PAN y PRD, aliados comunes/Arturo Alejandro Bribiesca Gil
PAN Y PRD, ALIADOS COMUNES.
Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil
Me asombra que se asombren de la posibilidad de una alianza PAN-PRD con fines electorales para la elección presidencial de 2018. Desde finales del siglo pasado y lo que llevamos de este, dichos partidos políticos han hecho 20 alianzas para contender por gobiernos estatales, resultando ganadores en 11 de esas elecciones, lo que representa un 55% por ciento de efectividad para esos matrimonios de conveniencia política.
Después de las dos decenas de ejercicios estatales, y cientos más a nivel municipal, resulta bizantino seguir discutiendo sobre la mezcla de agua y aceite que para muchos representa la simbiosis de la izquierda con la derecha en México. Si estos partidos políticos fueran representantes puros de esas ideologías se entendería la discusión, pero resulta evidente que el pragmatismo es su ideología real; eso sí, cada quien con su respectivo matiz ideológico.
Insisto, está más que demostrado que PAN y PRD no son agua y aceite, y que cuando sus intereses –sanos o insanos- coinciden, pueden caminar juntos de la mano como buenos hermanos.
Por lo anterior, no debe sorprendernos las intenciones de crear este Frente Amplio Democrático u Opositor, y que el mismo se concrete o no, no dependerá de temas ideológicos o programáticos, sino de interés políticos, ya que cada partido pretende encabezar dicho frente o no va. Igualmente, cada suspirante desea ser el elegido por encima del interés común.
Lo que los auspiciadores del Frente han perdido de vista, o al menos públicamente no ha trascendido su análisis, es que el factor que ha sido determinante para el éxito de las alianzas PAN-PRD, ha sido el factor ex priista. 8 de las 11 gubernaturas que han ganado en alianza, ha sido con un candidato con pasado priista. Además, es de destacar que desde la alternancia democrática a nivel estatal (Ruffo, 89), 56 gobernadores de extracción no priista que han sido electos, 22 de ellos fueron ex priistas postulados por otros partidos o coaliciones, entre ellos los 8 panperredistas.
Luego entonces, las posibilidades de triunfo del FAD o FAO, como gusten llamarlo, pudieran potencializarse si replican la fórmula que tanto éxito les ha traído en elecciones estatales, un candidato ex priista. La baraja es amplia. ¿Habrá algún priista dispuesto a escuchar el canto de las sirenas?
Ya algunos profrentistas han puesto sobre la mesa la posibilidad de que un externo (independiente) encabece el Frente, lo que resuelve en parte el problema sobre si los panistas votarían por un perredista y viceversa. La misma solución aportaría el abanderamiento de un ex priista, porque en ambos casos todos los involucrados del Frente votarían por un ajeno a su partido.
En fin, bien dice, y dice bien, el dicho popular: para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo. Entonces, si los rivales a vencer son un priista y un ex priista (AMLO), pues resulta obvia -de pizarrón- la jugada de lanzar a un ex priista contra ellos.
OTROSÍ: El PRD en sus casi 3 décadas de historia no ha tenido un candidato sin pasado priista.