Proyecto secreto/Mateo Calvillo
LA JUSTICIA POR ENCIMA DE TODO
Ni el presidente ni el ejercito, nadie está sobre la justicia que obliga a todos y hace una sociedad armoniosa y feliz.
UNA VISTA PANORÁMICA
Hay conceptos que debemos tener bien puestos para no hacernos bolas ni fomentar la corrupción: la justicia, la verdad.… El honor del individuo y de las instituciones son menos importantes.
La justicia está por encima de las conveniencias o el amiguismo. Nadie tiene la facultad de burlarse de la justicia o de suspenderla, la justicia se aplica a todos, siempre.
El honor se pierde con el crimen. No se puede arropar a un criminal. Lo primero es la justicia y la verdad. Por el orden moral y el bien de todos la justicia se aplica siempre.
Sacrificar la justicia y el orden moral por defender un crdiminal, encubrirlo, deformar la realidad es una actitud canalla,, perversa. Tiene un impacto demoledor en la convivencia social digna.
No se puede engañar al pueblo, la mentira es un crimen. Al sentido común no se le engaña. La verdad llega siempre. no se le puede anunciar a la gente que se está haciendo justicia mientras se la suspende para favorecer a los amigotes.
Con actitudes de injusticia envueltas en mentira se derrumban los gobiernos, los movimientos, los proyectos de transformación. Sobre la falsedad se construyen solo proyectos ficción, se le encubre al pueblo la corrupción y podredumbre.
Como afirmó la agencia noticiosa Reuter, ¿se puede liberar al general al que ya se le habían fincado cargos a cambio de que el gobierno de México capture y entregue a un gran criminal? Los poderosos lo hacen y eso es profanar la justicia, es un acto de corrupción. Nada ha cambiado, la corrupción está firme y en aumento.
No se puede prescindir en un país civilizado y que aspira a vivir en armonía y paz, de los valores universales e inmutables. El presidente y sus mayorías no pueden sentirse por encima. Es soberbia, enajenación, autoritarismo, pretenciones absurdas, perversas, intolerables. AMLO es sólo un hombre y MO--NA está formado por individuos cuantas veces sin preparación. están obligados a la justicia y la verdad.
Los gobernantes con frecuencia pierden piso y se disparan en el abuso del poder, son autócratas y pretenden definir el bien y el mal, definir los valores, se ponen en la altura de diosecillos.
Les falta humildad para ubicarse frente a la justicia y obedecerla ciegos, desprendidos de sí mismos, de sus ventajas inmaduras y mezquinas, de su yo, para servir a la justicia inflexiblemente sin dejarse sobornar
La verdad y la justicia están por encima de las más altas autoridades y les obligan. No dependen del presidente ni de nadie, la palabra de estos es vana, no tiene ningún poder especial para definir la moralidad de los hechos. Si están contra la justicia hacen el crimen simple y llanamente.
La realidad es simple, sólida, luminosa: si queremos resolver a fondo los problemas, si queremos construir un México de honor y dignidad hemos de actuar con la justicia y la verdad.
LA SABIDURIA DE LO ALTO
El caso de Cienfuegos nos afecta a todos y no puede dejarnos al margen del problema, indiferentes. El impacto en nuestra vida ciudadana no es banal. Debemos hacer opción porque se cumpla la Constitución y se promueva el bien de cada mexicano. El juramento de cumplir y hacer cumplir las leyes de la Constitución no es una farsa, obliga categóricamente.
Las autoridades, con frecuencia, son los primeros corruptos, quebranta la ley. Son deleznables porque son hipócritas fingen que son muy buenos y que son respetuosos de la ley. Los ejemplos abundan delante de todos los mexicanos.
Hombres soberbios que se sienten por encima de la ley,.por encima del bien y del mal, ídolos humanos. Que ponen el compadrazgo y la conveniencia sobre los valores universales.
Es triste que se aplica la ley según la persona, si tiene influencias, si tiene dinero. Muchos mexicanos sufren la injusticia en Estados Unidos y están desamparados porque no tienen dinero ni son de la clase dominante. Si se aplicara la protección que brindan a un general a tantos mexicanos que están en desgracia. Algunos sufren la pena capital y las autoridades mexicanas se quedan perfectamente indiferentes.
El modelo está en el Mesías de los católicos que destapó la cloaca y hecho en cara a las autoridades su corrupción. Los tachó de hipócritas, les dijo sepulcros blanqueados de aspecto hermoso pero llenos de podredumbre.
El defendió a los pobres e inocentes y se enfrentó a las autoridades del pueblo, su rapacidad y ansia de poder y dinero. Quiso librar a los humildes de la rapiña, el asesinato y el despojo.
Cuando las autoridades nuestras reciben los reflectores y los aplausos es por algo turbio, su conducta es cuestionable, los servidores de la justicia reciben el rechazo y la incomprensión. Los verdaderos líderes son aquellos que entregan su vida para salvar al pueblo y cambiar la suerte de los humildes.
Cristo, el Dios de los humildes, lo predico y lo puso en práctica. Murió ajusticiado en la cruz.