Rufomentario/Santiago Heyser
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“El Pacto Fiscal Inoperante”
Señalamos la semana pasada que: El gobierno de cada estado soberano dentro de la república, está al servicio de sus gobernados; en consecuencia, para que el pacto federal como cualquier otro tenga sentido, este debe estar al servicio y beneficio de todos los mexicanos… ¡Hoy no lo está, ni lo ha estado en los últimos 50 años!
R- Guau. También describimos, mi Santias, que, al reforzar el potencial de cada estado en lo particular, vía Pacto Fiscal, la intención era convertir a México en una potencia con la capacidad de brindar un estado de bienestar a sus gobernados, todos, pero también capaz de protegerse de las amenazas externas al tener a una nación unida con objetivos e intereses comunes y nacionalistas que le dieran la fuerza y la capacidad de defender su soberanía y sus recursos naturales de piratas y de invasores ladrones,… como en el caso de “la desaparecida” isla Bermeja <buscar en Google>, una isla en medio del golfo de México que en automático daba a México la soberanía sobre aguas circundantes, que casualmente son de las más ricas en yacimientos petrolíferos (asunto que debería ser asignación prioritaria del senado, de la SEMAR y de la SEDENA, ya que su “misteriosa desaparición, no solo se “robó” una isla al pueblo de México, sino la riqueza energética de sus aguas territoriales, en beneficio de…).
S- Y cerramos el artículo señalando que: El problema es que una cosa es Juan Domínguez y otra no me friegues, por lo que apoyados en obscuras negociaciones, amparados por el pacto federal y su derivado, el pacto fiscal, los presidentes de la república, desde los partidos políticos, cooptaron, amenazaron y corrompieron el sistema electoral para controlar al poder legislativo y al poder judicial, origen de los actuales conflictos; convirtiendo al ejecutivo federal en un cuasi emperador, como hoy sucede, que modifica leyes a contentillo y premia y castiga según le sirvan, haciendo y deshaciendo con el gasto y el presupuesto, manejándolo de forma discrecional y corrupta, jodiendo así el objetivo nacional de justicia, equidad y eficacia al gobernar, lo que hoy nos tiene con unos ricos muy ricos, producto de los gobiernos de la autonombrada “robolución”, y con unos pobres muy pobres, producto de la corrupción y agandalle de los gobernantes, familiares y su claque “empresarial” y política que no invirtieron en el desarrollo de los estados y sus pueblos para lograr el crecimiento equilibrado y la incorporación técnica y económica al mundo competitivo y moderno para así convertirnos en una gran nación, sino que nos robaron, con todo y la alternancia de Chente y de Felipe,… lo que hoy nos tiene confrontados y con agravios de clase que nos dividen en lo político, en lo económico y en lo social; azuzada esa división por intereses ideológicos, políticos y de grupo, lo que nos impide trabajar unidos por México y nos está llevando al desastre nacional. (Ver #EstafaMastra, #EstafadeLuz, Oceanografía, Odebrecht, nacionalización de ingenios, venta de Telmex, de ferrocarriles, de Fertimex y del canal 13, así como la renta de oficinas “públicas” y la compra de Agro Nitrogenados y Fertinal, o las concesiones de transporte de Pemex a particulares, y la adquisición de “pipas” o la asignación de contratos sin concurso ya en este sexenio; a ello añadamos las alianzas con “narcos” y las concesiones y prestaciones a sindicatos afines, para “comprar” apoyos y votos a través de corromper líderes, algunos hasta con una “franquicia” de partido político, prostituyendo así nuestra incipiente democracia y consecuentemente los gobiernos y al Congreso, que se integran, no por los mejores hombres y mujeres, sino por las designaciones de cúpulas que controlan el sistema <ver la CNDH y el TEPJ, su gestión y sus decisiones>), como una perla que describe lo escrito, vale la pena leer: “Tabasco: el edén sumergido”, de Héctor Zamarrón, en Milenio del 9 de noviembre del presente, donde describe la corrupción gubernamental previa al drama que hoy viven los tabasqueños.
Regresando al tema, desde el punto de vista distributivo, el pacto fiscal perdió el sentido de consolidación de la república, cuando dejó de ser temporal para convertirse en estrategia política y electoral permanente a través de un reparto discrecional e ineficiente, desde el poder federal, ignorando que el recurso fiscal surge del trabajo de millones de mexicanos que en los estados, con su visión y esfuerzo producen la riqueza que genera impuestos cuyo objetivo es el desarrollo nacional, no alimentar políticas clientelares de gobernantes y de sus partidos, cuyos tentáculos llegan a los gobiernos estatales, que de manera inmoral, discrecional y corrupta, manejan con singular ineficacia sus presupuestos, no todos, pero si muchos,… por eso México hoy está batido en sangre, depende política y económicamente de USA y es de tercer mundo… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.