Rueda de Molino/Jorge Hidalgo Lugo
Rueda de Molino
Cristóbal Arias, ese repentino objeto del deseo
Jorge Hidalgo Lugo
No habían pasado algunas horas de su anunciada ruptura con Morena por el que considera sucio proceder en la designación de candidaturas, incluyendo su caso por Michoacán, cuando Cristóbal Arias Solís comenzó a ser objeto del deseo de muchos oportunistas y no pocos ilusos como el PRI, poniendo a sus pies eventuales nominaciones para jugar con sus colores en busca de competir y ganar la contienda por la gubernatura estatal.
Para el aún senador morenista, los medios se abrieron mágicamente y en la mayor parte de espacios radiofónicos con cobertura nacional, ha dejado en claro su sentir respecto al engaño del que dice, fue objeto por parte de Mario Delgado quien dicho sea de paso, fue a mitigar sus preocupaciones a Chiapas donde vacacionó a cuerpo de rey.
Poca aprehensión por el cochinero con que va plagando el camino del partido de Estado rumbo a los comicios, demostró.
En las acusaciones de Arias Solís no han salido bien librados Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, a quienes acusa de ser los artífices de esta trapacería que le ha marginado de contender con los colores de Morena por tercera ocasión en busca del Gobierno del Estado, otorgando así un poder impresionante a la dupla de ex mandatarios que muchos no creen tengan para la toma de decisiones que salen de Palacio Nacional.
El que fuera bautizado como “Cachorro de Churumuco” por el desaparecido periodista Salvador Santiago Barradas en la mitad de los 80, ha sido cauto -al menos hasta el cierre de este despacho- para no irse encima de la figura presidencial y todas las baterías las ha dirigido contra quienes liga con acciones indebidas en complicidad con la tristemente célebre empresa brasileña Odebrecht y el crimen organizado, amén del endeudamiento público que hoy ahoga a Michoacán, por más de 40 mil millones de pesos.
Y con esos lances, su figura ha crecido por lo que algunos carroñeros buscan ser quienes lo postulen y lleven como su abanderado, lo que sería entendible en siglas de reciente aparición, pero la simple posibilidad que sea el PRI quien busque ser cobijado por el arrastre que presume tener Arias Solís, no deja de ser una obscenidad que pega en el rostro y ofende a lo poco que le queda de militancia y credibilidad al tricolor en la entidad.
Pero al margen de estos pataleos y lances furibundos que son su sello, Arias Solís debe considerar muy bien si la popularidad que dejó entrever en las 42 encuestas que refiere lo pusieron siempre delante de los demás competidores, es por él o por la marca que ya no ostentará y que sin duda, pesa en el ánimo de la opinión pública, porque Morena es el referente que para bien y para mal, aparecía junto a su nombre.
No aparenta ser una decisión fácil ir a la tercera y última llamada sin estructura partidista, que podría ser en el caso de los membretes de reciente aparición como Fuerza por México o Redes Sociales Progresistas, quienes apenas esbozan una organización territorial forzada en busca de mantener el registro y sin posibilidad, por ley, de aliarse a ningún otro instituto político al menos en esta ocasión.
Y si la opción fuera con el PRI que ha jugado hasta ahora un papel lamentable, anodino y sin peso real en la toma de decisiones de la alianza opositora, a Cristóbal Arias le cobrarían todos los demás esta postulación que sería sin duda, un último agravio para quienes en el pasado reciente, vivieron contiendas cruentas cuando debieron competir por la misma posición y fue pretexto para que se implantaran las ilegales “concertacesiones” con que Carlos Salinas y sucesores, paliaban la rebeldía del naciente Partido de la Revolución Democrática y principales actores.
Además el otro ingrediente a ponderar es la reacción que tendrá López Obrador al consumarse el desprendimiento y lo que hará en su visita a Michoacán que proyectó más con el ánimo de venir a poner orden que de inaugurar obras insulsas, de las escasas que se ha dignado realizar en Michoacán como ahora son dos cuarteles de la Guardia Nacional.
Esto según lo adelantado en el aviso que actores de Morena han difundido y corroboró en la mañanera el propio viajante, no así el gobierno de Silvano Aureoles al que no habían tomado en cuenta, como es sello del autócrata que mal dirige este país.
El punto medular es si Cristóbal Arias Solís quiere ir a ganar o que se repita la historia adversa del 92 y 96, donde vio truncados sus anhelos de gobernar la entidad.
Ahora con otro presidente en su contra, como antes fue con Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, y como cruel paradoja en la figura de quien tanto apoyó desde el Senado de la República, impulsando sin replicar todas las iniciativas enviadas desde Palacio Nacional, que sin duda serán otra asignatura pendiente a explicar por el daño colateral que han traído las reformas de López Obrador a millones de mexicanos y de las que Michoacán no es ajeno, sino todo lo contrario.
Lo mejor sin duda está por venir, porque al descontento popular que buscará votar contra los abusos de poder de López Obrador a través de los candidatos que postule el partido de su propiedad, podremos ver si la fuerza de Arias Solís le alcanza para ser mandatario estatal o sólo quitará votos al proyecto por el que tanto se desveló y defendió contra viento y marea, pero ahora, lo desechan como papel sanitario y se aprestan a pisotearlo en una campaña desigual y ventajosa por el multimillonario recurso económico que desde Palacio Nacional se desplegará para sacar a flote el capricho presidencial y donde el senador michoacano parece ya no formar parte.
La pregunta es hasta dónde alcanzará la fuerza política de Cristóbal Arias Solís, hoy y por algunos días o semanas más, convertido en ese objeto de deseo de muchos oportunistas y no pocos ilusos como el desprestigiado PRI.
Vale…