Opinión/Gerardo A. Herrera Pérez
Sensocentrismo, antropocentrismo o ecocentrismo
Gerardo A. Herrera Pérez
En mi vida he visto a cientos de familias, amigos, vecinos y personas en el ir y venir con sus mascotas: perros, gatos, pericos, lirón, monos, ardillas, ratas, etc.; se acompañan de ellos, o bien, los traen sueltos, con correa, con correa de castigo, en los brazos, en el hombro, en la cabeza, es decir, con ellos, o bien cercanos a ellos.
En días pasados, estuve en el Parque Urbano Ecológico de Uruapan en la FAAL, invitado por la diputada Brenda Fraga, ahí por mas de seis horas conviví con humanos y estuve cercano a ver las aves en su estado libre, los perros cercanos a sus dueñas, fue el caso de Gemma, las vacas en pastoreo, los pájaros, pero en general, también ahí estaban los peces, y otros animales que seguramente como el pulgón, forma parte de estos espacios y miles, miles de formas vivas.
Desde la aprobación de la constitución de la Ciudad de México, se determino darle el sentido de sintientes a los animales, en su articulo 13 se expresa en sus numerales 1. Esta Constitución reconoce a los animales como seres sintientes y, por lo tanto, deben recibir trato digno. En la Ciudad de México toda persona tiene un deber ético y obligación jurídica de respetar la vida y la integridad de los animales; éstos, por su naturaleza son sujetos de consideración moral. Su tutela es de responsabilidad común. 2. Las autoridades de la Ciudad garantizarán la protección, bienestar, así como el trato digno y respetuoso a los animales y fomentarán una cultura de cuidado y tutela responsable. Asimismo, realizarán acciones para la atención de animales en abandono.
Es decir, los animales deben de recibir un trato respetuoso, de cuidado y tutela responsable, por ello, la ética nos permite identificar en nuestra toma de decisiones hacer que la parte de nuestra libertad y autonomía, pero además de dignidad no se abuse y violenten a éstos.
En la ética, el antropocentrismo, ligado al humanismo del siglo XVI, nos plantea una cosmovisión donde los intereses de los humanos deben recibir una atención privilegiada, incluso por encima de cualquier otra cosa (situación que hoy vemos con la Madre Naturaleza, a la que se le utiliza de manera indiscriminada, sin límites) ya sea planta, animal, o los elementos de la naturaleza: agua, aire, luz, tierra; este posicionamiento es gracias a que los humanos con los únicos con capacidades para actuar moralmente, es decir, norman su conducta en beneficio de los demás, y es en este marco, que aquel que no sea capaz de normar su conducta pierde sus beneficios de pertenecer a un grupo determinado por las normas morales, así, de manera histórica como señala Michel Foucault, existen los mecanismos de control para someter y disciplinar a los cuerpos en el deber ser, que es subjetivación. por esas razones el antropecentrismo moral considera que sólo los individuos capaces de comportarse moralmente deben ser considerados moralmente, así a pesar de que existan seres capaces de sentir dolor (como los asesinos seriales), no existiría obligación moral frente a ellos, en tanto que carecen de facultades para normar su conducta, en beneficio del grupo.
El sensocentrismo valora intereses al igual que antropocentrismo, pero se diferencia porque valora el grupo preferencial que son los humanos, por lo que discrimina, excluye a los animales y otras especies a las que se les denomina discriminación especista.
La ética endocéntrica es un planteamiento ético o de cosmovisión que plantea que todo ser con capacidad para sentir, es decir, un ser sintiente, por derecho propio, merece consideración moral y respeto.
Solo los seres con sistema nervioso pueden llegar a sentir (dolor, incluso emociones de alegría), y es que la capacidad de sentir abre paso a la consciencia permitiendo experimenta sensaciones, emociones o sentimientos, y de esta manera tener intereses ya necesidades y deseos. Solo las esponjas que son animales no presentan consciencia al no poseer tejidos nerviosos.
El sensocentrismo supone entonces una extensión de consideración moral hacia todos los seres sintientes. Sólo los seres sintientes presentan intereses, entonces el sensocentrismo implica valorar los intereses de un ser sintiente de manera igualitaria respecto a los intereses de los demás individuos sintientes (Diccionario sensagent, internet).
