Observador ciudadano/Enrique Bautista Villegas
OBSERVADOR CIUDADANO
AMLO ANTE BANQUEROS ESTADOUNIDENSES
Enrique Bautista Villegas
Hace unos días estuvo de visita en Estados Unidos Andrés Manuel López Obrador, dirigente de Morena y virtual candidato a la Presidencia de la República por ese partido. La ocasión fue aprovechada por los directivos de los dos bancos más importantes de ese país: JP Morgan y Citibank (propietario de Banamex en nuestro país), para invitarlo a presentar ante sus respectivos consejos directivos sus propuestas de gobierno, de llegar a ganar las elecciones presidenciales de julio de 2108
A partir de los comentarios presentados por diversos analistas en medios nacionales: Héctor Aguilar Camín, en Milenio Diario, Enrique Quintana, en el Financiero, y José Yuste, en Excélsior, recojo algunas de las opiniones que, de cuerdo a los mismos, López Obrador dejó en las audiencias de los grupo señalados, y me permito hacer algunas reflexiones al respecto.
Los tres analistas referidos coinciden en que de acuerdo a la información en que basaron sus artículos, Lopez Obrador fue recibido con interés, por entender que tiene amplias posibilidades de ganar las elecciones presidenciales de 2018.
Los importantes financieros y banqueros ven con beneplácito las propuestas de AMLO para llevar a cero el deficit presupuestal a partir de una reducción al presupuesto anual de 500 mil millones de pesos, de no incrementar impuestos, y de aún así dar un fuerte impulso al desarrollo nacional vía inversión en obra pública, aunque consideran difícil lograr esa metas. Lo que probablemente no alcancen a comprender los banqueros estadounidenses es el grado de gasto excesivo y despilfarro del que es objeto actualmente el presupuesto público en los tres poderes, y los niveles de gobierno, en México, que tienen harta a la mayor parte de la población del país.
También vieron con simpatía la voluntad señalada por AMLO de emprender una verdadera lucha en contra de la corrupción de funcionarios públicos y empresarios en la ejecución del gasto presupuestal, sin embargo les preocupa que puede crear sobresaltos y volatilidad financiera, al “fracturar viejas estructuras antes de que existan unas nuevas” que enfrenten la situación sin sobresaltos mayores.
Las audiencias de los banqueros neoyorquinos expresaron desaliento y preocupación por la intención expresada por López Obrador de llevar a una consulta nacional las reformas estructurales en materia energética implementadas durante los últimos años, que han atraído grandes inversiones estadounidense para aprovechar los recursos petroleros mexicanos sobre una base de certidumbre que les ha ofrecido el gobierno actual. Lo que lo inversionistas estadounidenses olvida o pretenden olvidar es que tales reformas se sacaron en el Congreso con tirabuzón, de manera poco clara y negando a la población el derecho a opinar sobre su procedencia.
A los financieros estadounidenses también les preocupó el horizonte de incertidumbre que genera la insistencia de AMLO de echar atrás el proyecto del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, cambiándolo por un proyecto alterno, que incorporaría a la aviación comercial la base aérea de Santa Lucía. Tampoco en este tema los banqueros norteamericanos están al tanto de los reiterados cuestionamientos del morenista y de un importante grupo de técnicos mexicanos en materia de mecánica de suelos que han venido insistiendo sobre la falta de viabilidad técnica para que en parte de lo que algún día fuera el lago de Texcoco se construya un proyecto de tal magnitud.
Otro tema recurrente en las crónicas de los analistas y comentaristas que conocieron del desarrollo de las citadas reuniones fue el relativo a la convicción de AMLO en el senetido que convendría esperar a que pasen las elecciones para renegociar el Tratado de Libre Comercio, cuestión que los analistas financieros se limitaron a registrar, pero que los dejó intranquilos. Al igual que en los temas anteriores, y más allá de la volatilidad que las posiciones del virtual candidato presidencial de Morena, lo estadounidenses pasan por alto la visión, no solo de López Obrador, sino de una gran cantidad de analistas económicos y conocedores de la realidad nacional en el sentido de que resulta improcedente para el país el aceptar, sin opinar, un acuerdo comercial que incidirá sobre el marco jurídico de las relaciones comerciales con Norteamérica durante varias décadas, negociado por un gobierno que se encuentra en los albores de su gestión, y que además ha perdido de manera contundente la confianza de la inmensa mayoría de los mexicanos.
Cabe señalar que Enrique Quintana, de el periódico El Financiero, refirió que un día después de recibir a AMLO, el directorio de JP Morgan escuchó los puntos de vista del Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien de manera contrastante dejo con buen sabor de boca y tranquila a su audiencia por su exposición sobre los propósitos y acción de la actual administración en materia de finanzas públicas
Según Quintana el secretario de Hacienda, que no presentó ningún proyecto electoral, como en el caso de AMLO, sino sólo la perspectiva de la economía y las finanzas mexicanas, fue sumamente convincente para los inversionistas, sobre todo por la evidencia de que se cumplió el compromiso de avanzar en el ajuste fiscal. Señala además que aunque la presentación de Meade fue hecha en su calidad de secretario de Hacienda, fue vista por los más de 100 asistentes como una exposición de un precandidato, que fue recibida con entusiasmo.
Al respecto cabe reflexionar, que no resulta sorprendente que las palabras del secretario de Hacienda hayan resultado miel sobre hojuelas para los oídos de los banqueros estadounidenses, ya que este es el máximo representante en materia financiera del gobierno mexicano que ha instrumentado todas las recomendaciones formuladas por la hermandad a la que ellos pertenecen, para poner formalmente a su disposición los recursos estratégicos de la Nación sin considerar el efecto para la población mexicana.
Otra vez, los distinguidos banqueros estadounidenses olvidan, o pretenden ignorar es que, además de sus vicios de omisión y corrupción, el gobierno mexicano y su secretario de Hacienda, como parte del mismo, son leales soldados de un ejercito al servicio de sus causas, mientras que la visión y demandas de AMLO son compartidas por millones de mexicanos que han sido marginados del desarrollo económico nacional y no han sido tomados en cuenta a la hora de decidir sobre el rumbo del país.
Huelga señalar que los mexicanos esperamos que nuestros mandatarios (quienes reciben nuestro mandato), ejerzan su función priorizando nuestras necesidades y demandas, y no las de grupos de interés económico de otras naciones como ha sucedido durante las últimas décadas.