Rueda de Molino/Jorge Hidalgo Lugo
Rueda de Molino
La derrota que viene y enloquece a López Obrador
Jorge Hidalgo Lugo
Conforme se acerca el domingo electoral, crece el nerviosismo presidencial y los embates que se lanzan desde Palacio Nacional van perdiendo fuerza entre la opinión pública, lo que hace prever que Andrés Manuel López Obrador buscará echar mano de algún artilugio reservado para intentar recuperar parte de la credibilidad perdida por yerros propios, más que por aciertos de los opositores, a quienes no hace mucho humillaba con el despectivo alarde de tenerlos “moralmente derrotados”.
Los embates prefabricados desde el circo mañanero, no rindieron los frutos que esperaba y en contra parte, los desplantes de arrogancia, menosprecio y desprecio en contra de los gobernados, han terminado por minar la fortaleza que pensó irreductible cuando ganó los comicios en diciembre del 2018.
A escasa semana y media de los comicios, el absolutista se ve desdibujado y su actuar belicoso aumenta. Convencido como está que sigue siendo el opositor recalcitrante al régimen y no asumirse como presidente, provocó que precisamente la gente que se dejó engañar con sus falacias comenzara a tocar retirada y, sobre todo, lograra el despertar de los apáticos, indecisos y conformistas que dejaron de acudir a las urnas en aquella ocasión.
Hoy las encuestas lo ponen contra la pared. Morena su partido y sus actores van en caída libre y salvo algunas excepciones, las mayorías buscan refugio en alianzas partidistas que se están constituyendo en la tabla de salvación de un México que hoy se derrumba de manera inexorable.
Y lo más significativo de todo esto es que el declive de López Obrador se lo ha generado el propio López Obrador, lo que se niega a reconocer porque su ego es tan grande que lo ciega.
No ha sido la oposición, que sigue transitando en terrenos fangosos y cuyos liderazgos no pasan la prueba de ácido en materia de honestidad y anticorrupción, lo que dejaron demostrado al atragantarse con la entrega de candidaturas a compadres, amigos, familiares, esposas, hijas y cercanos consanguíneos.
El vuelco en las preferencias electorales obedece a los sin partido, a los que no sienten inclinación ni afecto por marcas, colores, emblemas o ideologías, si es que algunas vez las tuvieron y pudieron defender en los hechos.
La sociedad temerosa que los atropellos de poder continúen y lleven a México a ser la Venezuela de América del Norte, es quien da el impulso a los aliados que hoy se ven fortalecidos y en pie de lucha, pero no por méritos propios como no sea que vieron en la unidad de siglas, la única forma de sobrevivencia que había ante el tiránico actuar de Morena y su dueño.
Lances como violar la Constitución para poder prolongar el mandato del indigno presidente del Poder Judicial, las embestidas contra los órganos electorales y su intento de desaparición, despreciar a las víctimas y sus familiares en el colapso del Metro, fabricar un delito como revancha personal para enjuiciar al gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca y ahora adquirir una refinería que es deficitaria y sin futuro en los Estados Unidos cuando se mueren cientos de niños enfermos con cáncer por no tener acceso a fármacos para su tratamiento, son sólo una mínima parte del cúmulo de yerros cometidos en sólo dos años y cinco meses por los que millones de mexicanos “no ignorantes” como él mismo los etiquetó, hoy le han dado la espalda y lo combatirán en las urnas de manera pacífica y democrática.
Se aprendió la lección: El pueblo da, el pueblo quita.
Sin embargo, como la fiera herida que denota ser, el huésped de Palacio Nacional deambula en sus pasillos urdiendo cómo o por dónde cobrarse la afrenta y dar un golpe mediático contundente que le haga estar en mejores condiciones para el combate del seis de junio.
Por eso, aparte de adelantar que habrá “fraude electoral” cuya argumentación conoce al dedillo y maneja de manera magistral para justificar la debacle que se avecina, también va sobre dos figuras repudiadas y no hay duda que buscará, por lo menos, causar ruido mediático a sus desprestigiadas costillas: Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto.
El anuncio que están siendo investigados por la Unidad de Inteligencia Financiera como parte de las “aportaciones” que dio el delincuente con fuero, Emilio Lozoya en su calidad de informante presidencial de lujo, apuntan a las cuentas bancarias de ambos ex mandatarios.
Alguno de estos siniestros personajes podrá saltar a la palestra en los próximos días y ser utilizados en el cada vez menos creíble combate a la “impunidá”, a la “corrutción” y “deshonestidá”, que encabeza quien ve menguar su poder absolutista y tiránico, con un Legislativo que ya no reciba ni cumpla las opresivas órdenes de “no mover ninguna coma” a los proyectos surgidos de una mente enfermiza y atrofiada por el egocentrismo y la maldad.
Vale…