"El sensocentrismo (centrado en la sintiencia; ver "SENTIENTISM") ético ambiental sostiene que las criaturas sensibles -aquellos que pueden sentir y percibir- son moralmente importantes por derecho propio. […] Este tipo de ética protege los árboles y los ecosistemas, por ejemplo, no por su propio bien, sino porque proporcionan un hábitat para las criaturas sintientes. El sensocentrismo rompe los límites de la moral tradicional del club de seres humanos y puede tener implicaciones radicales para la ganadería, la experimentación con animales y la caza. Sin embargo, desde una perspectiva de una ética ambiental más amplia, el sensocentrismo no es más que una pequeña modificación de la ética tradicional. Se extiende la preocupación moral más allá de los seres humanos, sólo a nuestros primos más cercanos, los animales sensibles, y niega la preocupación moral directa a 99% de los seres vivos en el planeta, así como a las especies y a los ecosistemas. (diccionario Sensagent)
Realmente, lo importante es practicar la espiritualidad o el respeto a los seres vivos, es decir, en horizontalidad y en atención a la otredad, que no necesariamente puede ser un humano, sino un ser vivo, planta, animal. El ejercer el sensocentrismo nos permite en todo caso reconocer la existencia del otro, y en ese sentido al tener un sistema nervioso y poder sentir emociones o dolor, es importante no violentar.
Finalmente el ecocentrismos nos permite precisar que al reconocer que somos seres vivos, porque todos los animales, plantas y humanos tenemos un sistema de autopoiesis molecular, nos hace que en horizontalidad, todos nos veamos como iguales, desechando el antropocentrismo y el sensocentrismo para centrar la vida, es decir, el ecocentrismo.
Sensocentrismo, antropocentrismo o ecocentrismo
Gerardo A. Herrera Pérez
En mi vida he visto a cientos de familias, amigos, vecinos y personas en el ir y venir con sus mascotas: perros, gatos, pericos, lirón, monos, ardillas, ratas, etc.; se acompañan de ellos, o bien, los traen sueltos, con correa, con correa de castigo, en los brazos, en el hombro, en la cabeza, es decir, con ellos, o bien cercanos a ellos.
En días pasados, estuve en el Parque Urbano Ecológico de Uruapan en la FAAL, invitado por la diputada Brenda Fraga, ahí por mas de seis horas conviví con humanos y estuve cercano a ver las aves en su estado libre, los perros cercanos a sus dueñas, fue el caso de Gemma, las vacas en pastoreo, los pájaros, pero en general, también ahí estaban los peces, y otros animales que seguramente como el pulgón, forma parte de estos espacios y miles, miles de formas vivas.
Desde la aprobación de la constitución de la Ciudad de México, se determino darle el sentido de sintientes a los animales, en su articulo 13 se expresa en sus numerales 1. Esta Constitución reconoce a los animales como seres sintientes y, por lo tanto, deben recibir trato digno. En la Ciudad de México toda persona tiene un deber ético y obligación jurídica de respetar la vida y la integridad de los animales; éstos, por su naturaleza son sujetos de consideración moral. Su tutela es de responsabilidad común. 2. Las autoridades de la Ciudad garantizarán la protección, bienestar, así como el trato digno y respetuoso a los animales y fomentarán una cultura de cuidado y tutela responsable. Asimismo, realizarán acciones para la atención de animales en abandono.
Es decir, los animales deben de recibir un trato respetuoso, de cuidado y tutela responsable, por ello, la ética nos permite identificar en nuestra toma de decisiones hacer que la parte de nuestra libertad y autonomía, pero además de dignidad no se abuse y violenten a éstos.
En la ética, el antropocentrismo, ligado al humanismo del siglo XVI, nos plantea una cosmovisión donde los intereses de los humanos deben recibir una atención privilegiada, incluso por encima de cualquier otra cosa (situación que hoy vemos con la Madre Naturaleza, a la que se le utiliza de manera indiscriminada, sin límites) ya sea planta, animal, o los elementos de la naturaleza: agua, aire, luz, tierra; este posicionamiento es gracias a que los humanos con los únicos con capacidades para actuar moralmente, es decir, norman su conducta en beneficio de los demás, y es en este marco, que aquel que no sea capaz de normar su conducta pierde sus beneficios de pertenecer a un grupo determinado por las normas morales, así, de manera histórica como señala Michel Foucault, existen los mecanismos de control para someter y disciplinar a los cuerpos en el deber ser, que es subjetivación. por esas razones el antropecentrismo moral considera que sólo los individuos capaces de comportarse moralmente deben ser considerados moralmente, así a pesar de que existan seres capaces de sentir dolor (como los asesinos seriales), no existiría obligación moral frente a ellos, en tanto que carecen de facultades para normar su conducta, en beneficio del grupo.
