Odio y contra narrativa
En diversos textos preparados por quien escribe, respecto del odiotómetro del odio y los cuatro niveles del odio, o como medir el dio es necesario generar las condiciones para evitarlos; en esta ocasión deseo compartir una visión de como avanzar frente a la xenofobia y racismo de la diferencia del otro, a través de no engancharnos con responder a las narrativas de odio, con más odio, sino generar las condiciones para evidencia la falta de conocimiento y ausencia de alteridad, así como de respeto al otro a partir de reconocer la tolerancia y el ejercicio pleno del respeto sin clasismo, racismo, sexo o género.
El discurso de odio genera violación a nuestros derechos humanos, al derecho al libre desarrollo de la personalidad, a la intimidad, a nuestras libertades, con un gran impacto social, sobre todo cuando hablamos de grupos en condición de vulnerabilidad históricamente excluidos, discriminados y violentados, como los grupos LGBTTTIQ+, personas con discapacidad, personas originarias y afromexicanas, personas en condición de calle, o bien, viviendo en adicciones, de ahí la necesidad de entender, comprender, pero también delimitar y revertir los procesos que permiten la existencia de mecanismos de opresión excluyentes y facilitar procesos de mejora en la transformación cultural para la inclusión y el respeto a la diferencias, y que, este es un punto crucial en todas mis intervenciones que realizo en centros escolares, grupos sociales, servidores públicos, centros AA, anexos, incluso, cuando por más de cinco años colaboré en un trabajo permanente con la maestra Ma de la Luz Pacheco en el Sistema Estatal Penitenciario de Michoacán, acción que me permitió conocer todos los Ceresos del Estado.
Para la atención de los discursos de odio, requerimos impulsar y generar las condiciones, nada sencillo, por cierto, toda vez que, existe una gran cantidad de población que mantiene ideologías racistas, clasistas, misóginas, machistas, así como de homofobia y xenofobia, lo que el sentido común nos precisa la importancia de deconstruir metacognitivamente procesos de aprender, desaprender y reaprender para población adulta, así como el de pensarnos, despensarnos y repensarnos en la mejora social, el bien común, la comunalidad, y no de la individualidad o el egoísmo, o bien la descalificación por no ser como el otro, el que tiene el poder de determinar quién es como él para ser su par.
Insisto, ¿cuál es la respuesta que debemos asumir aquellas personas que estamos a favor del derecho al libre desarrollo de la personalidad, a evitar las ideologías y a generar tolerancia y respeto a la otredad, frente a las expresiones o discursos de odio?, parto del sentido común, no responder de igual manera con descalificaciones, porque los discursos están sustentados en ideologías y prejuicios, estigmas y descalificación por género, sexo, clase, o bien raza.
Y es justamente esta posición la que nos permite en su conjunto hacer un análisis y determinar la preparación de información para difundir alternativas, y desde luego contranarrativas que contrarresten los alcances de dichos discursos excluyentes, todo ello, con miras de avanzar en respetar los derechos humanos, es decir, sentar las bases de una cultura de derechos humanos y libertades.
En distintas ocasiones he escuchado disertaciones de personal institucional del CONAPRED y de la CNDH respecto de las narrativas de odio, además de realizar lecturas sobre el tema, tanto teóricas como epistémicas, lo que me permitió generar las condiciones estratégicas para evitar contestar a posicionamientos faltos de veracidad, ideológicos y generadores de odio y violencia y transitar a la generación de narrativas alternas y contranarrativas de discurso de odio; es decir, en mis redes sociales difundo contenido que brinda información con una visión de perspectiva de derechos humanos, de género, de igualdad y no discriminación, de interculturalidad, de cultura de paz, pero también de sostenibilidad, en su conjunto nos plantea una visión holística de atención a los grupos que recurrentemente se dirigen las expresiones y los discursos de odio, por no ser o parecer como el hombre o la mujer occidentalizada.
Mire usted, cada vez que observamos en las redes sociales mensajes o contenido de odio, nuestra posición nos debe de acompañar para generar contra narrativas o narrativas alternas que combatan el discurso de odio que desacredita y violenta, y que evita la inclusión, toleración y respeto. Requerimos de promover los valores de la paz y convivencia social, los derechos humanos y libertades para potenciar la dignidad humana e impulsar el respeto a la diferencia, a la libertad, la igualdad, pero sobre todo acceso a la justicia social.