Opinión/Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes
Saltillo, Coahuila; a 25 de mayo 2021
Mercado de tierras ejidales. Reparto justo de beneficios.
Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes*
Con la reforma neoliberal de 1992 al Artículo 27 Constitucional, que además de crear dos Instituciones para la atención de los sujetos agrarios, que da vida a los 32 mil 206 núcleos agrarios del país, esto es la Procuraduría Agraria y los Tribunales Agrarios; se certificó casi las cien millones de hectáreas, esto es el 51% del territorio nacional que conforma la propiedad social, es decir la propiedad de ejidos y comunidades.
Esto último ha permitido tener claridad y certeza jurídica de sus derechos individúales y colectivos sobre sus propiedades a los más de 5.6 millones de ejidatarios y comuneros que existen el país que, teóricamente, les brindaría la posibilidad de ser sujetos, no solo de programas gubernamentales sino de préstamos privados y posibilidades de asociación con otros agentes del mercado. Cuestión que ha ocurrido en un bajo porcentaje.
Lo que sí ha ocurrido es que se ha revalorado la propiedad social al tenerla perfectamente identificada con respecto a sus poseedores, pero se ha generado un mercado de tierras de propiedad social imperfecto. Quizá no haya mercado perfecto, porque como dicen, mercado es comercio y comercio, a veces, es comerse a los demás.
Ahora bien, la reforma al Artículo 27 está puesta en el mercado de las tierras de propiedad social para muy distintos usos y fines, junto con un “liberalismo legal”, están permitiendo la reconcentración de las mejores tierras en manos de unos cuantos, recientemente la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores González, nos dio las devastadoras cifras de las tierras de propiedad social concesionadas a las mineras, principalmente extranjeras.
Existen otras voces también, una de ellas principal, como la del Presidente de la República, Licenciado Andrés Manuel López Obrador, que han alertado sobre la ignorancia, inclusive, de los sujetos agrarios respecto de la concesión de sus propias tierras para el uso, ocupación y aprovechamiento económico de otros.
Así mismo el Procurador Agrario, Licenciado Luis Rafael Hernández Palacios Mirón ha articulado las ideas de su gestión al frente de la Procuraduría Agraria, sobre el tránsito del aprovechamiento sustentable por parte de los titulares de la propiedad social en los núcleos agrarios a partir del aprovechamiento por si y/o asociados con capitales privados, considerando que todos los núcleos agrarios tienen al menos un recurso natural aprovechable o paisajístico. Vale aquí realizar un ejercicio sobre la riqueza territorial de cada uno de los núcleos agrarios del país y darle su valor real a la tierra en sí misma como a sus activos naturales, de modo tal que, si hay que asociarse, rentar, o enajenar la propiedad sea en condiciones que garanticen un reparto justo de beneficios para quienes intervengan, tanto privados como sujetos agrarios. De otra manera corremos el riesgo de tener pan para hoy y hambre para mañana.
Si bien los mercados son imperfectos, se puede generar una economía circular, analógicamente al modelo de producción y gestión de recursos, que sitúe a las personas, a la sociedad en su conjunto, pensando más en el largo plazo con bienestar, que en el corto plazo con un efímero bienestar. Debemos entonces pensar esquemas legales y económicos que nos permitan un equilibrio entre la defensa del territorio, las garantías sociales de sus pobladores y el aprovechamiento sustentable. Pues como lo ha dicho el Presidente López Obrador, todos los mexicanos en el campo y en la ciudad debemos tener la oportunidad de ascender en la escala social. A todos conviene pues “perfeccionar” el mercado de tierras de propiedad social y lograr un reparto justo de beneficios cuidando también el territorio desde el punto de vista ambiental.
*El autor es Licenciado en Derecho, Maestro en Desarrollo Rural y Maestro en Derecho
Ambiental y de la Sostenibilidad. Diplomado en Unión Europea. [email protected]