Observador Ciudadano/Enrique Bautista Villegas
En días recientes el Rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Dr. Medardo Serna, ha solicitado reiteradamente a la autoridades federales y estatales que apoyen a la institución ante la delicada crisis financiera por la que atraviesa, para estar en condiciones de enfrentar el déficit presupuestal de más de $850 millones de pesos y concluir el ejercicio anual de 2017.
Debe recordarse que el problema que sufre la máxima casa de estudios del Estado de Michoacán no es nuevo ni exclusivo de esta entidad. También se experimenta en las universidades estatales de Morelos, Nayarit, Oaxaca y Zacatecas, cuyos rectores de manera conjunta solicitaron la semana anterior al gobierno de la República una ampliación presupuestal de 4 mil millones de pesos para estar en condiciones de cubrir su gasto corriente programado para lo que resta del año; incluidos desde luego los salarios (ver: http://www.eluniversal.com.mx/estados/universidades-publicas-quiebran-en-5-estados).
En el caso de la universidad michoacana, por lo menos, el déficit presupuestal que se ha manifestado al final de cada ejercicio se arrastra desde hace más de dos décadas, aunque en esta ocasión es menos al de años previos, la tendencia del tamaño del mismo se ha incrementado a través del tiempo debido a múltiples factores tales como, el incremento inflacionario y el insuficiente crecimiento del presupuesto asignado por los gobiernos federal y estatal respecto a la propia inflación.
Así mismo ha contribuido al creciente déficit presupuestal el crecimiento de las necesidades económicas de la universidad derivadas de: una cada vez mayor matrícula estudiantil en todos los niveles (educación media superior, educación superior y posgrado), la apertura de nuevas instalaciones y diversos campus universitarios en Ciudad Hidalgo, Lázaro Cárdenas, Uruapan, Zamora, y de nuevas carreras, para atender la creciente demanda de jóvenes para acceder a la educación superior; el incremento en los montos para cubrir las pensiones y jubilaciones (18% aproximadamente del presupuesto ejercido cada año), las prestaciones otorgadas a los trabajadores a través de sus contratos colectivos, y los vicios naturales, aunque no justificables, que pudieran existir en diferentes ámbitos .
Sin embargo, no se puede ignorar al hacer un análisis sobre este tema, el carácter regional a nivel nacional, más que estatal, de la universidad michoacana, que recibe estudiantes de buena parte de las entidades del país, y aun de otros países latinoamericanos, y el ser una de las de mayor matrícula entre las universidades estatales. Actualmente cuenta con cerca de 55,000 estudiantes, de los que el 16 % provienen de otros estados y del extranjero.
Tampoco se puede dejar de lado el reconocimiento a la vocación social que históricamente la ha caracterizado, y que se manifiesta por la constante de recibir anualmente millares de estudiantes de bajos recursos, mismos que son albergados en las casas del estudiante.
Casi cada año la universidad padece como producto de esa tradición una fuerte presión de jóvenes rechazados que paralizan las actividades docentes en demanda de que la casa de estudios abra más espacios para estudiantes de nuevo ingreso.
A manera de ejemplo sobre su aportación al desarrollo nacional vale la pena recordar que ha sido la cuna de grandes hombres a lo largo de la historia del país, y que después de la UNAM la Facultad de Medicina de la michoacana es la que más médicos ha aportado al sector salud nacional.
En abono a la demanda de la universidad nicolaita para lograr un mayor presupuesto debe señalarse que es una de las universidades estatales, públicas y privadas, con mayor calificación de parte de los organismos evaluadores nacionales y extranjeros por la calidad de su enseñanza; en el Ranking Web de Universidades, México, se ubica en el lugar número 10 de las 500 mejores Instituciones de Educación Superior mexicanas públicas y privadas; en el Latin American University 2014 tenía el lugar 28 como una de las mejores IES mexicanas, y en el International Colleges & Universities del mismo año ocupaba el lugar 20 de las 355 mejores IES mexicanas públicas y privadas.
La mayor parte de su escuelas y facultades han sido certificadas por su calidad ante el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior, Ceneval, que atienden a más del 90 de la matrícula de licenciatura; el 58 % de sus profesores de tiempo completo cuentan con doctorado, y el 35% de ellos está adscrito al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, SNI.
El problema que enfrenta la universidad michoacana y otras en el país, tampoco es privativo de la educación superior. La misma situación se vive en el conjunto del sistema educativo nacional y estatal. En el caso de Michoacán de muchos años atrás se arrastra un déficit presupuestal en el sector educativo, que hace crisis en los últimos meses de cada año, y que se ha venido cubriendo con transferencias de otros capítulos presupuestales, llevando a los gobiernos en turno a la necesidad de solicitar crédito para cubrir los hoyos generados, como bien lo ha señalado en sus reportes periódicos el Centro Michoacano de Evaluación, A.C. (Cemide).
La dinámica del incremento del creciente déficit presupuestal afecta cada día a más dependencias del Estado, como seguramente viene sucediendo en otras entidades. En meses recientes ha sido manifiesta la protesta de diferentes sindicatos del sector salud y de los trabajadores de los tres poderes por el retraso en el pago de salarios y prestaciones establecidas en los respectivos contratos colectivos.
El problema que enfrenta la universidad michoacana, seguramente se hará extensivo a los ámbitos de la administración estatal si el Gobierno del Estado no encuentra una salida para superar la coyuntura que representa el final del ejercicio en materia de finanzas públicas.
Sería de esperar que la nueva administración federal que habrá de iniciar su gestión en el año 2018, no evada la grave crisis financiera que enfrenta el país en su conjunto y que cada día se hace más aguda en el ámbito de las entidades federativas, y en particular en el sector educativo. Una de sus responsabilidades será encontrar una salida inteligente y transparente a la grave crisis financiera de carácter estructural que viven la mayor parte de las entidades federativas.
Por lo pronto hay que encontrar una salida a la crisis coyuntural que enfrenta la universidad michoacana.
@enriquebv