Rolando ando/Víctor Manuel Juárez
El devastador cáncer.
El cáncer es una enfermedad devastadora.
No sólo hace pedazos y consume al enfermo, quien, en pocos meses, semanas y hasta días, se puede observarlo reducirse a polvo, con esa piel gris verduzca, la mirada triste y desesperanzada, la espalda doblada y en el uso de bastones, andaderas o silla de ruedas.
Todo eso que no se desea para el enfermo se va dando progresivamente. Pocos y muy afortunados son aquellos que logran tocar la campa de la victoria en los recintos oncológicos, una vez superado al mal.
La larga y sufrida enfermedad hace merma también en los familiares más cercanos, que se prodigan en cuidados, atenciones y en sus mejores acciones para darle tranquilidad, reposo y aliento al enfermo. Eso, aunque todo se traduzca en frustración, pues pese a todas las atenciones posibles, el ver el deterioro progresivo en la salud del ser amado enfermo y presa de ese terrible mal, va consumiendo el alma, la esperanza y hasta la fe de quienes lo procuran, pues parecería que los rezos y suplicas no son escuchados.
La triste y dolorosa partida de mi amada mujer no ha sido el único caso con el que me ha tocado convivir con un enfermito de cáncer. Seis han sido los seres amados que me ha arrebatado ese mal –conocido por los médicos del Instituto nacional de Cancerología (INCAN) como el maligno, pues se esconde y engaña al más sagaz de los médicos--.
Dos de mis muy queridas amigas periodistas fueron afectadas y el mal se las llevó en muy poco tiempo y muy jóvenes, dos amigos muy queridos y de vida también lo sufrieron y partieron en su mejor momento productivo, el patriarca y jefe de la familia paterna también lo padeció y murió con total entereza, y repito, mi amada esposa. Todos y todas ellas en vida, plenos de alegría, buen humor, deseos de vivir mucho y ver crecer a sus hijos y nietos. Admirable su lucha, terrible su partida.
Y si ver partir a seres queridos que de una y otra manera iban haciendo su vida es muy triste, no puedo imaginar el dolor que sufren los padres con hijos enfermos de cáncer, más aún cuando llevan cuatro años luchando por medicinas para sus pequeños y no las hay.
El prometido servicio médicos como los existentes en los países nórdicos como Noruega, Dinamarca, Suecia o Finlandia –naciones con gobiernos social demócratas--, no ha cristalizado, bueno ni siquiera se ha empezado a diseñar, más que en palabras. Los enfermos de diversos males hacen largas colas para sus medicinas, para conseguir citas con los médicos, en las clínicas y hospitales del sector Público. Sin duda una promesa incumplida que los ciudadanos de a pie, los que no tienen acceso a la medicina privada, habrán de reclamar y castigar en su momento.
Mientras tanto, los padres de los hijos con cáncer siguen con su peregrinaje en busca de medicinas y respuestas, y no de ahora, sino desde el inicio del actual gobierno cuando los pude observar por primera vez manifestarse en la esquina que hacen Insurgente y paseo de la Reforma, a unos cuantos pasos del Senado de la República.
De entonces a la fecha, la demanda es la misma: medicinas oncológicas para sus hijos enfermos. La actual administración ha desmantelado y enterrado al llamado Seguro Popular implementado en los gobiernos panistas, al argumentar que era costoso e ineficiente. Hoy los costos son mayores y los desabastos de medicamentos gigantescos, pueden pasar meses sin que los haya.
Reproduzco aquí el mensaje que me hicieron llegarlos papás y las mamás de los niños con cáncer que se encuentran en diversos hospitales del país.
Dicen
“Agrupados en diversas organizaciones civiles, lamentamos que después de haber enviado más de seis cartas al Ejecutivo de la Unión: Andrés Manuel López Obrador, jamás hemos tenido una atenta respuesta para atender el gravísimo problema del desabasto de quimioterapias y medicamentos para atender a nuestros hijos y para atender a muchas personas que sufren males crónico-degenerativos.
“Nos avergüenza y molesta que a la primera carta que envía el C Joaquín Guzmán Loera, uno de los líderes más temibles del crimen organizado se le haya dado respuesta a su petición de protección de sus derechos humanos, y que, por el contrario, nuestras exigencias para cumplimentar de forma adecuada el derecho fundamental de nuestros hijos a la salud se nos haya soslayado, difamando y re victimizando en innumerables ocasiones.
“Compañeros de lucha han sufrido amenazas de muerte y hasta encarcelamientos injustos de sus familiares.
“Condenamos el ilógico actuar de muchos diputados federales quienes legislaron para establecer una ley que da paso a clínicas veterinarias gratuitas para mascotas, sin embargo, cuando realizamos una propuesta legislativa para mejorar los tratamientos integrales de nuestros niños y niñas con cáncer no recibimos ayuda. Habrá medicamentos para ´perros y gatos, más no para nuestros hijos.
“Por último le decimos al gobierno irresponsable y genocida que a pesar de esta larga noche de desabasto, de más de tres años, seguiremos luchando por el inalienable derecho a la salud, aunque nos amenacen y calumnien”.
Veo en estos aguerridos padres una doble batalla: una por salvar a sus hijos, la otra para ser escuchados tanto por legisladores como por las autoridades del gobierno federal.