Perfiles/Arnulfo Mora
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Y LLEGAN LOS CAMBIOS
Para el buen funcionamiento de la administración pública el alcalde o alcaldesa requiere un equipo con los perfiles adecuados para el cargo, pero más importante aún, que el funcionario esté identificado y comprometido con el proyecto a desarrollar.
El poder no se comparte, se ejerce. Antes y ahora está comprobado que los protagonismos son dañinos y más temprano que tarde destruyen las relaciones entre quienes tienen la responsabilidad de gobernar.
Lo advertimos aquí, pero muchos más también lo han hecho cada quien a su manera. Al parecer no entienden que no han entendido. Y ahí tienen las primeras consecuencias.
No es soberbia ni abuso de poder. Es respeto y lealtad a quien la sociedad depositó la responsabilidad de gobernar. Y reitero, esto es la conducta que no debe perderse al interior, porque es el principio para desarrollar el proyecto hacia el exterior.
Obligada por las circunstancias, pero más aún por los resultados, la alcaldesa Itzé Camacho hará los primeros cambios en su primer círculo de colaboradores.
Casi un hecho que la tesorera municipal sea la primera en salir de la administración y puede ser en los primeros días de esta semana.
Entre las causas, se cuenta precisamente el “yoyismo” en las decisiones en el manejo de las fianzas como si fueran en un negocio personal. Constantes los desatinos que hacen ver mal a la titular del poder.
No entendió que el cargo no es para figurar en primera persona. La alcaldesa no puede ser desplazada como la principal responsable de la administración.
GOTA QUE DERRAMA EL VASO
Haberse enfrascado en dimes y diretes con la madre de la alcaldesa, a su vez presidenta del DIF fue la gota que hizo derramar su vaso.
El desatinado enfrentamiento cobró nivel de escándalo porque fue ante varias personas propias y ajenas de la administración.
Las diferencias, las discrepancias, desencuentros no son novedad alguna en un equipo de trabajo que debe tomar decisiones. Pero tienen que verse y resolverse en privado y no en los pasillos, por teléfono o por mensajes.
Pero la tesorera no es la única por causar baja.
Se da por hecho que el Secretario Municipal está por abandonar el barco, pero en su caso por determinación propia.
Su desánimo tiene como base que no contó con los recursos ni el poder que se requiere para el desempeño del cargo.
Por supuesto que estos cambios no son cualquier cosa porque representan un desbalance en el gobierno local.
Aun con esto, tampoco es el acabose de la administración. No debe haber tiempos fatales para recomponer lo que no esté funcionando. Pero las causas ameritan el análisis, la reflexión y la reparación.
Se habla que hay tres más en la “tablita” por causas distintas. La Secretaria de Obras Públicas, el jefe de Reglamentos y el de Protección Civil.
Este último, lejos de abonar colaboración con las autoridades y dependencias que son indispensables para casos de emergencia, muestra sobrado desinterés por aprender los protocolos y responsabilidades que le atañen.
Añaden que en Protocolo no está a salvo de no llegar a los cien días de prueba.
Y es que la lambisconería es una enfermiza tentación porque siempre es más fácil quedar bien con quien detenta el poder a que esta quede bien con el trabajo de su equipo.
También Capalac se ha convertido en otro dolor de cabeza para la alcaldesa. Pusieron de director al hombre más honesto, pero lo rodearon de expertos pero no dispuestos a que las cosas se hagan bien en el organismo.
Señalan a un cercano familiar de la alcaldesa, - y no es el director, aunque también es su pariente-, que viene haciendo de las suyas desde que arribó al cargo. Con actitud prepotente ya hizo correr a más de uno que sí le apostaron al proyecto de Itzé Camacho trabajando con honra y transparencia. Pero esto no es un gen que se trasmita en automático y ahí están otra vez las consecuencias.
Recuerdo una expresión del ingeniero David Zamudio cuando era alcalde ante todos sus funcionarios: “por mi votaron los ciudadanos, y por ustedes solo fue mi decisión, y el que quiera rebasar al presidente, la puerta de salida es amplia”.
Insisto en que Itzé Camacho, de la mano de sus asesores cercanísimos, pueden reconformar el equipo y no dar espacio a que el barco se llene de agua. De los yerros se aprende y deben tomarse como oportunidades para mejores decisiones.
Hay que ver con positivismo que los regidores no se han convertido en un problema para la titular del gobierno.
Hasta ahora, todos, de todas las fracciones, se muestran sus aliados y debe ser prioridad evitar que se agriete su cabildo, porque no pocas experiencias indican que intereses particulares estarán siempre acechando el momento para dividir.
Los y las regidoras tienen responsabilidades en el ejercicio del poder. Que la alcaldesa les brinde las facilidades para que se ocupen en delinear el proyecto que la administración ejecutará en el presente trienio.
No es otra cosa que consensuar las bases que requiere la administración en su oferta de un gobierno con la participación activa de la sociedad. Sin ello no habrá cambio alguno y su debilitamiento viene en consecuencia.
Diciembre será un año complicado. Lo ha sido siempre para todos los gobiernos, pero más aún para los que han iniciado en el último tercio del año.
Superar sin crisis los traumas financieros, dará un alivio a la administración, pero también a los ciudadanos que tendrán confianza en que 2019 será punto de partida.
Ojalá y todos tengan claro que la llegada al poder del nuevo presidente del país, puede ser una magnífica oportunidad para atender los rezagos de este municipio, pero el recurso no se reproduce en macetas, y la administración, del color que sea, solo puede dar resultados con recursos y no son pocos los que se requieren.
ELECCIONES
Es todo un ejército de aspirantes a las seis jefaturas de Tenencia. Cierto, será una elección sin los partidos.
Pero todos los participantes tienen clara militancia partidista y esto lo que puede marcar la diferencia para la administración y para el partido en el poder, en este caso Morena.
El partido que arrasó en las elecciones pasadas, es el más obligado a ganar esos espacios de poder por ser estos los más cercanos a los ciudadanos y a las comunidades y que son estas las de mayores atrasos en los servicios públicos.
Pese a que también compiten entre sí, de ganar simpatizantes del PRI o del PRD, será la primera derrota política de la administración y de Morena. De repetir el arrastre a través de sus simpatizantes, será como la consulta por el NAIM, simplemente ratificar el rumbo marcado por las mayorías. Ahí está la tarea para los operadores del partido y de la administración. HASTA LA VISTA.