Pensar, despensar y repensar el poder
El poder es la acción que ejercen los seres humanos, sobre los seres humanos, es decir, la asimetría del ejercicio de someter, controlar o disciplinar al otro. También lo podemos comprender como: tener la capacidad de: trabajar, correr, disfrutar, manejar, estudiar, someter y cualquier otra acción, que tenga implicaciones en una red de relaciones humanas para alcanzar lo que se desea.
No obstante, para ejercer el poder se requiere de tener libertad, y entandamos la libertad como la capacidad de decidir cuando menos entre dos opciones (Nietzsche Friedrich), cuando solo hay una opción, estaremos frente a un proceso de someter a la otredad, sin la capacidad de decidir.
Para Michel Foucault, poder es, las líneas y vínculos intrínsecos para someter los cuerpos, siendo más representativas las relaciones de padres-hijos, docentes-alumnado, médico-paciente, es decir, son las relaciones en microfísica del poder, en donde también se incluyen los espacios para determinar ese poder: en la casa, la oficina, el comercio, el parque, los estadios, en todos los lugares públicos y privados de la sociedad.
En tanto que para Max Weber el poder es la posibilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento. El poder es diferente de dominación o autoridad. Dominación es la obediencia a un mandato entre personas, es la imposición propia de la voluntad sobre el otro. En tanto que autoridad es un derecho legitimado o positivado, que implica dar órdenes en virtud de una posición jerárquica. El poder, expresa Dussel, es un poder que transitó de mandar a un poder que obedece, tal cual lo expresa el levantamiento del Ejercito Zapatista en 1994.
En este contexto, deseo escribir sobre el poder que ejerce la mismidad sobre la otredad (singular o plural); el poder toma una posición frente al otro sobre cinco estructuras que tiene la otredad: el tiempo, el cuerpo, los recursos, la conciencia, y la información; desde el cuerpo, el poder somete a través del erotismo, salud-prevención, espacios, apariencia.
Para estar empoderados requerimos de avanzar significativamente sobre el control y manejo de dichas estructuras: yo decido sobre mi tiempo, respecto de mi cuerpo, incluso sobre los recursos que tengo, mi conciencia, mis emociones y la información que tengo; la decisión implica contar con la libertad para definir que es lo que deseo sobre mis estructuras de poder.
El Estado reconocer a la persona, y de igual manera, le reconoce una igualdad sustantiva frente a los demás, es decir, todos son iguales desde las leyes, lo que le permite asumir la libertad para decidir, utilizando su racionalidad.
Cuando yo decido sobre mi tiempo, mi cuerpo, mis recursos, mi conciencia, mis emociones, y mi información, me estoy empoderando; este proceso de empoderamiento, debe ir trabajado paralelamente con la emancipación, es decir, cuando yo tengo la libertad y la autonomía de decidir sobre mis estructuras del poder, deslindándome de los mandatos de feminidad o masculinidad que tenemos impuestos culturalmente; en el caso de la mujer su mandato de obediencia, me emancipo, cuando logro desmarcarme de la obediencia frente al otro para cumplir un rol establecido socialmente.
El poder puede ser utilizado a través de la violencia (cuando la otredad invade las estructuras del poder, sin el permiso y con la intensión de controlar, disciplinar, someter, es decir subordina o domina) o el amor; la violencia entendida como el acto que tiene relación con el ejercicio de la fuerza física, verbal, patrimonial, económica, sexual, política, de género, entre otras, sobre una persona, animal u objeto originando un daño sobre los mismos de manera voluntarias o accidental. O bien, el amor, entendiendo este como un sentimiento supremo que una persona experimenta sobre la otredad. Amar no es solo afinidad o química entre dos personas, el amor es sentir valores como el respeto, además de la conexión, libertad al estar junto con la otra persona, amor es en todo caso una unión no material.
El amor nos hace dar nuestro tiempo a quienes amamos, por eso el regalo más importante es el tiempo; se puede regalar el cuerpo a la otredad por amor, y entonces fluyen los recursos en regalos, y entregamos nuestros conocimientos, los compartimos, como se puede compartir la información.Para ejercer el poder necesitamos de la libertad, de la emancipación y el empoderamiento, y requerimos los hombres deconstruir nuestros mandatos de masculinidad y potencia y potencializar nuestra deconstrucción con inteligencia emocional y creación y desarrollo de conciencia. Las mujeres deben seguir trabajando en su emancipación de su mandato de subordinación.