Propuesta/Fernando López Alanís
Otra razón, de las miles que hay, para cambiar nuestro régimen político de partidos y a los políticos que se valen de ellos, es la doble pobreza material y cultural, y la múltiple miseria moral que padecemos, como analizaremos después. Hoy recordemos que estos políticos reformaron el Artículo 4 Constitucional para no cumplirlo. Esa reforma la hicieron para especificar el derecho de los mexicanos a la cultura y el libre acceso al disfrute de los bienes culturales.
El primer problema es que no tenemos ni popular ni jurídicamente un concepto claro de que sea la cultura, y por lo tanto ni la Constitución ni las leyes secundarias son claras en sus mandatos, y así hay muchos que todavía piensan que la cultura sólo sirve de adorno o no pasa de la música folclórica, y es enviada a un plano secundario, si no es que la ignoran en los presupuestos federales, estatales, y de los municipales ni se mencione. Así, a pesar de excelentes programas y de algunos recursos para la promoción y redifusión culturales, la creación de la Secretaría de Cultura de la Federación sólo ha servido para aumentar el gasto burocrático.
En ninguna parte se contempla a nosotros los ciudadanos como actores o creadores de cultura; pareciera que nos juzgan como simples espectadores de la cultura según los políticos en el poder la entienden, y ya. Así, y principalmente nuestros jóvenes, andan por el mundo sin saber qué sea la cultura, y mucho menos que “tienen derecho” a ella. El cine, la televisión, el antro o la reunión con los amigos, o las visitas a los enormes centros comerciales son actividades sociales o de diversión; pero difícilmente o nunca irán al Teatro, a la Danza, a las Bibliotecas, a las Librerías, a las exposiciones de Pintura o Escultura (“¿Qué es eso?”), y menos a las visitas guiadas a monumentos históricos.
De esta manera el sistema de partidos como ahora lo padecemos, así como los políticos, a cual más incultos, debemos apuntar (y otra vez disculpas por la generalización), han creado en las dos últimas generaciones a millonadas de mexicanos incultos, desconocedores de las Historia de su patria y de los rasgos que los identifican, carentes de todo sentido del arte, y a punto incluso de despreciar las bellísimas artesanías que producimos por todas partes.
¿Vale o no la pena convencernos de que necesitamos urgentemente un cambio de nuestras estructuras políticas y de los políticos que las manejan, muy lejos de los intereses populares y mucho para su beneficio personal? Primero, convencernos; segundo, convencer a otros; tercero, iremos a la acción. (Si te parece bien, se vale compartir hasta 1000000 de veces)
https://www.facebook.com/lopezalanisfernando/?hc_ref=SEARCH&fref=nf