El sensocentrismo valora intereses al igual que antropocentrismo, pero se diferencia porque valora el grupo preferencial que son los humanos, por lo que discrimina, excluye a los animales y otras especies a las que se les denomina discriminación especista.
La ética endocéntrica es un planteamiento ético o de cosmovisión que plantea que todo ser con capacidad para sentir, es decir, un ser sintiente, por derecho propio, merece consideración moral y respeto.
Solo los seres con sistema nervioso pueden llegar a sentir (dolor, incluso emociones de alegría), y es que la capacidad de sentir abre paso a la consciencia permitiendo experimenta sensaciones, emociones o sentimientos, y de esta manera tener intereses ya necesidades y deseos. Solo las esponjas que son animales no presentan consciencia al no poseer tejidos nerviosos.
El sensocentrismo supone entonces una extensión de consideración moral hacia todos los seres sintientes. Sólo los seres sintientes presentan intereses, entonces el sensocentrismo implica valorar los intereses de un ser sintiente de manera igualitaria respecto a los intereses de los demás individuos sintientes (Diccionario sensagent, internet).
"El sensocentrismo (centrado en la sintiencia; ver "SENTIENTISM") ético ambiental sostiene que las criaturas sensibles -aquellos que pueden sentir y percibir- son moralmente importantes por derecho propio. […] Este tipo de ética protege los árboles y los ecosistemas, por ejemplo, no por su propio bien, sino porque proporcionan un hábitat para las criaturas sintientes. El sensocentrismo rompe los límites de la moral tradicional del club de seres humanos y puede tener implicaciones radicales para la ganadería, la experimentación con animales y la caza. Sin embargo, desde una perspectiva de una ética ambiental más amplia, el sensocentrismo no es más que una pequeña modificación de la ética tradicional. Se extiende la preocupación moral más allá de los seres humanos, sólo a nuestros primos más cercanos, los animales sensibles, y niega la preocupación moral directa a 99% de los seres vivos en el planeta, así como a las especies y a los ecosistemas. (diccionario Sensagent)
Realmente, lo importante es practicar la espiritualidad o el respeto a los seres vivos, es decir, en horizontalidad y en atención a la otredad, que no necesariamente puede ser un humano, sino un ser vivo, planta, animal. El ejercer el sensocentrismo nos permite en todo caso reconocer la existencia del otro, y en ese sentido al tener un sistema nervioso y poder sentir emociones o dolor, es importante no violentar.
Finalmente el ecocentrismos nos permite precisar que al reconocer que somos seres vivos, porque todos los animales, plantas y humanos tenemos un sistema de autopoiesis molecular, nos hace que en horizontalidad, todos nos veamos como iguales, desechando el antropocentrismo y el sensocentrismo para centrar la vida, es decir, el ecocentrismo.Sensocentrismo, antropocentrismo o ecocentrismo
Gerardo A. Herrera Pérez
En mi vida he visto a cientos de familias, amigos, vecinos y personas en el ir y venir con sus mascotas: perros, gatos, pericos, lirón, monos, ardillas, ratas, etc.; se acompañan de ellos, o bien, los traen sueltos, con correa, con correa de castigo, en los brazos, en el hombro, en la cabeza, es decir, con ellos, o bien cercanos a ellos.
En días pasados, estuve en el Parque Urbano Ecológico de Uruapan en la FAAL, invitado por la diputada Brenda Fraga, ahí por mas de seis horas conviví con humanos y estuve cercano a ver las aves en su estado libre, los perros cercanos a sus dueñas, fue el caso de Gemma, las vacas en pastoreo, los pájaros, pero en general, también ahí estaban los peces, y otros animales que seguramente como el pulgón, forma parte de estos espacios y miles, miles de formas vivas.
Desde la aprobación de la constitución de la Ciudad de México, se determino darle el sentido de sintientes a los animales, en su articulo 13 se expresa en sus numerales 1. Esta Constitución reconoce a los animales como seres sintientes y, por lo tanto, deben recibir trato digno. En la Ciudad de México toda persona tiene un deber ético y obligación jurídica de respetar la vida y la integridad de los animales; éstos, por su naturaleza son sujetos de consideración moral. Su tutela es de responsabilidad común. 2. Las autoridades de la Ciudad garantizarán la protección, bienestar, así como el trato digno y respetuoso a los animales y fomentarán una cultura de cuidado y tutela responsable. Asimismo, realizarán acciones para la atención de animales en abandono.
