Opinión/Gerardo Andrés Herrera Pérez
Memorial
Gerardo A. Herrera Pérez
El cuidado y protección de las niñas, niños y adolescentes es de interés público; instrumentos jurídicos internacionales, regional, nacional, estatal y municipal, planean atender la dignidad humana de dicho grupo social para asegurar sus derechos y libertades, pese a ello, nos encontramos que la vida, en algunos casos les fue arrebatada, situación que pone de manifiesto que como sociedad debemos seguir avanzando en los principios de la cohesión social, para evitar que situación opresivas devasten sus pequeños cuerpos.
Hace algunos semanas se fue madurando el establecer el Memorial para niñas, víctimas de la situación que se vive en tiempos de la posmodernidad sobre sus cuerpos no solo de violencia, sino también de arrebatar esa vida que muere; fue un proyecto del Consejo de la Ciudad de Morelia, que acompañado de otros actores institucionales como el Consejo estatal para prevenir y eliminar la discriminación y la violencia y la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, cruzan las líneas de trabajo y reflexión sobre jóvenes que se forman para impulsar un mundo con mayor igualdad y justicia social, una sociedad que demanda que la población acceda al primer principio que debe dar la autoridad el cuidado de la vida y una institución que promueve sensibilizar a la población para evitar la violencia en la familia.
El “Memorial a nuestras niñas”, expresa que “En la memoria de todas las personas deben permanecer estas historias de vida, que fueron truncadas por las atrocidades de una sociedad machista, discriminadora, violenta, que sigue encontrando en los cuerpos de las niñas, adolescentes y mujeres el territorio idóneo para ejercer un poder basado en las violencias y el abuso. Como comunidad estudiantil asumimos el compromiso de luchar contra todo tipo de violencias, a ejercer el derecho de manera ética y humana, contribuir a una cultura de la paz y generar las condiciones para que estos hechos no se repitan jamás. Cada plantita representa una vida y es nuestro compromiso social y humanista cuidarlas y protegerlas, para con ellos mantenerlas siempre vivas. Ni una menos”
El Memorial a nuestras niñas, fue instalado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, de la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo, en un trabajo colaborativo de la idea creativa del Consejo de la Ciudad de Morelia y el Coepredv impulsando el sensibilizar a la población para evitar mecanismos de opresión que van desde la invisibilidad, pasando por el prejuicio, el estigma, la violencia, la exclusión, la discriminación y hasta llegar a la muerte; el Memorial nos da una sola lectura, hay que cuidar lo más frágil, la vida, por eso cada una de las macetas y sus plantas, representa la vida de una pequeña que hay que cuidarla; porque la vida es lo más preciado e importante en esta tierra.
El Memorial a nuestras niñas, debe de replicarse en cada una de los municipios que ha tenido pérdidas de niñas, niños o adolescentes por violencia, los memoriales nos deben de recordar la fragilidad de la niñez y la importancia de cuidarles para hacerlos y formarlos como ciudadanos que respetan los valores humanos y los principios de respeto a los derechos humanos, igualdad y no discriminación, perspectiva de género, interculturalidad, cultural de la paz, unicidad y simbiosofía con la madre naturaleza y el planeta Tierra.
Los derechos de la infancia se regulan por la Convención de los Derechos del Niño, y reconoce que los niños son individuos con derecho de pleno desarrollo físico, mental y social, y con derecho a expresar libremente sus opiniones. Además, la Convención es también un modelo para la vida, la salud, la supervivencia y el progreso de toda la sociedad humana. El conjunto de instrumentos jurídicos nos hace pensar en lo que como sociedad dejamos de hacer cada ocasión que es quebrantada la vida de la niñez.La convocatoria a todos y todas es directa, cuidemos a nuestros hijos, cuidemos el patrimonio de la madre Naturaleza, del planeta Tierra, de la sociedad; cuidemos de su vida, fomentemos en la niñez los valores y principios, pero además una ética que le enseñe a respetar y a comprometerse con una mundo que requiere ser sostenible.