Observador ciudadano/Enrique Bautista Villegas
OBSERVADOR CIUDADANO
CLAROSCURO, DE JAVIER MARIN
Enrique Bautista Villegas
En días recientes visité la exposición del renombrado escultor michoacano Javier Marín, que se presenta en un salón de la antigua fábrica de hilados y tejidos de San Pedro, en el barrio del mismo nombre, de Uruapan, Mich.
La que en otro momento fuera importante fuente de trabajo, aprovechaba el caudal del Rio Cupatitzio para mover las turbinas, que a su vez generaban la energía necesaria para hacer funcionar los telares dedicados a la producción de telas de algodón en rollos.
Hoy las hermosas naves de San Pedro albergan un gran salón de eventos, y una amplia sala de exposiciones para usos múltiples, en la que se presenta desde el mes de octubre la magna exposición con la obra del artista, que es originario de Uruapan.
Dentro de la basta muestra de su trabajo, que seguramente es un tributo a su tierra natal, se exhibe una composición escultórica imponente, por sus dimensiones y volumen de trabajo que seguramente conllevó su integración, e impactante, por la fuerza que irradia, denominada “En blanco. Segunda versión”. En la misma, de acuerdo al catálogo de la exposición: “Javier Marín crea esta especie de cascada de retazos humano amarrados con alambres recosidos, que son a todas luces, la consecuencia formal lógica de un artista que siente, vibra y se conmueve al son de los ritmos de su tiempo. Crea, destruye, reinterpreta y regenera, parece dictarnos el compás contemporáneo. Y así exactamente lo hace el escultor en esta trama o tejido de cuerpos que bien puede leerse como una solemne remembranza de todo genocidio…. “
Debo señalar que antes de leer el texto mencionado, haciendo uso de mi imaginación como espectador, el arreglo referido evocó a mi memoria: imágenes como las del Holocausto, Hiroshima o Nagasaki, en la Segunda Guerra Mundial, o la Guerra Civil que vive Siria, pero también me hizo pensar en el baño de sangre que vive México después de 35 años de neoliberalismo salvaje, que ha traído consigo desigualdad, pobreza extrema, marginación, corrupción, violencia y crimen, trastocando a millones de mexicanos.
Recomiendo ampliamente a los aficionados a este género de manifestaciones artísticas, sobre todo a los michoacanos, que visiten esta celebre exposición, y como el que esto escribe, imaginen el significado que las obras de Javier Marín puede evocar en cada uno.