Rueda de molino/Jorge Hidalgo Lugo
Rueda de Molino
México despierta y pudo ser el comienzo del fin del sueño de un dictador
Aunque el principal descalabrado en esta elección, se apresuró a decir que se sentía feliz, feliz, feliz, de lo acontecido en la jornada comicial, debe sufrir dolores agudos en la vesícula biliar, porque en esta ocasión únicamente, perdió 14 millones de los 30 millones que obtuvo en el 2018.
Y podrán decir que así sucede en las intermedias de cada sexenio presidencial, pero lo que es inocultable fue el despertar del México adormilado y que se sacudió la modorra, para dejar en su voto el reproche a una gestión agresiva, insensible y corrupta.
Administración que se dijo iba a cambiar el modelo para generar justicia social pero que en dos años y medio, sólo ha generado una clase gobernante privilegiada y con vida lujosa, placentera, más allá de la “justa medianía” que tanto ofreció.
Voto de rechazo para quien con sus ocurrencias y obsesiones faraónicas, ha generado en este lapso más de 10 millones de nuevos pobres, según datos oficiales y disfruta por igual junto a su familia y parentela de todos niveles, una vida palaciega aun cuando siempre ofertó que no podría haber “gobierno rico de gente pobre”.
Por los resultados que se dieron y el alto porcentaje de votantes en una elección de este tipo, insistimos, se aprecia que los mexicanos pusieron ese dique necesario en la Cámara de Diputados federal que ya no estará en calidad de servidumbre de alcoba, para atender todos los caprichos legislativos que se le ocurran al huésped de Palacio Nacional.
Y salió como siempre a violar acuerdos y leyes, para presumir los resultados electorales en donde habría ganado gubernaturas de manera arrolladora, curiosamente en la zona del Pacífico, donde ejerce influencia conocido y amigable cártel delincuencial con quien suele fraternizar, ordenar liberaciones de capos relevantes, con el pretexto de no arriesgar vidas inocentes y hasta saludar solícito a mujeres que abogan por hijos caídos en manos de la justicia extranjera, en busca de su extradición a suelo mexicano.
Una jornada a manos de quienes siembran sangre y terror en diversas regiones del país que bien dibujó en su última portada el semanario Proceso, que poco o nada inhibió al crimen organizado para actuar a manos libres e incidir en el resultado de comicios, previa ejecución de candidatos incómodos, secuestros o mensajes intimidatorios para que entendieran bien con quién se tenía que jugar y cómo apoyar.
Y es ahí que Michoacán no fue excepción al extremo que se logró imponer escenarios que parecían ser parte del pasado ignominioso de la historia electoral, con grupos armados haciendo de las suyas antes, durante y después del domingo comicial.
Acciones para quitar bajo amenazas a los representantes de casillas de los partidos opositores para dejar solamente a los de Morena-PT y donde, curiosamente, la votación a favor de su candidato al Gobierno del Estado, fue “zapato”.
Esto es, ningún sufragio para otro que no fuera el que se marcó previamente en las boletas, como se pudo apreciar en diversos videos que circularon en las redes sociales y que aconteció además en diversas zonas de predominio y alta incidencia de esos cárteles que hoy pudieron, presumiblemente, acordar canonjías a cambio de esta valiosa aportación.
Elección manchada de origen pero que fue pacientemente documentada para aportar carpetas completas a las autoridades electorales en tiempo y forma, no a toro pasado, lo que vislumbra una judicialización del proceso que podría revertir el rumbo del resultado que sin pudor alguno, López Obrador dio como válido en la mañanera del martes, aun cuando el recuento oficial no había concluido.
Máxime si se ubica el reconocimiento al “crimen organizado por haberse portado bien” como lo mencionó en el patíbulo mañanero, lance que nunca antes nadie con la investidura presidencia se había atrevido.
En cambio omitió decir que había 14 millones de votos que ya no fueron para Morena, ni sus candidatos y que el equilibrio de fuerzas en el Congreso de la Unión, tuvo un giro inusitado o fuera de lo que pudo haber siquiera proyectado.
No debe ser un hombre “feliz, feliz, feliz”, como quiso aparentar y sí en cambio denotó su incontinencia para violar lo que tenga tufo a legalidad, que luego de autoerigirse en autoridad electoral por encima de todas las existentes, dio como indiscutibles vencedores a los candidatos de su partido en las gubernaturas de once entidades, incluyendo Michoacán claro, está, y omitió hablar de la debacle en la Ciudad de México, donde su derrota es mayúscula.
Y por si fuera poco, horas antes de la llegada de la enviada por el gobierno de Joe Biden, la vicepresidente Kamela Harris a quien recibiría desaliñado, con los zapatos y el traje sucio, llamándola “Presidente Kabala”, el impresentable derrotado por los mexicanos de bien, perfiló lo que ya bulle en su retorcida mente: hacer alianza con el PRI para alcanzar la mayoría que se requiera en su listado de reformas constitucionales que trae bajo el brazo.
Así de un plumazo, borra lo podrido que pueden estar o ser los políticos de ahí surgidos, de ese partido por él tan satanizado y adelantó aun antes de ser calificados los comicios, que para lograr una mayoría calificada “se podría llegar a un acuerdo con una parte del PRI” en Palacio de San Lázaro.
Esto perfila que buscará comprar con cañonazos millonarios, los votos que le hagan falta para reformar la Constitución entre los que hasta hace no mucho eran parte de los “moralmente derrotados” y a quienes solía humillar con sus autoritarios desplantes.
Por esto y más que está por venir, debemos reconocer y precisar que el México de bien, de la sensatez y pensante, le ganó la partida a López Obrador, lo que bien podría ser considerado como el comienzo del fin del sueño de un dictador.
*Director de Portal Hidalgo.