“Si” de Rudyard Kipling/Arturo Alejandro Bribiesca Gil
“Si” de Rudyard Kipling
Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil
Mas cuando tú des limosna, no sepa tu mano
izquierda lo que hace tu mano derecha.
Mateo 6:3.
Mucho se ha dicho ya de los hechos funestos de las ultimas semanas. El nudo en la garganta -y en los dedos- me impide trasmitir, de una manera ordenada y concisa, todo lo que siento y pienso en estos momentos, por lo que solo quiero aprovechar este espacio para compartir con ustedes un poema de Rudyard Kipling, llamado If, Si en español, que la valentía y la heroicidad de muchos hombres y mujeres mexicanos me recordó en estos días aciagos.
Si...
Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la han perdido y te culpan a ti.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.
Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.
Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: "¡Resistid!".
Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!
Que estas sabias palabras nos inspiren a ser mejores en todos los momentos de nuestra vida y no solo en los momentos de desgracia.
Por una sociedad de solidaridad cotidiana. Viva México.