Reflexión dominical
TEMA: CON CRISTO YA RESUCITAMOS
- ¿Resucitaremos? ¡O no! Si no vamos a resucitar, ¿por qué molestarnos en portarnos bien? Hay que vivir sin restricciones, mujeres, robar, no trabajar y disfrutar al máximo. Pero si vamos a resucitar, ¡cuidado! Debemos rendir cuentas ante el Señor Cristo, respetar, ayudar, evitar el robo, la traición, los vicios, la borrachera, la fornicación, la mentira y vivir haciendo el bien a todos, como lo hizo Cristo.
- San Pedro le dice a Cornelio, un pagano que defendió a San Pablo en un resumen del evangelio, que Cristo nació de una virgen, fue un profeta poderoso en palabras y hechos, dedicó su vida a hacer el bien, fue crucificado por envidia, pero resucitó al tercer día y vive entre nosotros.
- La resurrección no es simplemente un hecho histórico que recordamos, sino un evento que cambió la humanidad y del que debemos sacar provecho. Cristo resucitó y vive entre nosotros; debemos vivir en consecuencia. Cambió nuestra perspectiva de la vida; Cristo vive y nosotros ya estamos resucitados, no tenemos que esperar a resucitar de entre los muertos. Cristo alteró la ley mosaica, que dictaba "ama a tus amigos y odia a tus enemigos" enseñando en su lugar, "ama a tus enemigos, haz el bien a los que te hacen mal, presta y no dañes, perdona, no guardes rencor". Sin embargo, los sacerdotes no han logrado convencer a todos de practicarlo.
- María Magdalena y Pedro vieron el sepulcro vacío y los lienzos puestos aparte, pero no creyeron en la resurrección; solo veían un muerto. Juan, por otro lado, vio lo mismo y creyó que si hubieran robado el cuerpo de Cristo también se habrían llevado los lienzos, ya que eran muy valiosos. Pero los lienzos estaban intactos y aparte. Así como Cristo se apareció a María Magdalena, luego a Pedro, a los peregrinos de Emaús, a los apóstoles en el cenáculo el mismo día y a Tomás ocho días después, posiblemente también se apareció a su madre primero, como se sugiere. Estas apariciones continuaron durante cuarenta días hasta su ascensión. Personalmente, no temo a la muerte, ya que la veo como un paso de la vida temporal a la eterna, especialmente porque he hecho mucho bien a los humanos que me rodean y, gracias a internet, a muchos más.
- Cuando alguien viene en nombre de Dios, como hacen los protestantes para pedir dinero, les respondo que no he visto ni la cola del diablo. Debemos tener cuidado, ya que la estupidez es como la mala hierba, que crece en todas partes.
Que Dios los bendiga.