Rueda de Molino/Jorge Hidalgo
“Más mentiras mi Gober, o le remojo los tabiques”
Jorge Hidalgo Lugo
Un inicio de gestión no solamente accidentado sino plagado de yerros, marca el incipiente paso de la administración que ofreció “transformar” a Michoacán y sólo ha exhibido en su diminuta dimensión, la pobreza política y administrativa que sufre, aderezada con un largo engarzado de mentiras e inconsistencias que marcan los primeros 20 días de esta aventura con Morena a la cabeza.
Tal vez en la afanosa búsqueda de validar su cuestionada elección y antes que los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, reconocieran la injerencia del crimen organizado a su favor, Alfredo Ramírez Bedolla presumió una capacidad de gestión insospechada y, de entrada alardeó haber logrado el respaldo presidencial de 3 mil 800 millones de pesos con lo que se anticipaba destrabarían el conflicto magisterial, que como aliados en su lucha electorera, habían de ser rápidamente remunerados en cuanto pisara Palacio de Gobierno.
Incluso con fecha 7 de septiembre, publicó en sus redes sociales tal hazaña, teniendo como fondo de la escenografía mediática a integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en la mesa del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
En ese mismo intervalo y con las ansias que le hacían consumir tranquilizantes en cantidades industriales por lo que se ventilaría en la Sala Superior, vino otro lance espectacular al señalar que él no utilizaría aeronaves de alquiler para desplazarse ya en su calidad de gobernador, acusando la frivolidad y derroche del que ya se iba, por haber usado helicópteros y demás artefactos voladores con cargo al erario.
Pocos días después quedaría al descubierto que el propio Ramírez Bedolla hacía uso de un jet privado en el que se desplazaba confortable y lujosamente a todos los eventos de Morena a los que era invitado en diferentes partes del país, incluidas asistencias a tomas de posesión de gobernadores surgidos del mismo narco partido y no se diga las visitas a Palacio Nacional.
Práctica que sigue vigente, y arroja otra mentira más, ahora que lleva apenas tres semanas en el poder, pues se da el lujo de estar en actos como el del aniversario de la fundación de la Universidad Michoacana por la mañana y al medio día en Chilpancingo, acompañando a su colega Evelyn Salgado, en su toma de posesión al frente del gobierno de Guerrero.
En su momento vendría la polémica sesión donde se validó la narco elección con el estigma del apoyo del crimen organizado acreditado en el proyecto leído en sesión pública y que manchó de origen, cualquier intento de convencer con su discursiva de “no mentir, no robar, no engañar”. Y peor aún, de ser los auténticos y únicos depositarios de esa suerte de santidad auto adquirida para estigmatizar a todo aquel que consideren “corrupto” o quieran combatir por “deshonesto”.
Llegó entonces otra falacia con la conformación del gabinete, pero ésta urdida en perjuicio de sus compañeros de lucha morenista, al plagarlo con tránsfugas del PRI y PRD, dejando las migajas del poder a los desencantados y no poco indignos amantes del hueso, que prefirieron cargos de consolación con tal de no quedarse sin abrevar de la ubre presupuestal.
Y en esta alineación, mentiras de por medio, se dio cobijo a Yarabí Ávila, quien traicionó al PRI y quien se prestó al secuestro que se hizo del Congreso del Estado para evitar “el saqueo” que señalaron, se pretendía con el aval de los diputados de la 74 Legislatura con la desincorporación de inmuebles del patrimonio estatal.
Con ello se buscaba despresurizar el agobio económico provocado precisamente por López Obrador, quien tan sólo en el año que transcurre, le recortó a Michoacán 7 mil millones de pesos y no dio nunca apoyo alguno para saldar los compromisos financieros provocados precisamente por la nómina magisterial.
La flamante secretaria de Educación fue acusada públicamente por los diputados salientes al no haber transparentado el uso de los recursos públicos y tener bajo sospecha la desaparición de por lo menos 50 millones de pesos que tuvo bajo su control y nunca informó de su destino, menos a quiénes se benefició con cheques expedidos y entregados en confabulación con aliados en el área de finanzas.
Sospecha de corrupción que se premió con una cargo de alta relevancia si se toma en consideración que la Secretaría de Educación en Michoacán es la que se lleva año con año, la mayor parte del presupuesto asignado, por no citar a sesiones y evadir toda responsabilidad que como presidenta del Congreso de Michoacán, escamoteó y puso al servicio de Morena.
Entendible la recompensa, pero suena como poner a la iglesia en manos de Lutero.
Vino entonces la vista de su mentor, guía, gurú, hacedor, emblema, mesías, pastor y ejemplo de sus pasos por la vida, según la idolatría que le profesa a López Obrador, quien sin tapujos lo declaró su único y auténtico representante en Michoacán, responsable de ejecutar todos los programas asistencialistas y dar seguimiento a las indicaciones giradas desde Palacio Nacional.
Así, de facto se consumó otra mentira con el ordenamiento de López Obrador quien lo hizo mascota con pedigrí presidencial y le quitó su gobernador a quienes lo votaron. Porque el “apoyo y respaldo total”, al menos no se verá en lo que resta del año.
Con lo anterior se conformó la falacia más grave, el embuste más dolorosa para sus seguidores, al aceptar que no habrá dinero de la federación para Michoacán y que hacer frente al compromiso del pago a maestros y órganos autónomos, debió pedir un crédito a corto plazo por mil 400 millones de pesos.
Obvio que ya no mencionó nada de los 3 mil 800 millones que presumió había conseguido, para tal fin hace apenas mes y medio.
Préstamo que fue posible obtener, eso sí, gracias a la buena calificación crediticia que dejó el satanizado gobierno saliente y que constituye otra mentira más, pues si existiera el saqueo y pillaje con que han alimentado a las jaurías babeantes, no se entendería cómo se pagaron compromisos financieros que facilitaron obtener esta deuda bancaria en fast tack.
Y por si fuera poco, la farsa contumaz que significa comenzar a fabricar la justificación para llevar a cabo la desincorporación de inmuebles del patrimonio estatal y ponerlos a la venta con lo que se buscaría aliviar las finanzas públicas estatales.
O sea, la misma pretensión que en el gobierno pasado provocó el secuestro de Palacio Legislativo y que lanzó a la calle a encendidos y furibundos oportunistas que desahogaron todo el veneno del que fueron capaces, para recriminar el “saqueo” que se instrumentaba con la “complicidad” de los diputados locales y que Morena “no iba a permitir”.
Acto de heroicidad y patriotismo bananero, donde hubo actores visibles como Fidel Calderón Torreblanca y Juan Carlos Barragán, hoy flamantes diputados, así como Carlos Torres Piña, secretario de Gobierno y Giulianna Bugarini, recién designada dirigente estatal del narco partido, por citar sólo algunos.
Difícil ahora justificar el “saqueo” que antes impidieron y deberán avalar, aunque para ello cuenten con la complicidad siniestra de diputados que dejaron de ser opositores para ayuntarse en una relación promiscua y detestable, con esos mismos protagonistas del simulacro de heroicidad y patriotismo bananero.
Aplica aquí lo que dijera el “maistro” de obras al “chalán de media cuchara”, en plena construcción del castillo de falacias:
-Más mentiras mi Góber o le remojo los tabiques…
Vale…