Opinión/Jorge Álvarez Banderas
En edición vespertina del Diario Oficial de la Federación del pasado viernes 12, se publica la “miscelánea fiscal” para el ejercicio fiscal del año 2022, como si fuese un regalo para los estudiosos del Derecho Fiscal en este fin de semana “largo”, dentro del contexto del “viernes negro” mexicano, cuál festividad consumista, intentando incrementar el movimiento comercial en una etapa pandémica “verde”, que esperemos por esta distensión social, no se incrementen los contagios del Covid-19 en la población mexicana.
En el mercado se pueden anunciar ofertas bajo una publicidad engañosa, algo similar puede suceder en el aspecto impositivo, específicamente en el nuevo régimen fiscal denominado “Régimen Simplificado de Confianza”, que se ha venido anunciando como una panacea para comerciantes y profesionistas, bajo el esquema de ya no tener que contratar a un profesionista que asista a este tipo de contribuyentes para el cumplimiento de sus obligaciones ante el fisco federal, situación totalmente fuera de lugar.
Si, efectivamente el esquema previsto en materia del Impuesto Sobre la Renta (ISR) es muy atractivo, al manejar tasas impositivas que van del 1% al 2.5% mensual aplicables al ingreso sin deducción alguna, sobre montos que van de 25 mil pesos hasta 3 millones 500 mil pesos mensuales, verdaderamente es una ganga, tal oferta de un “buen fin” mexicano; la parte oculta, lo que no se dice ni se anuncia, es que muchas actividades que generan los ingresos sobre los cuales se paga el ISR están sujetas al pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y en ese sentido nada cambia.
Un comerciante o un profesionista por sus ingresos debe cobrar al consumidor final o a quien enajene los bienes o preste los servicios que ofrezca, el IVA y enterarlo al fisco federal cada mes; a su vez, cuando adquiera los productos que enajena o los insumos para prestar el servicio, paga a su vez un IVA que para poder acreditarlo y poder disminuirlo del que a su vez cobra a sus clientes, debe cumplir con una serie de requisitos como cualquier otro contribuyente, es aquí donde estriba el “engaño”, en pretender que pierda el IVA que paga y deba enterar el que cobra en su integridad a la hacienda pública.
Ordinariamente en México no existe una cultura de pago total del impuesto indirecto IVA al Estado, el contribuyente elude de manera regular su obligación de entero, lo cobra y se lo queda en su patrimonio, conducta que se configura como delito de defraudación fiscal, frente a un sistema omiso en aplicar la disposición punitiva desde siempre.
A partir del 1 de enero del año 2022 el “Régimen Simplificado de Confianza” o RESICO como se conocerá en el argot, iniciará su vigencia, esquema que pasará a formar parte de “grandes estrategias fiscales” para erosionar a la hacienda pública en la recaudación; una “oferta del buen fin” que nace bajo una publicidad engañosa, donde desde esta orilla puedo visualizar a los médicos como los grandes beneficiarios de este régimen, ya que la prestación de sus servicios no están sujetos al IVA, se encuentran exentos, para ellos pagar el ISR bajo este esquema será realmente una “oferta del buen fin”. @lvarezbanderas