Proyecto secreto

Trump y dignidad-Derechos Humanos
Los pueblos del mundo vamos en la misma barca, nos salvamos o perecemos todos. Debemos ayudarnos, no matarnos.
Vista panorámica
El mar del mundo tiene borrasca por la llegada de Trump al gobierno de Estados Unidos, algo fuera de lo normal, es un caso tan escandaloso como raro .
Es un tipo muy especial y está amenazando con imponer el dominio yanqui, la ley del más fuerte a todos los pueblos. En primera fila está México, Canadá, China y siguen todos los demás. Es el caso típico aunque aumentado de un país que se cree dueño de América y señor del mundo
Su arma es el proteccionismo y la ambición desmedida de quien se cree el dueño del planeta. La punta de lanza de sus armas son los aranceles. Con eso piensa controlar a sus vecinos, a sus competidores. Apunta a Canadá que se resiste, México cuyo gobierno no tiene la fortaleza, y la claridad para defenderse con escasos recursos. Ya doblegó a Colombia. Quiere Groenlandia de Dinamarca. Le gustaría que los países desfilen para entregarle sus riquezas y agradecerles la humillación. Complejo de Tirano.
Es un presidente soberbio,, impulsivo, “lengua suelta”, ventajoso, amedrenta para salirse con la suya, no gobierna con la justicia, no es honesto en sus negocios, no se tienta el corazón, su vida es inmoral y escandalosa, no tiene sentido de la ley,.
Humilla y quiere atemorizar a México, Canadá, Groenlandia, los trata como súbditos como su propiedad.
Es arrogante, altanero, exagerado, despiadado. Se le compara a un emperador por lo ambicioso. Desprecia a las instituciones, así salió del Acuerdo de París para atender al cambio climático. No le importó desestabilizar y acabar con la democracia de su país que quiso derribar para impedir que su adversario político fuera investido como presidente. Otro candidato perdedoro en nuestro país quiso hacer lo mismo.
Usa la tecnología, la mercadotecnia, la economía, la política para tener muchas riquezas materiales, importando menos las culturales, humanos para tener bienes materiales, lujos y todos los bienes de consumo.
Es político y tecnócrata, es convenenciero y oportunista para lograr estos bienes materiales. Para eso se sirve de la tecnología, de la mercadotecnia, y la psicología para dominar a las masas.
Es capaz de vender su alma al diablo para satisfacer su arrogancia y ansia de placer y salirse con sus fines mundanos, mezquinos sin importarle aplastar la gente y salpicar de sangre.
No le importa, como ha sido la política capitalista, sumir en el hambre y la miseria a otros países que se ven obligados a ir a trabajar como esclavos a los Estados Unidos porque en las materias primas se aprovechan de ellos y saquen sus recursos.
Usa la economía, la mercadotecnia, el consumo y los la tecnología y consumo a los placeres de este mundo para el culto de su persona rodeado de placeres y fama.
La luz de lo alto.
Los países deben ser gobernados en el servicio, conduciendo al país y a los individuos que son seres humanos. El valor supremo, innegociable es la persona humana, su dignidad de ser racional y de imagen del Creador. Hay muchas políticos que violan este principio: las redadas de indocumentados, la separación de las familias, las deportaciones de una tierra que Dios destina para todos los hombres. Se le olvida a Trump que sus padres también fueron migrantes, que la parte sur de los EEUU es propiedad de México, desde California hasta Texas que tomaron por la fuerza sus antepasados y que no han pagado satisfactoriamente.
El ser humano, hombre y mujer, es el único ser racional de la creación. Es el señor o el rey de la creación, es imagen del Creador que los formo con especial cuidado y les compartió su soplo (alma) de vida.
Está dotado de inteligencia para entender todas las criaturas, el plan de Dios para poner orden en el universo. Está dotado de voluntad para colaborar con el plan de Dios, evitar la maldad, el desorden, las pulsiones de muerte. Es libre para cooperar con el orden del creador, limpiar de los sembradores del caos, el odio y la muerte, y buscar los valores más altos, las realizaciones más bellas para avanzar a la perfección y la meta definitiva de cada individuo, de la humanidad y de la creación.
El ser humano debe buscar su meta más alta conforme a sus cualidades y a su dignidad personal. Tiene que hacer siempre el bien y evitar el mal, con su inteligencia que se norma por los principios: todos encuentran su fundamento en el valor central que es la persona humana. Los grandes principios son el Bien común, la solidaridad, la subsidiaridad.
Esos principios expresan la verdad del hombre conocida por la fe y la razón y surgen en el contacto, con la Revelación de Dios, con el mensaje evangélico que tiene como valor supremo y primer mandamiento el amor a Dios y al prójimo
El presidente que guía a una nación y está al servicio de seres humanos, no es su dueño, debe seguir estos cauces. No puede salirse de ellos para actuar según sus caprichos, ideologías y fines perversos. No es un diosecillo barato ni un Lucifer , el valorr central y supremo que mueve a Trump es su país, Estados Unidos o América como el y muchos gringos se autonombran. está fuera del blanco al que debe atinar.
Pero sus fines no son un valor puro como un diamante pulido. Su mente grande extraviada por las bajas pasiones, riquezas, placeres pasionales del cuerpo, sexo y excesos, en busca de hacer dinero, sobre toda medida para que los güeritos se sientan como el tío rico Mac Pato, dueños de las minas de oro para entregarse a los placeres de este mundo, para tener el país de más lujos y consumo, glamour y derroche.
El presidente de Estados Unidos no es un ente que esté sobre el bien y el mal, debe cumplir los mandamientos de Dios, y de los hombres, no está sobre la ley ni los principios. Debe salvaguardar la persona humana y está a su servicio.
Si es creyente debe seguir el ejemplo de Cristo que lavó los pies apóstoles y derramó su sangre para librarnos de los malos gobiernos que se engordan así mismos y pisan sobre la dignidad y los principios de sus hermanos, los hombres para subir y sentirse grandes.