Paz y reconciliación/Gerardo A. Herrera Pérez
Importante los actos que se han venido realizando por parte de distintos actores institucionales, políticos, religiosos, académicos y sociales tendientes a generar las condiciones para alcanzar la paz y la reconciliación. Estas acciones impulsan a trabajar por personas que viven en violencia, o bien en las adicciones, principalmente alojadas en adolescentes y jóvenes.
Apenas este viernes 13 de septiembre, se llevó a cabo la inauguración de la Comunidad Terapéutica “Casa del Artesano”, A.C., segunda en su tipo en la ciudad de Morelia, y la cual prevé ayudar aquellas personas que viven en adicciones, tanto de alcohol como de sustancias toxicas. Acto al que asistieron autoridades religiosas y autoridades del Gobierno del Estado y el Órgano Autónomo de Derechos Humanos y miembros de la sociedad civil y moradores de la Casa del Artesano.
Hoy, en un día que recordamos con tristeza la población de Morelia y Michoacán, el Gobierno del Estado suscribió el Acuerdo para la Paz y la Reconciliación. Un modelo que plantea la atención a los problemas de inseguridad y violencia, pero también de adicciones que se viven en Michoacán.
Este modelo, aspiracional, pero que puede ser el diseño de la política pública nacional para la atención a la violencia y el combate a las adicciones, fue suscrito por el Gobierno del Estado a través del Gobernador Silvano Aureoles y por la cúpula de la Iglesia Católica en Michoacán en la persona del Arzobispo Carlos Garfias, con empresarios, académicos y representantes de la sociedad civil organizada, así como distintos integrantes de la Mesa de Seguridad y Justicia.
El contexto en el que se da el Acuerdo de Paz y Reconciliación es complejo, el incremento del consumo de drogas en niños, niñas, adolescentes y jóvenes; además de un mercado que los ha seducido y los ha hecho hedonistas, narcisistas, libres, individuales, con valores personales, que buscan el éxito rápido y el lujo y donde los padres han perdido el control y disciplina de sus hijos.
Un contexto donde los valores dejaron de ser sólidos y que hoy los mismos se encuentran de manera líquida, inestables y de decisiones inmediatas, donde el placer es ya y ahora. Pero también donde las drogas sintéticas son altamente adictivas y de impactos negativos en el sistema central nervioso.
El Acuerdo llega como una bocanada de aire fresco para la atención del segmento de población que es de interés superior. En estos temas se requiere de impulsar acciones desde la complejidad, desde lo ético, desde lo moral, desde los valores, los principios y las virtudes sociales u otros temas más. Por ello, importante la participación de las estructuras operativas de la Iglesia Católica, desde las foranias y desde aquellas expresiones más lejanas y pequeñas en donde se podrán tener los espacios de escucha asertiva.
El proyecto abarca la educación para la paz, es decir, impulsar acciones desde la educación a efecto de formar e informar sobre este modelo a la población. El señor Arzobispo Carlos Garfias Merlos, en distintas ocasiones ha precisado que es importante educar para la paz, para los valores y la prevención del delito, para la prevención de las adicciones y de aquellas acciones que agreden la dignidad de las personas, principalmente de los más débiles: niños, niñas, adolescentes y desde luego los jóvenes.
Desde muchos pensamientos y estructuras se han impulsado acciones sobre la paz, en este sentido existen los acuerdos entre instituciones para fortalecer el tema, se han hecho igualmente acciones para generar la participación intraintitucional con eventos que privilegien los contenidos de la paz dentro de los espacios escolares. Así como, muchas instituciones como el Órgano Autónomo de Derechos Humanos realiza el acompañamiento en la Pastoral Social de Pátzcuaro para impulsar talleres sobre La Paz y la Convivencia Social, elementos que permiten desarrollar nuevas estrategias para evitar la violencia y mejorar la comunicación entre los miembros de la familia.
Al ser un defensor de proyectos de inclusión, equidad y respeto a la otredad, siempre como ciudadano y como persona me he sumado a las acciones para el fortalecimiento y crecimiento social, por ello, no dudare en seguir colaborando en cualquier espacio que permita promover el respeto, la tolerancia, la comunicación, la igualdad, libertad y la creación de una comunicación asertiva para el mejor desempeño de la población, por ello, de suma importancia esta Acuerdo.
Entre las metas contempladas en el marco del Acuerdo, se fija el establecimiento y operación de 40 Centros de Escucha y 20 Centros de Acompañamiento para víctimas de violencia y adicciones. Estos esfuerzos podrían constituir la propuesta de un diseño de política pública nacional.