticos, militantes y funcionarios haciendo cola para salir de pobres cuando les toque y les hagan justicia partidaria con una chamba o una candidatura. Lo que me hace pensar: ¿qué tan jugoso debe ser el “beneficio” al ganar para que merezca la pena la inversión millonaria en campañas, propaganda basura, mítines, reuniones, etc.?
S- Sin duda hay mucho dinero en juego y ello genera un problema adicional, mi estimado Jorge, la confrontación social que se vive por temas político-electorales y el involucramiento del crimen organizado.
J- Así lo veo también, tío. En la actualidad, vivimos en una sociedad altamente polarizada en donde o todo es blanco o todo es negro, donde es fácil cuestionar, juzgar, desacreditar o amedrentar a las personas con las que mis pensamientos, valores y convicciones difieren; además, somos incapaces de ser autocríticos, tanto en lo personal como a nivel institucional, de esta manera en lugar de mejorar y corregir, el esfuerzo se orienta a desacreditar a los “contrarios” haciendo de la política un cochinero.
Y por si fuera poco, a ello tenemos que añadir, que todos tratan de manipular el voto ciudadano con falacias como el voto útil; cuando lo que deberían hacer es corregir sus corruptelas, limpiar la casa y ofertar servicios con un trabajo eficaz y honesto para así ganarse el voto; en lugar de desinformar y manipular infundiendo miedo y presentando escenarios catastrofistas a falta de propuestas.
En lo personal considero deleznables y peligrosas estas prácticas sucias de promoción por parte de los actores políticos, pero aun más delicado considero el que los ciudadanos, como borregos, promuevan todas estas imágenes y cadenas desinformativas con el objetivo de cambiar la intención de voto de quienes piensan diferente; nos tratan como si fuéramos idiotas y no tuviéramos criterio para elegir a quién darle nuestro voto porque nos conviene y nos convence.
A mí me gustaría me motivaran a votar haciendo públicos los perfiles de los candidatos, así como sus propuestas y compromisos; de esa manera sabría a quién darle mi voto; también me gustaría tener claridad con información sencilla de cuál es el proceso de votar, como llenar la boleta, dónde está mi casilla, cuantas boletas llenar e información pertinente al proceso… Ya discernir para saber qué candidato y/o partido miente o engaña, me encargaría yo como elector, pues esa es mi responsabilidad ciudadana.
S- Muy bien, Jorge, comuniquemos tu sentir a los jóvenes, a los políticos y a los ciudadanos en general y ojalá, quienes deciden, escuchen, de manera tal que dignifiquen la política y el servicio público, motivando que el voto joven sea cada vez más copioso e informado como un camino para construir políticamente el México que van a heredar… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.