El Observatorio Político/Leovigildo González
20 de junio de 2017
,
17:36
El problema en la Comisión de Víctimas
Selene Vázquez Alatorre, presidenta de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), ha provocado una grave crisis al interior de la institución la cual representa, este lunes otro de los comisionados, Abraham Montes Magaña, renunció aparentemente por fuertes diferencias con la ex diputada local.
De igual forma, ha tenido desencuentros con otro de los comisionados, Salvador Ceja, quien apoya en el aspecto legal de las víctimas por tener un perfil en Derecho Penal y Derechos Humanos, sin embargo, para Vázquez Alatorre es un ‘flojo’ que asume compromisos que no le corresponden, a decir de ella.
A unos meses de que termine el periodo como presidenta de la CEEAV, todo parece indicar que quiere reelegirse, sin embargo, ya no cuenta con el apoyo de la bancada perredista que en agosto del 2015 la impulsó para formar parte de la reciente dependencia, su hermana Talía, formaba parte de la Comisión de Derechos Humanos y Justicia de la pasada legislatura.
Los problemas entre comisionados han sobrepasado de las oficinas, ahora parece una pelea en medios de comunicación, pero justo eso ha dejado entrever una serie de irregularidades al interior.
El lunes pasado, vecinos de La Chuta del municipio de Lázaro Cárdenas, cansados porque su denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) no ha dado resultados a pesar de que se hizo desde diciembre de 2016, acudieron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos y ahí exhibieron que Selene Vázquez ha sido omisa a pesar de que tuvo conocimiento de que dos delegados en ese municipio presuntamente los extorsionaron por 43 mil pesos.
Los delegados de la CEEAV, en un audio que se difundió a través de Quadratín, exhiben como los afectados exigen su dinero a uno de los empleados de la institución, quien responde incluso que ya no tiene el dinero y que lo entregó a alguien más.
Peor aún, acusan que Vázquez tuvo conocimiento de todo el caso y ha sido omisa ante lo que es una aparente extorsión, pero además fue amenazante con ellos.
Esto debe prender los ‘focos rojos’ en el Congreso del Estado, los diputados de la Comisión de Derechos Humanos y Justicia, deben de hacer una investigación al interior y remover a quienes no funcionen, pero sobre todo a quienes además de no prestar atención a las víctimas se aprovechen de ellas.
Es lamentable que luego de ser víctimas, busquen quien pueda velar por sus derechos, sean los primeros que los atropellen, este problema no debe ser por cotos de poder dentro del Legislativo, sino de buscar una solución de manera inmediata, tal vez hay muchos casos más en el interior del estado que deben conocerse.
Aplaudí la creación de la Comisión de Víctimas, en su momento creí que era necesaria y urgente, sin embargo, al conocer la forma en la que actúan algunos de los que ahí prestan servicios, sin duda, debe realizarse un análisis completo de su funcionamiento y los diputados encargados de las comisiones de las que depende también deben tomar decisiones de manera rápida.
Salvador Ceja y Abraham Montes, ¿también víctimas?
De acuerdo con personal de la institución, Selene Vázquez quería que sus comisionados, que tienen el mismo rango que ella, estuvieran en la institución todo el tiempo, uno de los que más había atendido problemas legales a las víctimas era justamente Ceja, de nada servía tenerlo detrás de un escritorio cuando los problemas están afuera, en la PGJE, en los tribunales, ahí es donde se debe acompañar a las víctimas.
Montes, que a decir de muchos al interior de la CEEAV se había mantenido al margen de problemas y las grillas, pero comprendió el rol de la institución en la sociedad, de igual forma estaba al pendiente de las delegaciones que se encuentran al interior del estado con la finalidad de una mejor atención a las víctimas.
¿Habrá un nuevo comisionado que pueda no sólo dar resultados, sino aguantar la grilla?
Deja hundimiento de tierra un muerto; aún hay trabajadores atrapados
Boletos para Canelo-Golovkin, cerca del medio millón de pesos