Rueda de Molino/Jorge Hidalgo Lugo
Rueda de Molino
Michoacán en la ingobernabilidad por falta de pericia de Ramírez Bedolla, hoy rehén de la CNTE
Jorge Hidalgo Lugo
Una gestión fallida, sin rumbo, sin opositores que le hagan sombra y dedicada primordialmente a ser obediente ciega de las órdenes que se mandan desde palacio Nacional, tiene a Michoacán en los bordes de la ingobernabilidad y quién lo dijera, los causantes de estos tumbos son los que se llamaron aliados, parte del proyecto de Morena y obedientes observantes de los mandatos de Andrés Manuel López Obrador, los radicales de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE.
Los tropiezos que plagan los primeros cinco meses de Alfredo Ramírez Bedolla al frente de Michoacán, son por decir lo menos, un rosario de yerros que distan mucho del discurso oficialista con que presumió los primeros 100 días de su accidentado accionar, de estar “reconstruyendo” a una entidad que hoy zozobra ante la inseguridad que alcanza niveles insospechados y llega no sólo a los tradicionales municipios de Tierra Caliente, sino que el cáncer se ha extendido como metástasis a la mayor parte de la geografía estatal. Involucrados, claro está, los narco aliados.
La impunidad que ha tomado carta de naturalización en el paraíso ofrecido por Morena, tiene hoy nuevas evidencias de la inoperancia oficialista para atajar un problema, por mínimo que pudiera aparentar, y sólo reaccionan cuando el petardo ya le estalló en pleno rostro, y lo exhiben como incapaz o ineficiente, como aconteció recientemente con la veda al aguacate por parte de la Unión Americana, algo que por cierto no han hecho, ni hicieron con los limoneros, abandonos a su triste y lamentable suerte.
Podríamos decir que el costo de la inexperiencia que tiene Ramírez Bedolla es el pago que hoy afecta a los michoacanos en general, pero sería una salida pueril si se considera que hoy como nunca, el que cobra como Gobernador está obligado a dar muestra de por qué le confirieron la responsabilidad una vez que salió su nombre de la tómbola para suplir a Raúl Morón Orozco en la candidatura, a quien por cierto mantiene marginado y distante de cualquier posición dentro de la estructura de confianza o círculo rojo que le acompaña en esta tragicomedia que tiene convertido su accionar desde el Solio de Ocampo.
Encomendar los asuntos a Carlos Torres Piña quien por igual no ha demostrado tamaños para ser el contenedor, negociador, interlocutor confiable y demás tareas que debe desempeñar un Secretario de Gobierno, ha sido otro sello de incapacidad de quien debe evaluar el desempeño de los miembros del gabinete y actuar en consecuencia. No hay nada hasta el momento que se pueda considerar como acierto en su designación, todo lo contrario.
La laxitud para atender los reclamos de desplazados y víctimas del crimen organizado, otra asignatura pendiente que hoy reclaman familiares y deudos de más de mil 100 víctimas que desde el primero de octubre a la fecha, han caído ante los embates de las células delictivas que hoy se disputan el predominio de la entidad.
Dentro de la estadística oprobiosa, aunque de manera socarrona y hasta cínica, el propio Ramírez Bedolla evade al ser cuestionado con la gracejada de “yo tengo otros d4Tos”,tan sólo en lo que va del 2022, suman 41 mujeres las ejecutadas en éste considerado territorio morenista.
Las señales que el primero de octubre le mandó el enfrentamiento entre miembros de la CNTE, aliados y brazos desestabilizadores en la pasada administración, tampoco fue motivo de alerta o mínima atención del equipo gobernante.
Ese día de regocijo y jolgorio morenista en que a Raúl Morón le negaron un sitio dentro del sillerío en la ceremonia de toma de posesión, dos eventos criminales lo empañaron pero el festín de lobos no atinó a entenderlo.
En dos incidentes por separado, se registraron quema de instalaciones en las oficinas sindicales de la Sección XVIII, instaladas en un inmueble alquilado a terceros y que quedóen la absoluta impunidad, pese a los daños materiales ocasionados por otros miembros de la misma CNTE que desde ese momento pelean por ser privilegiados con posiciones y pago de favores prestados en la campaña morenista.
Como respuesta, los antagónicos cobraron desquite y horas más tarde, ese mismo día hicieron lo propio en instalaciones poco utilizadas pero con el ingrediente adicional de estar casi pared con pared, como vecinos de la Secretaría de Seguridad Pública cuyos elementos no intervinieron de forma inexplicable y por igual, el ilícito quedó en total impunidad.