Es decir, los animales deben de recibir un trato respetuoso, de cuidado y tutela responsable, por ello, la ética nos permite identificar en nuestra toma de decisiones hacer que la parte de nuestra libertad y autonomía, pero además de dignidad no se abuse y violenten a éstos.
En la ética, el antropocentrismo, ligado al humanismo del siglo XVI, nos plantea una cosmovisión donde los intereses de los humanos deben recibir una atención privilegiada, incluso por encima de cualquier otra cosa (situación que hoy vemos con la Madre Naturaleza, a la que se le utiliza de manera indiscriminada, sin límites) ya sea planta, animal, o los elementos de la naturaleza: agua, aire, luz, tierra; este posicionamiento es gracias a que los humanos con los únicos con capacidades para actuar moralmente, es decir, norman su conducta en beneficio de los demás, y es en este marco, que aquel que no sea capaz de normar su conducta pierde sus beneficios de pertenecer a un grupo determinado por las normas morales, así, de manera histórica como señala Michel Foucault, existen los mecanismos de control para someter y disciplinar a los cuerpos en el deber ser, que es subjetivación. por esas razones el antropecentrismo moral considera que sólo los individuos capaces de comportarse moralmente deben ser considerados moralmente, así a pesar de que existan seres capaces de sentir dolor (como los asesinos seriales), no existiría obligación moral frente a ellos, en tanto que carecen de facultades para normar su conducta, en beneficio del grupo.
El sensocentrismo valora intereses al igual que antropocentrismo, pero se diferencia porque valora el grupo preferencial que son los humanos, por lo que discrimina, excluye a los animales y otras especies a las que se les denomina discriminación especista.
La ética endocéntrica es un planteamiento ético o de cosmovisión que plantea que todo ser con capacidad para sentir, es decir, un ser sintiente, por derecho propio, merece consideración moral y respeto.
Solo los seres con sistema nervioso pueden llegar a sentir (dolor, incluso emociones de alegría), y es que la capacidad de sentir abre paso a la consciencia permitiendo experimenta sensaciones, emociones o sentimientos, y de esta manera tener intereses ya necesidades y deseos. Solo las esponjas que son animales no presentan consciencia al no poseer tejidos nerviosos.
El sensocentrismo supone entonces una extensión de consideración moral hacia todos los seres sintientes. Sólo los seres sintientes presentan intereses, entonces el sensocentrismo implica valorar los intereses de un ser sintiente de manera igualitaria respecto a los intereses de los demás individuos sintientes (Diccionario sensagent, internet).
"El sensocentrismo (centrado en la sintiencia; ver "SENTIENTISM") ético ambiental sostiene que las criaturas sensibles -aquellos que pueden sentir y percibir- son moralmente importantes por derecho propio. […] Este tipo de ética protege los árboles y los ecosistemas, por ejemplo, no por su propio bien, sino porque proporcionan un hábitat para las criaturas sintientes. El sensocentrismo rompe los límites de la moral tradicional del club de seres humanos y puede tener implicaciones radicales para la ganadería, la experimentación con animales y la caza. Sin embargo, desde una perspectiva de una ética ambiental más amplia, el sensocentrismo no es más que una pequeña modificación de la ética tradicional. Se extiende la preocupación moral más allá de los seres humanos, sólo a nuestros primos más cercanos, los animales sensibles, y niega la preocupación moral directa a 99% de los seres vivos en el planeta, así como a las especies y a los ecosistemas. (diccionario Sensagent)
Realmente, lo importante es practicar la espiritualidad o el respeto a los seres vivos, es decir, en horizontalidad y en atención a la otredad, que no necesariamente puede ser un humano, sino un ser vivo, planta, animal. El ejercer el sensocentrismo nos permite en todo caso reconocer la existencia del otro, y en ese sentido al tener un sistema nervioso y poder sentir emociones o dolor, es importante no violentar.
Finalmente el ecocentrismos nos permite precisar que al reconocer que somos seres vivos, porque todos los animales, plantas y humanos tenemos un sistema de autopoiesis molecular, nos hace que en horizontalidad, todos nos veamos como iguales, desechando el antropocentrismo y el sensocentrismo para centrar la vida, es decir, el ecocentrismo.