Padre en tiempos posmodernos/Gerardo A. Herrera Pérez
Hoy se conmemora el día del padre; el padre ha tenido un papel fundamental en la construcción del concepto de familia. Hay padres que integran una familia nuclear y que sostuvieron ese proyecto a lo largo del tiempo con valores sólidos, con estabilidad permanente, pese a las grandes dificultades que la época moderna plantea, es decir, padre no es solo el que engendra de manera biológica, también lo es, aquel que adquiere una funcional paternal al adoptar.
El padre es resultado no solo de una posición religiosa, a partir de la Santísima Trinidad, sino también de un Sistema de Género, en donde el sistema patriarcal le ha beneficiado, toda vez que le ha brindado poder, ese poder ha generado un empoderamiento que en ocasiones ha sido utilizado recurrentemente con visión androcéntrica para someter, controlar y disciplinar los cuerpos de los más débiles, sus esposas y sus hijas e hijos.
El padre engendra, aunque hoy con los avances tecnológicos y científicos, no necesariamente, solo se requiere de un esperma para generar una nueva vida, por lo que no se necesita de su participación activa en dichos procesos de inseminación; por ello, y frente a estos adelantos científicos se cuestiona si el padre hoy como concepto, no solamente puede ser asumido por el cuerpo de un hombre, cómo por el cuerpo de una mujer quien en la ausencia de éste saca adelante el proyecto de familia. Conozco muchas familias lesbomarternales o bien homoparentales que decidieron optar por la inseminación o bien por el alquiler de un vientre. De ahí reflexionar si el concepto de padre ya está rebasado por la posmodernidad, ante la crisis que vive la familia y al tener diferentes tipos de familia y desde luego al tener en estos tiempos valores líquidos, inestables.
Pero hoy es fiesta, la convivencia se celebra bajo un enfoque eminentemente comercial, donde lo importante será convivir y consumir, será reunirse en familia, hacer un reconocimiento al padre y expresar los cariños y afectos, en muchas familias se repetirá esta acción. Otros más asistieran hoy al panteón para visitar a sus padres, limpiaran su tumba y permanecerán ahí un tiempo, luego se irán a festejar, otros más se tomaran unos minutos para desde un lugar distante saludarlo y desearle un buen día. Y muchos más saldrán a convivir a espacios públicos y privados en familias extensas a festejar este día tan significativo para, primero, fortalecer el mercado de bienes y servicios y después la convivencia familiar.
No obstante, cientos de personas adultas mayores no recibirán un “te quiero”, un “te felicito”, y no, porque los padres ya viejos, son parte del paisaje familiar, muchas ocasiones ni siquiera se les saluda, en otras, es tanta la indiferencia que mediante violencia se les tiene cerca solo para quitarles la pensión que reciben.
En el día del padre, un día comercial, no deja de ser importante reflexionar que debemos trabajar en nuestra posición socioemocional, para que aquel que asuma el liderazgo horizontal en una familia y se llame padre, no solo se le reconozca por ser el que engendra, más bien, porque ha sido el que conjuntamente con la madre forma para la vida, para el proyecto sostenible de esta realidad social que nos somete y nos obliga a actuar en función de lo que dicta el mercado, pero no las emociones y los sentimientos que deberíamos de tener en el día a día con quienes se encuentran a nuestro alrededor.
Felicito a quienes han sido buenos padres, a quienes han enseñado sin violencia, a quienes han hecho de sus espacios las moradas más generosas; felicito a los padres que se emocionan al ver a sus hijos y equilibran su tiempo para formar a sus hijos e hijas. Felicito a los padres que tienen una discapacidad y han sido la plataforma para hacer de sus hijos los mejores. También felicito a los padres que se encuentran en un asilo y que nadie lo verá, a los que en un hospital pasan sus últimas horas de vida o están en recuperación. A los padres que se encuentran en una cama confinados a su muerte lenta en casa, también felicito a los padres que en el último momento perdonaron y los perdonaron y pudieron morir en paz y aunque ya no están con vida, se encuentran presentes en nuestras memorias y en nuestras experiencias. También felicito a los padres indígenas, y a quienes han ido de la mano con sus parejas sentimentales dejando una estela de respeto y amor a todos los miembros de la familia, porque sé que también existen éstos. Felicito a los padres que ejercen el compromiso de informar y son comunicadores, también a los luchadores sociales y a quien ejerce una función de padre aunque sea en el cuerpo de una mujer.
Felicito a los padres que son cortadores de limón, o cortadores de frutas o frutillas, a los pescadores que son padres, a los boleros, a los albañiles, a quienes venden productos como esquites, elotes, cena, tortas, a quienes asumen su papel de coadyuvantes en familia y atienden a sus hijos, los llevan o recogen de la guardería o las escuelas, a los padres que sufren fuera de un hospital, de un centro de reinserción social, aquellos que sus hijos los dejaron abandonados, es decir a aquellos que nadie les saludará, por la razón que fuera.
Felicito a los padres, hoy, mañana y siempre.