Vendrían luego las mentiras, la complicación oficial paraexplicar los motivos de contratar un crédito emergente por 2 mil millones de pesos a pagar en 12 parcialidades con 2 por ciento de interés mensual, presuntamente destinado al pago de adeudos al magisterio y con ello el derrumbe del mito de la federalización de la nómina.
Lo que tanto alardeó en campaña y hasta fue motivo de triunfalista anuncio por parte de López Obrador en aquella primera reunión celebrada en Palacio de Gobierno, escenario donde por arrogancia del presidencialismo imperial, Ramírez Bedolla quedó reducido a “mascota de lujo” o “súper delegado” a quien le encomendó el seguimiento puntual y por encima de cualquier autoridad federal, de los programas clientelares que se tienen montados en la entidad.
Tarea que hasta el momento, eso sí hay que reconocer, el Gerente de Palacio Nacional ha desplegado con toda atingencia, no sólo para estar pendiente de lo que le encomendó su patrón, sino además, activo matraquero en eventos para apoyar la contra reforma energética, no se diga promover la asistencia masiva a la consulta de revocación de mandato, con la condición de seguir gozando de las millonarias dádivas que se despliegan para el “bienestar” de la gente.
Todo antes de asumir la responsabilidad que le dieron los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, quienes deberán cargar en su conciencia la sangre que hoy empaña a Michoacán y que pudieron evitar de no haberse vendido, para avalar unos comicios donde a suentender hubo injerencia del crimen organizado, “pero nada más poquito”.
Hoy, de tumbo en tumbo, sin buena conducción, Ramírez Bedolla es rehén de la CNTE y lo acorralan con toda clase de actos vandálicos, delitos sin castigo, con secuestro y quema de vehículos particulares y comerciales, incluidos.
Cierres de carreteras, agresiones a policías, bloqueos viales y a plazas comerciales, sin que haya en el escenario una figura capaz de establecer diálogo o negociar con quienes le tienen tomada la medida.
Pues como lo invocan, dicen seguir siendo adoradores de López Obrador pero se sienten decepcionados de su empleado quien gobierna en Michoacán con preferencias para unos, mientras a otros los deja de lado.
En una palabra, como dirían los chavos escolapios, “no los junta, ni convida del pastel” que se engullen y que al parecer es el mismo sentir entre morenitas que se sienten desplazados y han abierto una suerte de guerra intestina como quedó evidenciado este fin de semana, cuando a través de su vocería, Raúl Morón Orozco se asumió como el “líder de la izquierda michoacana”, en la presunción de estar organizando a las bases morenistas rumbo a la “consulta popular de revocación de mandato”.
Apenas horas después, Fidel Calderón Torreblanca desde su posición como presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, coordinador de la bancada de Morena en la 75 Legislatura local y visible operador para la sumisión de los opositores a quienes pastorea magistralmente, cómplices en la cuchillada del impuesto por el reemplacamiento, también emitió un comunicado.
Ahí consignó que desde su origen, “Morena ha promovido la participación ciudadana en los asuntos públicos. No es casualidad ni ocurrencia fomentar la democracia participativa, es nuestra convicción y este movimiento en Michoacán, así como su estructura territorial, los comanda Alfredo Ramírez Bedolla”.
El que también se mantiene a la espera de dar el salto y en un momento no lejano relevar a Torres Piña en la Secretaria General de Gobierno, aprovechó la oportunidad para también hacer un llamado “a la organización territorial endistritos, municipios y secciones, y convocó a los ciudadanos a volverse a organizar, ahora, para participar en la consulta ciudadana de revocación de mandato el próximo 10 de abril”.
Así la demostración de lo que es prioridad para Morena y sus actores, encabezados por Ramírez Bedolla, que es quedar bien con López Obrador antes que resolver los problemas que agobian a los michoacanos.
Poco importan los desplazados, las 41 mujeres ejecutadas de enero a la fecha, las mil 100 vidas cobradas de octubre al 22 de febrero, el abandono que sufren los productores de limón que dejaron de cosechar ante el agobio de las células criminales, la falta de empleos, la nula inversión, los efectos de la crisis e inflación galopante que golpea el bolsillo de los pobres y no pobres, el destrozo que sufren carreteras federales y, sobre todo, la permisividad para que radicales del magisterio lo arrinconen.
Una muestra fue irrumpir violentamente en la sede oficialista hoy conocida como Casa Michoacán mientras Ramírez Bedolla prefirió ir a Pátzcuaro y a las Yácatas de Tzintzuntzan en labores diplomáticas para atender al embajador de Panamá, país que ha rechazado las ocurrencias de recibir como representante diplomático de López Obrador a un acosador sexual y una adicta a la marihuana.
Nada más, pero nada menos…
Vale…