Opinión/Federico Berrueto
Discutible triunfo sobre Panamá
México ganó de manera discutible a Panamá. Esto en el futbol, no así en el desencuentro diplomático por la muy desafortunada decisión de proponer al historiador Pedro Salmerón como representante diplomático en tal país. La controversia que acompaña a Salmerón por reiteradas denuncias de abuso sexual sería suficiente para que la vergüenza que debe acompañarle no se traslade al país y a su diplomacia. La presunción de inocencia va a contrapelo de las no pocas víctimas que le han señalado por acoso sexual. Se trata de escoger, como sucedió con Félix Salgado Macedonio. El presidente opta por el presunto violador y el señalado abusador. A las víctimas se les invita a que busquen justicia en el país de la impunidad.
La imprudencia presidencial ha llevado a que la diplomacia mexicana viva uno de sus peores momentos. El desencuentro con Panamá es vergonzoso. Ningún jefe de Estado puede insultar o agredir a una canciller que tuvo el cuidado de la discreción para declinar la propuesta de México de hacer embajador a una persona impresentable. El presidente ha escalado el tema y ha merecido una respuesta del expresidente Balladares, quien califica de infantil la actitud del jefe de estado mexicano, se equivoca, es peor que eso.
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