Personas de talla baja
Cada 25 de octubre se conmemora el Día nacional de las personas de talla baja; en mi vida como activista y también como académico y servidor público, he tenido la oportunidad de intersubjetivar con personas de talla baja; ayer, asistí al conversatorio “Construyendo una sociedad más inclusiva para las personas de talla baja” organizado por la Secretaria de Bienestar, Instituto de la Juventud Michoacana, así como por la organización De la cabeza al cielo, Capítulo Michoac´na y el Sistema Michoacano de Radio y Televisión donde participaron dos personas, una mujer y un hombre, Mariana Ramírez Duarte y Jesús Espinosa Zaragoza, ambos han vivido desde su nacimiento el ser personas de talla baja. Dicho evento fue realizado en una de las aulas del Teatro Mariano Matamoros, en pleno corazón de Michoacán, Morelia.
Al conversatorio acudieron diversas personas de la sociedad civil organizada, entre ellas, la Señora Silvia Gaona, de Adigs Guía Sombra; Carmen Duarte de “De la cabeza al cielo”; José María Chema y Sinuhé; la señora Eréndira Guerrero y su hijo; a todos y todas ellas me dio mucho gusto saludar y abrazarles, así como a Male Silva Montes, siempre generosa y comprometida de las causas de la discapacidad, también saludamos a Isaul De Jesús y a muchos otros actores sociales que se dieron la oportunidad de escuchar diversas posturas que expresaron tanto Mariana como Jesús. Igualmente asistieron instituciones que trabajan a favor de fortalecer el trabajo de la inclusión y el respeto a los derechos humanos, entre ellas la Subsecretaria de Derechos Humanos y Población, la Dirección de Derechos Humanos y personal institucional de la Secretaria del Bienestar.
El formato del conversatorio fue interesante, una primera ronda de reflexiones desde las vivencias de Mariana y Jesús, en donde compartieron la importancia de varios avances como el escalón universal, propuestas que ya son ley para Michoacán; pero igualmente, nos señalaron lo que en ocasiones observan que viven otras personas de talla baja, que no han tenido la oportunidad de contar con padres y madres como los suyos que han sido un soporte fundamental para su formación social. Entre los aspectos que señalaron que sigue viviendo la miopía de una sociedad que se niega a ver las necesidades de otros ha sido la accesibilidad, la movilidad, y generar condiciones para lograr la autonomía en sus vidas y no la dependencia de su familia para la realización de sus actividades en el cotidiano.
Hicieron mucho énfasis sobre como se vive en una sociedad que aun no ha logrado la comprensión del concepto de inclusión, la cual no es solamente, sumar a todos, sino generar las condiciones para que toda la población en su diversidad social, cultural, de discapacidad, lingüística, política, dogmática y sexual, entre otras pueda verse beneficiada de políticas públicas para mejorar su condición de vida; mucho por hacer expresaron ambos, que va desde las escaleras, los sanitarios, las instalaciones, mobiliario, instalaciones eléctricas; Mariana nos ofreció un ejemplo de lo que puede suceder en el sistema financiero, cuando no hay posibilidad que el operador, atienda las necesidades de la persona cuando esta es de talla baja, entre otros ejemplos.
La inclusión desde mi punto de vista, coincido con Mariana y Jesús, no es solo sumar a todos, no, es más que eso, es generar las condiciones para que los valores puedan ser parte ideológica de respetar, convivir, generar las libertades y las igualdades con justicia social. La inclusión nos permite avanzar en reconocer que ideológicamente requerimos de respetar la dignidad de cada personas, es decir, reconocer la igualdad sustantiva, la capacidad que tiene en ese sentido cada persona de asumir sus decisiones con libertad y de manera ética, sin que le sean aplicados mecanismos de opresión en contra de su cuerpo para someterlo, disciplinarlo o controlarlo, o bien, para invisibilizarlo (lo que no está, no existe, lo que no existe no tiene derechos), o generar condiciones de estigma y prejuicio partiendo de que no puede, no quiere, no debe, no entiende, no es necesario, y con ello, excluirlo.
La inclusión requiere desde luego de la accesibilidad y movilidad para toda la población, como lo expresaran Mariana y Jesús, pero igualmente se requiere de penetrar ideológicamente y metacognitivamente en los valores de la inclusión.
Es decir, los valores de la inclusión, son fundamentales para construir paso a paso desde los grupos sociales organizados y los miembros de la sociedad y sus autoridades lo siguiente: igualdad de todos, todas, todes para expresar sus necesidades y manifestar sus expectativas y trabajar por ellas para atenderlas de manera conjunta con la autoridad; hacer que los derechos cumplan el cometido para las personas con discapacidad y grupos en condición de vulnerabilidad y precariedad de ser promovidos, respetados y garantizados por las autoridades; garantizar la participación de la sociedad en la mejora continua del diseño de las políticas públicas; continuar trabajando en modelos de valores de comunidad y dejar de lado los valores individuales y líquidos; trabajar con la comuna para mostrar las rutas del cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad; continuar trabajando en la tolerancia, es decir, en respeto a la diversidad, no violencia, confianza, compasión, honestidad, valor, alegría, amor, esperanza/optimismo y la belleza; esa belleza que nos dejaron ver a través de sus corazones Mariana y Jesús. Felicidades a ustedes y a sus familiares, a sus madres que han formado grandes luchadores sociales.