Políticas públicas para mujeres/Gerardo A. Herrera Pérez
Políticas públicas para mujeres.
Gerardo A. Herrera Pérez.
Cientos de narrativas me ha tocado escuchar de mujeres de diferentes niveles académicos, sociales, culturales e incluso de pobreza; entre otras cosas escuche la falta de recursos para dar de comer a sus hijos al día siguiente; la imposibilidad de comprar medicamentos ante la falta de los mismo en las instituciones; la desaparición de sus hijos y no poderlos llorar en una sepultura; la tortura para el sometimiento del cuerpo y sus secuelas; el desprecio y la discriminación por ser indígena; la violencia vivida dentro de un centro laboral; el cambio de una plaza laboral por un favor sexual.
Pero también escuche, la falta de sensibilidad de los servidores públicos para atender las necesidades más urgentes; el recurrente no está, ya salió; no hay recursos, venga después; la relación de beneficiarios no se ha movido, será después; la prioridad son los hombres, las mujeres no.
Esta situación me hace preguntarme, si hoy las mujeres y la atención para estas narrativas podrán ser escuchadas y atendidas desde el diseño de la política pública de la administración pública que entrará en vigor el próximo 1 de diciembre; espero y sería lo deseable.
No hablemos de la mujer en forma singular, no es lo adecuado, mejor hablemos de mujeres y de la diversidad social y cultural en la que se construye un cuerpo de mujer; hablemos también del androcentrismo que mantiene sometidas y controladas aun a muchas mujeres, haciendo para ellas cautiverios, donde no se le permite a éstas la autonomía y libertad para su toma de decisiones.
Hoy, ante el trabajo que se realiza por evitar la corrupción y establecer un nuevo modelo social de mayor inclusión y respeto a las poblaciones más precarias, me surge la pregunta cuál será el abordaje de esta nueva administración sobre el asunto de prevención relacionado con la violencia: de género, política, laboral, del acoso y hostigamiento, pero también de todas aquellas violencias que incluyen las normas y desde luego la feminicida, entre otros temas?.
Cientos de mujeres de diferentes culturas, ambientes laborales, formas de atender a la sexualidad hegemónica, con lenguas originarias, mujeres con discapacidad, o bien con enfermedades crónico degenerativas o infecto contagiosas, mujeres amas de casa, mujeres profesionistas, trabajadoras de servicios domésticos y trabajadoras del sexo comercial, salieron a votar este pasado primero de julio; lo hicieron convencidas de la importancia de nuevos retos a su favor y en contra de un gobierno que no ha logrado erradicar la violencia de género en todos sus niveles de gobierno y sociales.
De frene al Presidente Electo, es importante pensar cual será la hoja de ruta sobre las cuales habrá de caminar para erradicar la violencia contra las mujeres; desde hace décadas se ha transitado por diversos caminos en el diseño de política pública; políticas para evitar la discriminación, la violencia, promover el desarrollo, la paz, la igualdad, la paridad; pese a ello, continua existiendo esta violencia permanente contra las mujeres, no sólo las mujeres cisgéneros, sino también las mujeres trans y las mujeres que han decidido asumir un modelo de flexibilidad sexual, o bien de orientación sexual distinto al hegemónico.
Durante muchos años, cuando menos desde 1983, inicie mi trabajo profesional con mujeres, lo hice en la Coordinación del Programa Productivo para la Mujer Campesina, política pública diseñada e implementada en el periodo del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Gobernador de Michoacán, y hasta la fecha, nunca deje de atender acciones relacionadas con el tema; no obstante estos años, continuo viendo con profundo dolor los mecanismos de opresión en contra de las mujeres y la violencia permanentemente en que viven.
Pese a la creación de marcos normativos para las mujeres, los cuales son más incluyentes, con lenguaje no sexista, armonizados con los mecanismos internacionales suscritos y firmados por el Estado mexicano (CEDAW, Belen Dopará), así como el diseño e implementación de estructuras operativas que hoy se tienen no sólo en el nivel internacional, nacional, local o municipal, continuamos viendo y leyendo sobre la violencia de género y nos duele cuando es asesinada una mujer en la figura de feminicidio o por otras razones; algo sucede, que ni normas o estructuras no han logrado impactar de manera genérica dichas política públicas orientadas a evitar la violencia de las mujeres, por lo que debemos insistir en la creación y desarrollo de conciencia social de la población, en sus procesos de reeducación, y en nuevas masculinidades, pero sobre todo en generar las condiciones para sustentar la vida en los valores, los principios y las virtudes sociales.
Con la llegada de un nuevo gobierno, se puede orientar el diseño y la implementación de las política públicas de la mujer para el desarrollo y contra la violencia. Hoy, al frente de la Secretaria de Gobernación (Segob) estará la doctora Olga Sánchez Cordero, desde ahí, se dibujará el sentido que guiará la política interna a favor de la mujer y se puede hacer desde un plano económico, pero también de participación social y de valores sociales (igualdad, libertad, respeto, dignidad, solidaridad, tolerancia, amor).
Desde la Segob, se tienden las líneas para el seguimiento del Plan Nacional de Desarrollo. Desde la misma Institución se declara la Alerta de Violencia de Género, se da el seguimiento al Programa Nacional de los Derechos Humanos, pero también, se dan las condiciones para crear y desarrollar conciencia social para la población, toda vez que de ésta depende el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, así como el Instituto Nacional de la Mujer y otros organismos que son fundamentales para la transversalización de las cuestiones de derechos humanos, igualdad, perspectiva de género e interculturalidad, con una visión de los valores sociales para la construcción del discurso público.
Si bien existen lineamientos genéricos de coadyuvancia para el empoderamiento de la mujer y que fueron aportados durante el proceso electoral en su etapa de campaña y que han sido mediáticos, y que los mismos podrían fortalecer las propuestas para ser incluidos en el diseño de política públicas de género, creemos contundentemente que se tiene que profundizar en los temas que aun dañan a las mujeres cuando se habla de feminicidios; trabajos iguales, salarios desiguales; violencia obstétrica, pese a los pronunciamientos de la CNDH; el acoso y hostigamiento en áreas laborales y en vía pública; la feminización de la migración, de la pobreza, las adicciones, del VIH/SIDA; aspectos de la educación, la salud, la Trata de Personas, y un amplio etc, entre los cuales suma el tema de mujeres y su diversidad: cisgénero, trans y diversas sexuales.
Hay asuntos tan importantes como la toma de decisiones sobre el cuerpo de la mujer, me refiero al tema tan controvertido del aborto, del matrimonio entre personas del mismo sexo, ya aprobado en algunas entidades federativas, como el tema de la corrección de acta de nacimiento por identidad de género (aprobado en Ciudad de México, Nayarit y Michoacán). De igual manera el impulso a diversas acciones relacionadas con la creación y desarrollo de la conciencia social que permita dar paso a un proceso de reeducación para formar nuevas masculinidades y romper con los estereotipos que han sido establecidos para el sometimiento y el control de los cuerpos. Requerimos de los instrumentos que nos ayuden a guiar a las poblaciones para revertir los procesos de violencia en respeto a la dignidad humana de niñas, niños, mujeres, mujeres adultas mayores y en general de la población.
Al parecer no bastan las normas, ni las estructuras operativas, y desde luego que es importante los presupuestos para la implementación de las políticas públicas pero que no han sido suficientes, para erradicar la violencia, tenemos que trabajar en un modelo social sustentado en los valores que permitan mejorar la comunicación entre las personas que generen nuevas formas de comportamiento y respeto. GHMO :.