Opinión/Gerardo A. Herrera Pérez
Día internacional de las enfermeras y enfermeros.
Gerardo A. Herrera Pérez.
En este día, como todos los días de la semana y el año, es importante reconocer a todos los perfiles que dan viabilidad y sostenibilidad a los seres vivos; es importante revisar desde la genealogía las distintas formas en que ha participado la mujer en actividades de salud y protección del cuerpo.
Recordemos que las sanadoras fueron arteramente asesinadas en la Edad Media, solamente por hacer medicinas y curar el cuerpo, sabiduría que habrían alcanzado de sus antepasados, pero que la iglesia juzgo como un acto de lujuria que atentaba a los siete pecados capitales, situación que las mando a la hoguera, murieron miles de mujeres. Hoy esas mujeres que tenían dicha sabiduría no son quienes soportan las dinámicas sociales y profesionales desde el mando, es decir, desde la administración de la salud pública, son hombres, los médicos.
Hoy las enfermeras en zonas precarias y con grupos de vulnerabilidad juegan un papel preponderante en materia de salud pública; también lo hacen las madres de familia quienes se encargan de los cuidados de los menores y los adultos mayores; otras mujeres que también hacen trabajo de salud, son las parteras, extraordinarias mujeres que en ocasiones han visto nacer a todos los integrantes de una familia o una comunidad.
Es decir, hoy las enfermeras o los enfermeros, juegan un papel fundamental en la atención de la salud pública, en la crisis de salud que vivimos con el Coronavirus, el Covid-19; no obstante, es importante mencionar que, pese a que se les reconozca como “los ángeles” y se les entreguen premios sociales y al mérito (en el marco de la pandemia), pareciera ser que no compensa dichos reconocimientos, con sus contribuciones al desarrollo del derecho a la salud de la población, pese a que desde la ONU se expresa que la pandemia ha puesto de manifiesto el papel central que desempeña el personal de enfermería para salvar vida, por ello, la importancia de valorar la enfermería por salvar vidas.
Las y los enfermeros deben de contar con percepciones que compensen el trabajo de alto riesgo que realizan en los hospitales; deben de fortalecer su conocimiento para una mejor atención y deben de contar con el material y equipo necesario para evitar contagios y riesgos de trabajo.
Tengo la oportunidad de conocer y convivir académicamente con enfermeras y enfermeros de diferentes organismos, desde la Federación de Colegios de Enfermeras de la República Mexicana, así como delos Colegios estales, y las sedes locales de dichos organismos intermunicipales.
Nuestro reconocimiento a todo el gremio de la enfermería y en especial a sus autoridades que están trabajando para una mejor respuesta a sus condiciones laborales y salariales, destaco a la doctora María Teresa Maldonado Guiza, Martha Patricia Ochoa López, Amalia Ávila Silva; desde Uruapan a Noemí Martínez, Socorro Tungui Olivo, Roxana Franco, Olivia Anguiano, así como un fraterno amigo de ellas Pedro Armando Castañeda Cantú, Anita Sánchez Castro, Zoraida Flores de Huaniqueo, y muchas más que se desempeñan en un trabajo permanente de respeto a la población, aquí en Michoacán y en todo México.