Proyecto secreto/Mateo Calvillo Paz
LA SABIDURÍA EN LA POLÍTICA
El mundo va a la deriva y destruyéndose sin una jerarquía de valores basada en un criterio objetivo y universal.
El presidente Trump es sometido a un juicio. El cometió ilícitos, violó la ley, hay hechos inobjetables según un orden moral objetivo. Sin embargo, el no acepta su responsabilidad y recurre a mil argucias legales para justificarse.
¿Si es culpable, si violó la ley porque no lo acepta y se somete a una sanción en el orden jurídico? No acepta un criterio objetivo y universal que funda un orden de valores. Desconoce la ley como un valor inviolable y se mueve en el relativismo moral.
El Senado de su país lo va a proteger, a absolver como a un inocente, no basado en la verdad objetiva sino en la conveniencia. Ellos tendrá la razón, no por tener la verdad, sino porque son mayoría. En ese mundo, el consenso de los partidos es la verdad.
Lo mismo sucede en todos los países, también en nuestro México. Se toman decisiones no porque favorezcan a México, sino a la mayoría en el poder. Tan naturalmente se razona: es que tal partido tiene la mayoría, por eso se va a votar así, en contra de los valores democráticos y del bien de México.
Se deciden programas y reformas no porque sean lo mejor para el país, sino porque lo decide el presidente. A todos nos sorprendió el nombramiento de Rosario Piedra al frente de la CNDH. Así se suspenden grandes obras como el aeropuerto internacional de la ciudad de México y se imponen otras contra la opinión de los que saben, como una refinería, el tren maya.
Esto parece lógico y sano en el relativismo, pero los resultados no serán relativos, se pagará el error absolutamente en forma de fracaso, sufrimiento de los pobres, pérdidas económicas y retroceso.
No podemos soltar una sabiduría muy alta de los mexicanos, el acervo cultural mexicano es increíblemente rico en valores de todo tipo, los valores culturales tienen una riqueza muy profunda y milenaria. Compartimos una pequeña muestra del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia. Es doctrina escogida a lo largo de más de 3000 años. Hay una luz muy poderosa sobre la sociedad, la política, el gobierno, de la interacción en sociedad.
“La doctrina social individúa a uno de los mayores riesgos para las democracias actuales en el relativismo ético, que induce a considerar inexistente un criterio objetivo y universal para establecer el fundamento y la correcta jerarquía de valores.
Hoy se tiende a firmar que el agnosticismo y el relativismo escéptico son la filosofía y la actitud fundamental correspondiente a las formas políticas democráticas y que cuantos están convencidos de conocer la verdad y se adhieren a ella con firmeza no son fiables desde el punto de vista democrático, al no aceptar que la verdad sea determinada por la mayoría o que sea variable según los diversos equilibrios políticos.
Hay que observar que si no existe una verdad última que guía y orienta la acción política, entonces las ideas y convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas para fines de poder. Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible y encubierto como demuestra la historia”. (n. 383).
En la sociedad actual no basta el pragmatismo y la tecnocracia, el humor o la conveniencia para conducir al hombre libre e inteligente es necesario el pensamiento, la reflexión para orientar a los seres humanos a alcanzar la realización integral de su destino definitivo y de sus más caros e íntimos deseos.
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