Observatorio Político/Leovigildo González
Es lamentable que a pesar del clima de ingobernabilidad que se respira en todo el país tras el alza de los hidrocarburos y el encarecimiento de la canasta básica, el presidente Enrique Peña Nieto no haya podido salir a tratar de explicar lo que está sucediendo, la incertidumbre abona a que haya información falsa que ahora ya no tiene control debido a que se hace a través de redes sociales.
Al menos dos gobernadores priístas han mostrado descontento con las políticas públicas de Peña Nieto, Claudia Plavlovich, de Sonora y Aristóteles Sandoval, de Jalisco (estado que tendrá la gasolina más cara del país), ambos externaron descontento y fueron los que operaron en gran medida la reunión de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) con José Antonio Meade, secretario de Hacienda y Crédito Público.
A pesar de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se ha caracterizado por justamente apegarse a la institucionalidad, en este caso respaldar al presidente del país, lo cierto es que comienzan abandonarlo, son pocas las voces que defienden tales medidas y es que en el pecado va la penitencia, pagarían tarde o temprano el costo político de acciones impopulares.
Sin embargo, esto parece no importarle al mandatario federal, lejos de abonar a buscar soluciones, parece que se encuentra en unas vacaciones, un día antes del mega gasolinazo estuvo en Sinaloa jugando golf, sin embargo en redes sociales ya se fraguaban manifestaciones en prácticamente todo el país.
Lo cierto, es que Peña ha comenzado a dejar solo a su partido, en noviembre pasado en la reunión de los consejeros nacionales del PRI, hablaba de que no se dejarán influenciar con discursos de derrota, como dicen en mi pueblo, explicación no pedida.
Hay un personaje también que no se ha tomado en cuenta, Manlio Fabio Beltrones, él fue quien operó las reformas en el Congreso de la Unión, y que tanto cacaraqueó el presidente, sin embargo lejos de premiarlo, fue relegado, para comenzar una lucha interna con Videgaray el ex secretario de Hacienda, quien impuso en el PRI a su allegado Enrique Ochoa, hombre con poca visión política para estar al frente de un partido que se encuentra en el poder y con un mandatario que tiene muy poca aceptación social.
Beltrones, fue quien operó también para que la gobernadora de Sonora ganara en las urnas, es entendible entonces que el grupo del ex presidente del PRI esté en contra de las acciones de Peña, sin embargo, hace unos días publicó que se reunió con 200 ex diputados federales priístas, lo que significa que es el mismo número de operadores que tiene en todo el país, por lo que su liderazgo al interior no es menor.
Las elecciones del 2017 están en puerta y quien crece en las encuestas es Andrés Manuel López Obrador, el líder nacional de Morena parece ir libre en medio del caos generado por políticas públicas que a dos días de iniciar, son fallidas.
Sin embargo, dudo mucho que el PRI pierda en el Estado de México, sitio que ha gobernado durante más de 90 años, ahí dejará ir todo el poderío electoral, porque perder le quitaría un bastión ante las aguas dudosas del 2018 a la presidencia donde en estos momentos sólo tiene a un posible candidato, Miguel Ángel Osorio Chong y que parece pequeño para evitar que llegue a la presidencia del país alguien con visión de izquierda, específicamente AMLO.
Poca estrategia digital.
Habrá que reconocer que el PRI ante los cambios tecnológicos ha estado a la vanguardia en el tema de activismo digital, ha logrado marcar liderazgos en twitter y Facebook, sin embargo, es poca la estrategia de contención sobre los gasolinazos, realmente no previeron una respuesta tan masiva de cibernautas para mostrar inconformidad.
Los activistas priístas también desconocen las líneas de comunicación que deberían bajar desde su partido y la presidencia del país, no existe, no hay, los golpes son directos a la imagen de Peña Nieto y parece que muy pocos están interesados en meter las manos y evitarlo, habrá que recordar que él dejará el poder en 2018, gane o pierda su partido.
Pero además es comprensible, quienes se han vuelto líderes de opinión apegada a la institucionalidad partidista pagarían platos rotos ante una sociedad sumamente molesta e incluso en muchos casos furiosa que como hemos visto está dispuesta a dejar las redes sociales y salir a las calles.
El barco parece hundirse.
Si todavía no fuera catastrófico el inicio de año, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump operó y amenazó a los empresarios para evitar que Ford se instalará en México con sus más de mil 600 millones de dólares que invertiría, lo cual de manera directa golpeó en el ya devaluado peso que este martes llegó a más de 21 pesos por dólar.
El panorama parece desalentador, pero más que unirse para golpear a más mexicanos en su economía deberíamos exigirle a nuestros representantes que urjan a revertir las políticas públicas de un Gobierno que parece dejó de escuchar a los ciudadanos, que mandó a unos cuantos a defenderlo sin embargo les ha costado muy caro.