Santiago y El Rufo/Santiago Heyser
Uruapan, Michoacán, 18 de abril del 2017
Guau, me gustó tu planteamiento del fin de semana, mi Santias: Sin comida morimos, sin educación inteligente no hay progreso.
S- Así es, mi Rufo, por eso insisto en que: si queremos un México mejor en el futuro, debemos educar para que los alumnos se conviertan en ciudadanos pensantes, críticos, reflexivos y racionales.
R- Suena fácil, mi Santias, pero: ¿Cómo lograrlo?
S- Primero despolitizando la educación. Poner al amigo como Secretario de Educación es un crimen contra la nación que han cometido muchos presidentes al considerar las carteras del gobierno como propiedad feudal con la que pueden pagar favores o construir aliados. Hoy tenemos a Peña Nieto, en mi opinión, prostituyendo a la SEP con el nombramiento de Aurelio Nuño, pero no se me olvida cómo Felipe Calderón pagó favores electorales entregando la subsecretaría de educación básica al yerno de la “maistra” Gordillo.
R- Grrr ¡Tienes razón!, mi Santias, con la educación, por lo que implica para la república y su trascendencia en la construcción de ciudadanos ¡No se debe jugar! Ojalá quién llegue a gobernar México a partir del 2018 entienda el compromiso republicano que tiene con la educación y que esta debe ser laica, de calidad y gratuita… Pero no me has terminado de responder Santias: ¿Cómo lograr una educación que construya ciudadanos racionales a partir de la premisa de que si no hay educación inteligente no hay progreso?
S- Las claves, mi Rufo, están en las premisas que mencionaste; al ser laica se vuelve racional, ya las religiones probaron su inoperancia para formar personas (México con más de un 70% de católicos, es una cloaca de corrupción, abusos y crímenes; el aborto, que es un crimen contra la vida, lo cometen en un 80% mujeres católicas), el paradigma de creer antes que razonar es obsoleto, hay que enseñar a pensar y de manera natural el pensamiento racional alejará a la gente de los fanatismos y descubrirá que la riqueza se produce trabajando, no rezando; al ser de calidad, deberá, por fuerza, ser personalizada y reconocer la diversidad en el alumnado, que para fines prácticos es reconocer la unicidad de cada persona y en función de ello impulsar el desarrollo de todo su potencial, así tendremos ciudadanos de calidad; para ello requerimos maestros con vocación, no chambistas y burrocratas, y sobre todo, con un sindicalismo republicano, no corrupto. Creo en el sindicalismo que defiende derechos de trabajadores comprometidos y honestos, no en el sindicalismo que amenaza, enriquece líderes venales y subyuga al trabajador, la tercera premisa; educación gratuita garantiza el servicio republicano de las instituciones de educación al servicio de la ciudadanía sin distingos ni exclusiones. La educación laica gratuita y de calidad oferta a cada mexicano un futuro basado en sus méritos y capacidades y la oportunidad de desarrollar su propio potencial al máximo para servir a México y para el progreso personal y familiar. En el México que sueño, perro, la educación pública debe ser mejor que la educación privada, porque sería ajena a fanatismo, a intereses particulare$ y contaría con programas de educación nacionalistas en función de las necesidades del México que queremos en el futuro y no solo de formar gente para acumular riqueza.
R- Guauuu, ¿y cómo empezar, mi Santias?
S- Una vez platiqué con Don Rodolfo Tuirán, subsecretario de educación media, a quién admiro y respeto, proponiéndole reemplazar los talleres por fábricas dentro de las preparatorias y bachilleratos. La educación dual los capacita para ser obreros o empleados, las fábricas para ser emprendedores, también propuse incluir en la currícula educativa el aprender a producir alimentos y ya encarrerados, haría del ajedrez materia obligatoria; pero respondiendo a tu pregunta de ¿por donde empezar?, yo lo haría por por las escuelas agropecuarias de educación media, por tres razones: 1.- Hoy sus resultados en función de las necesidades alimentarias de México, son muy pobres ¡Urge que sean eficaces!, tienen mucho presupuesto e infraestructura subutilizada, 2.- El cambio, como la revolución mexicana debe comenzar por el campo, la sociedad rural es más solidaria, consciente del cuidado de recursos naturales y más integrada en lo familiar y lo comunitario; la sociedad urbana está orientada para tener, acumular, competir y consumir, es más difícil lograr cambios, y 3.- México urge de políticas públicas nacionalistas que asociadas a la tecnología, a la innovación y a la producción de alimentos nos garanticen la autosuficiencia alimentaria que sustente la soberanía nacional… Pero la esencia de la calidad educativa, Rufo, está en enseñar a razonar a los futuros ciudadanos, de esa manera cada uno encontrará su camino y podrá así servir a la Patria… Así de sencillo.