¿Qué es el amor?

De frente al espejo seguramente nos hemos preguntado qué es el amor, y me respondo, el amor es de los sentimientos más complejos y profundos que los seres humanos experimentamos. Puede manifestarse de muchas formas y significar cosas diferentes para cada persona. En términos generales, el amor puede describirse como una fuerte emoción de afecto, cuidado y conexión hacia alguien o algo.
El amor no es solo para los humanos, he escuchado a muchas personas decir amo a mi perro, amo ese árbol, estoy enamorada de estos atardeceres, y aunque pudiera sonar de manera metafórica, el amor, al parecer también es horizontal, es decir, se puede amar al otro, que no necesariamente es humano, sino animal o planta, o bien los elementos de la naturaleza, escucho, amo el agua del mar que refresca mi cuerpo, amo el aire que rompe en mi cara, amo el sol, es decir, el amor puede ser analizado desde la complejidad.
Pese a ello, existen diferentes tipos de amor, entre ellos el amor romántico: sentimiento profundo y emocional que se experimenta hacia la pareja, involucrando atracción, deseo y una fuerte conexión emocional, no obstante puede ser un mecanismo de opresión para someter, controlar o disciplinar al otro.
El amor sublime, al amor filial de familia, en donde el afecto y la conexión que sentimos por nuestros familiares, como padres, hijos y hermanos, basados en el vínculo familiar y la historia compartida, nos hace también sentir pertenencia e identidad.
El amor entrañable, de aquellos que escogimos como familia, el amor de la amistad del amigo, de la amiga, en donde el afecto y el apoyo mutuo entre amigos cercanos, caracterizado por la confianza, el respeto y el disfrute de la compañía del otro, sin ningún tipo de pensamientos obscuros o de deseos mal intencionados.
Existe otro amor, el amor en primera persona, el amor propio, el que siento por mi, es el aprecio y el respeto por uno mismo, fundamental para el bienestar emocional y mental, para la autoestima, para el autoconocimiento y autoconciencia. Uno más, el amor incondicional, aquel amor puro, desinteresado que no depende de las acciones o cualidades del otro, comúnmente asociado con el amor de los padres hacia sus hijos.
Pero ese es el amor que nos genera una visión emocional, pese a ello, cuando revisamos el amor desde un enfoque de pensamiento crítico, nos permite examinarlo con una mayor objetividad, cuestionando las creencias y suposiciones comunes, y analizando los diferentes factores que influyen en cómo entendemos y experimentamos el amor, en este modelo económico y bajo este enfoque de mercado, el decir el amor en el mercado, como un bien, producto o servicio que tiene un costo.
Al analizar el amor desde el pensamiento crítico, nos hace pensar en el amor romántico, éste a menudo se idealiza en la cultura popular; es importante cuestionar y entender cómo los medios de comunicación, las películas y la literatura influyen en nuestras expectativas y percepciones del amor.
En este marco, el amor líquido, al que se refiere Zygmunt Bauman, en libro “Amor líquido”, define las relaciones interpersonales en la sociedad contemporánea, caracterizada por su fragilidad, superficialidad y falta de compromiso, baste observar las estadísticas de divorcios y violencia de género que viven las mujeres, niñas y adolescentes.
Desde el amor líquido, las relaciones son efímeras y carecen de estabilidad. Las personas tienden a evitar compromisos a largo plazo y prefieren conexiones temporales y superficiales, existe igualmente una tendencia al individualismo hace que las relaciones fuertes se perciban como una amenaza para la autonomía personal. Las personas buscan mantener su independencia y evitar vínculos que puedan limitar su libertad.
En el amor líquido, las relaciones se ven influenciadas por la lógica del consumo. Las personas son tratadas como mercancías que pueden ser usadas y desechadas según las necesidades y deseos del momento. Por otro lado, las relaciones en línea se convierten en un modelo predominante, ya que permiten conexiones rápidas y fáciles sin la necesidad de un compromiso profundo. Estas relaciones son fácilmente desechables y pueden ser terminadas con un simple clic. La búsqueda de gratificación instantánea y la falta de paciencia para construir relaciones sólidas y duraderas.
Igualmente, en el marco del pensamiento crítico, implica reconocer diversas formas de expresión del amor, entre ellos, el amor romántico puede no ser siempre perfecto y que las relaciones saludables requieren esfuerzo y compromiso, objetividad e integridad.
Otra manera de observar el amor es a través de la biología y la psicología, es decir, al examinar las bases biológicas y psicológicas del amor puede proporcionar una perspectiva más completa. Por ejemplo, las hormonas como la oxitocina y la dopamina juegan un papel crucial en la formación de vínculos afectivos. Además, entender cómo las experiencias pasadas y la salud emocional influyen en nuestras relaciones puede ayudarnos a manejar mejor nuestras expectativas y comportamientos.
Seguramente hemos escuchado algunas normas y prácticas sociales que definen el amor, es decir, en algunas culturas valoran el amor romántico como el fundamento del matrimonio, mientras que otras pueden enfatizar más los aspectos prácticos y comunitarios de las relaciones en términos de la propiedad, el prestigio, la posición, entre otros.
Pero el amor, debe ser auténtico, debe ser una motivación para que se establezca una relación e identifiquemos si estamos buscando el amor por razones auténticas o si estamos siendo influenciados por presiones externas, como el miedo a la soledad o el deseo de conformidad social.
Parase innecesario pero la construcción de diálogo entre enamorados es fundamental, y es que es útil aprender y practicar habilidades de comunicación que nos permitan expresar nuestros sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, así como escuchar y responder a las necesidades de nuestra pareja.
Enviamos un saludo en este día 14 de febrero a los docentes y alumnado de diversas escuelas de educación secundaria y media superior, en especial a los alumnos y alumnas de las universidades en las que comparto saberes y de manera respetuosa al personal institucional y la comunidad educativa de ICESM, así como a mis amigos: Elvia Higuera Pérez, Sergio Omar García y Verónica