El periodismo y la PGR en tiempos electorales/Eusebio Pacheco Castro
La sociedad mexicana ha sido manipulada en muchas ocasiones por gobernantes y medios de comunicación y esto debido al valemadrísmo político y falta de acceso a la información, por una impulsividad que nos lleva a los mexicanos a enojarnos ante las situaciones de inseguridad y de política, pero que eventualmente, (rápidamente), se nos olvidan. Por un periodismo limitado por el miedo a ser asesinado como los 47 periodistas que perdieron la vida por ataques relacionados a su labor periodística entre 2010 y 2016, o las 751 denuncias por agresiones a otros más durante este mismo periodo.
Tenemos una clase política de la cual ningún partido se salva, ni siquiera Morena, a pesar de tener tan poco tiempo existiendo, mucho menos el PRI, el PAN, el PRD y todos los demás partidos que juegan con el dinero público que los mantiene vivos. Campañas electorales, una tras otra, que nos hace vivir eternamente en movimientos y acuerdos políticos, y una inseguridad que no nos deja leer ni un día las noticias sin que esta nos recuerde quiénes mandan en las calles.
Una sociedad que exige un cambio, pero que no está dispuesta a mejorar, a crecer, o castigar a ninguna clase política.
Tenemos un club de gobernadores y ex gobernadores que están siendo investigados, o están en la mira, o están en la cárcel, o peor aún, están prófugos.
La reciente captura de Yarrington y de Duarte, aunque cuestionables por los tiempos electorales del cual la más importante sin duda es la gubernatura del Estado de México, es un pequeño paso para que el Gobierno federal pueda demostrar que combate la corrupción y el crimen organizado, y quizás así no perder Los Pinos el próximo año; el siguiente paso debe ser la protección de la libre expresión, donde los mexicanos no percibamos que las noticias que escuchamos están filtradas y manipuladas por el gobierno en todas sus escalas, que no tengamos más a ningún Máximo Rodríguez asesinado en La Paz, o a Miroslava asesinada por sus reportajes de expulsión de cientos de familias por el narcotráfico, u otro Ricardo Monlui asesinado en Yanga, Veracruz.
Es momento de exigir con dignidad y respeto mejores gobernantes, mejores policías, brindar espacio al periodismo crítico y verdadero; hay que evitar que tengamos un político que haga burlas de un manifestante desnudo pidiendo que no tiren más bombas mientras el baila, así como Maduro en Venezuela. Hay que exigir el encarcelamiento de Duarte, mostrar respeto a todas las familias que han sufrido la inseguridad y que no tienen la capacidad de moverse en Veracruz, en el país y en el extranjero en vehículos blindados y con seguridad privada, debemos exigir que Duarte declare y que destape la red de corrupción que existió detrás de él, ya que mientras un negocio sea más grande, serán más los involucrados, así que Duarte deberá dar nombres y estos deberán ser investigados antes que a los mexicanos se nos olvide y nos llame la atención una nueva noticia.