Rueda de molino
Con minada salud física y emocional, López Obrador juega a dinamitar al México democrático apoyado por el PRI
Jorge Hidalgo Lugo
Mientras corre la versión no atajada oficialmente, de un marcado deterioro de salud que mina a Andrés Manuel López Obrador, en el escenario nacional son múltiples los temas que están en la agenda, a cual más importantes porque está de por medio, precisamente, la viabilidad que tiene México como país democrático y el avance inexorable de la milicia en el ámbito de la vida política, como nunca antes en la historia reciente.
Las imágenes de ausencias momentáneas de la realidad que se proyectaron en el rostro extraviado del protagonista principal en la ceremonia del grito de independencia, se repiten ahora en las mañaneras que en los últimos días mantiene dentro de su protagonismo obsesivo quien pese al maquillaje y esfuerzos del equipo médico, no puede ocultar el mal que proyecta su mirada y gesticulación forzada, ya no se diga la coordinación de ideas.
Deterioro anímico que aprovechó a la perfección el periodista de origen mexicano que ejerce en la Unión Americana, Jorge Ramos, quien fue por demás contundente en sus acusaciones y evidenciar al del anfitrión, como el gobierno donde más ejecutados se contabilizan por parte del crimen organizado, pese a los denodados y patéticos esfuerzos realizados por López Obrador para desacreditar las estadísticas, que para su desgracia, son los mismos que se proporcionan en los portales del gobierno a su cargo.
Y si a estos temas de importancia nacional agregamos las filtraciones que acusan a los altos mandos de la milicia de haber instrumentado el multihomicidio en contra de los normalistas de Ayotzinapa, hoy arrodillados y serviles a López Obrador, las condiciones de supremacía y respaldo social bajan gravemente y eso, para su ego patológico y ambición personal, son como la kriptonita a Supermán.
Pero como los de Jalisco, que decían los viejos de la comarca, nunca pierden y cuando pierden arrebatan, el de Macuspana recurrió una vez más a las cortinas de humo y afanosamente acelera la prolongación del Ejército en la vida nacional, bajo el pretexto de ser vital su presencia en tareas de seguridad, pese al gran e inocultable fracaso que hasta la fecha tienen, con los 135 mil ejecutados que suma la oprobiosa estrategia de “abrazos y no balazos” con que se pagan favores electorales al crimen organizado para mantener el baño de sangre que tiñe al país en esta transformación de cuarta.
Para ello avanza en la compra de conciencias y encuentra en la brecha de la traición abierta por “Amlito” Moreno, los prospectos para salirse con la suya mediante una propuesta conjunta que presentarán senadores del PRI-MOR cuya finalidad será prologar la presencia del Ejército, pero no en tareas de seguridad, sino consolidar la eventual entrega pactada del poder a la milicia, en caso que los civiles amenacen con ganar los comicios presidenciales en el 2024.
Esto aunado a la baja que acusa en las preferencias como lo demuestra el último sondeo serio realizado por el diario El Economista donde por primera vez, López Obrador baja del rango mínimo aprobatorio, para estar en la frontera del 6 de cada 10 mexicanos, que presuntamente respaldan su popularidad, que no a su administración, donde definitivamente está reprobado incluso por los beneficiados de las dádivas clientelares que les prodiga.
Un escenario que pareciera complicarse cada más y no sólo por el tema de salud, sino además por la confusa señal que mandó uno de sus consentidos -por demás inescrupuloso e impresentable-, como es Américo Villarreal, quien tiene pendiente en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la resolución de la narco elección realizada en Tamaulipas y que de manera sorprendente, en vísperas del histórico fallo, decidió retomar su escaño en el Senado de la República.
El hecho que sea el último día de septiembre la fecha límite para ventilar la cuestionada presencia del crimen organizado en los comicios tamaulipecos y que como en otros casos, Michoacán incluido, se hayan acreditado fehacientemente, no se entiende la premura para regresar al Senado, sobre todo porque aun cuando haya un procedimiento penal que pudiera desprenderse del cochinero con que Morena ganó a la mala los comicios, el fuero que tiene Américo Villarreal lo salva aún sin estar en actividades senatoriales.
Más aún sospechoso es que de nueva cuenta López Obrador salga en defensa de quien está inmerso en un proceso de judicialización electoral y tire línea, amague, mande amenazas veladas y consignas a través de personeros para beneficiar al gobernador electo de Tamaulipas, quien se quejara por cierto hace unos días ser víctima de una persecución en su contra y hasta de existir órdenes de aprehensión, que nunca ha demostrado en los hechos.
No puede soslayarse el furor proteccionista de quien se burla de las leyes en cada acto que se propone, pues no sólo adelantó que Américo Villarreal será próximo mandatario de Tamaulipas, sino además lo enalteció como una persona “honesta, decente” y por si fuera poco, justificó su precipitado retorna al Senado, por considerar que se “está protegiendo porque existe una persecución, situación extrema y presiones” en su contra.
“Qué casualidad que ahora que va a decidir el Tribunal Electoral, comienzan con estas campañas, porque están pensando posiblemente decir ‘se anula la elección porque participó el narcotráfico, el doctor Américo Villarreal metido en el narco’. Conozco a América Villarreal y es una gente decente, cómo lo merece Tamaulipas, pero es una mafia”, fustigó desde su patíbulo mañanero.
Bajo este escenario, en el Poder Legislativo está en juego, sin exageración ni retórica, el futuro de México, mientras el tirano enfermo de poder y con minada salud física y emocional, juega a dinamitar a la nación democrática que aún lucha por sobrevivir, ahora con la complicidad siniestra de los traidores que López Obrador ha cooptado en las granjas porcícolas del PRI.
Vale..